Men's Health (Spain)

Cargar con peso durante largas distancias mejora la fuerza y el cardio.

Cardio y fuerza: transporta­r un peso y recorrer largas distancias es lo único que necesitas para mejorar tu condición física de forma espectacul­ar.

- POR MICHAEL EASTER

HHACE POCO ME ENCONTRABA en medio de la tundra ártica, a casi 200 kilómetros del único lugar civilizado de la zona, Kotzebue (Alaska), con 45 kg de carne de caribú cargados a la espalda. Por si fuera poco, dos astas de más de un metro de largo sobresalía­n de mi mochila y los tirantes me apretaban tanto los hombros que temía que mi cuerpo quedara seccionado en tres partes. Estaba participan­do en una cacería y mi misión consistía en llevar la carne al campamento. Eran 8 km cuesta arriba a través de un paisaje agreste de suelos cubiertos de musgo y zonas pantanosas. Un recorrido nada fácil.

Cargar con peso es algo cada vez menos habitual gracias a los carritos de la compra, a los coches y a Amazon Prime, que nos lleva todo lo que compramos por Internet hasta casa, pero es algo para lo que nuestro cuerpo está preparado. Lo habitual es que en los gimnasios nos recomiende­n hacer press de banca y curls de bíceps, para terminar con cardio. Sin embargo, la superviven­cia en un entorno hostil no se puede basar solo en la fuerza que hayas trabajado en el gimnasio.

Afortunada­mente, podemos mejorar nuestra forma física gracias a una serie de técnicas que se aprenden en plena naturaleza. Los humanos evoluciona­mos para llevar grandes cargas a largas distancias. Fue entonces cuando desapareci­ó la frontera que divide la fuerza del cardio y nos adentramos en un terreno que permitía mejorar cada aspecto de nuestro estado de forma de una sola vez.

Cuando llevaba algo más de tres kilómetros recorridos, empecé a notar que me ardían los pulmones y que las piernas me temblaban como si fueran de gelatina. Era la misma sensación que aquella vez que quemé 60 calorías en 60 segundos en una airbike y acabé vomitando. Había hecho sesiones más largas, como una carrera de ultrarresi­stencia de 24 horas, pero no de tanta intensidad. Llevar aquella cantidad de caribú encima hizo que se combinasen ambas cosas, intensidad y duración. Las pulsacione­s me subieron a 150, las mismas que tendría si estuviera intentando batir el récord de maratón. Y tenía los músculos de las piernas y el torso como si los hubiera sometido a una sesión masoquista de ejercicios.

Esa sensación de cansancio puede que fuera la misma con la que tan familiariz­ados estaban nuestros antepasado­s. Un estudio publicado en Nature ha propuesto la hipótesis de que los primeros humanos, cuando salían a cazar, recorrían varios kilómetros bajo un sol de justicia hasta que el animal que perseguían caía exhausto. Luego lo mataban y lo llevaban de vuelta al poblado, a decenas de kilómetros de distancia. Por eso tenemos dos piernas, arcos en los pies, unos glúteos fuertes y glándulas sudorípara­s en vez de pelaje.

A pesar de todo, los primeros humanos no destacaban especialme­nte por su fortaleza. El exceso de peso, aunque fuera en forma de músculos, pudo haber sido un problema en los climas más cálidos, mientras que un cuerpo más alto y delgado constituía una ventaja para las largas jornadas de caza. Los humanos modernos tenemos una gran capacidad para llevar cosas pesadas de un sitio a otro. Dentro del reino animal, el cuerpo

del ser humano es el único que está preparado para cubrir largas distancias y llevar objetos al mismo tiempo. Otros primates deben realizar un gran esfuerzo para mover unos metros objetos que pesan pocos kilos, pero los humanos somos capaces de coger cargas pesadas y caminar grandes distancias.

Pese a ello, muy poca gente carga con peso (excepto los soldados de élite). Llevar peso tiene muchas ventajas que ignoramos. Aumenta lo que los expertos llaman el ‘chasis táctico’, que incluye todas las partes del cuerpo que se encuentran entre los hombros y las rodillas: isquiotibi­ales, cuádriceps, caderas, abdominale­s, oblicuos, espalda… También puede servir de ayuda para prevenir los problemas de espalda, ya que se trabaja la resistenci­a del core.

Para la gente que no le gusta correr, cargar con peso puede ser una forma de trabajar el cardio, mientras que para los que no les gusta ir al gimnasio puede ser el equivalent­e a levantar pesas. También hay que tener en cuenta la forma de cada cuerpo. Si eres muy grande, ayuda a trabajar el cardio y, si eres de complexión más delgada, hace que ganes músculo.

Después de 8 kilómetros y unas horas, conseguí llegar al campamento. Estaba destrozado y los músculos casi no me respondían. Cuando volví a casa me di cuenta de que el mes pasado en Alaska llevando cargas había hecho que estuviera en la mejor forma de mi vida sin levantar pesas. Podía enfrentarm­e a pistas de montaña que antes habría tardado horas en recorrer y levantar 20 kilos más que antes.

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 ??  ?? Michael Easter, autor de este reportaje, pasó 33 días en el Ártico para escribir su libro The Comfort Crisis: Embrace Discomfort to Reclaim Your Wild, Happy, Healthy Self, Rodale Books, © 2021.
Michael Easter, autor de este reportaje, pasó 33 días en el Ártico para escribir su libro The Comfort Crisis: Embrace Discomfort to Reclaim Your Wild, Happy, Healthy Self, Rodale Books, © 2021.

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