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Descapotables, cabriolets, roadsters, convertibles… La esencia del automóvil se resume en estas espectaculares carrocerías ‘topless’.
Fríos en invierno, calurosos en verano, ruidosos, caros, incómodos, máquinas de despeinar… Se nos ocurren pocos adjetivos positivos al hablar de unos de los automóviles más atractivos y seductores que existen, creados por y para el disfrute de sus ocupantes. Aunque parezca mentira, el automóvil nació descapotado a finales del siglo XIX y no fue hasta 1910 cuando Cadillac revolucionó esta ‘maquina infernal’ llamada coche cubriéndola con un techo que evitaba que pasáramos frío o que nos mojáramos cuando llueve. No fue hasta bien entrada la década de los felices años 20 cuando marcas como Peugeot decidieron hacer un ‘topless’ en toda regla y lanzar automóviles con techo replegable, una auténtica revolución que fue puesta en tela de jucio durante los años 70 por su bajo nivel de seguridad en caso de vuelco, hasta que una década después se popularizaron los arcos de protección antivuelco. A día de hoy, solo un selecto grupo de clientes amantes del automóvil y de la naturaleza optan por esta fascinante solución, tan envidiada como criticada por aquellos que dejamos atrás en la autopista. Los hay para todos los gustos y… bolsillos.
Hace ya casi dos años que el chíquitín germano firmó su electrificación. Tiene un motor eléctrico de 82 caballos con una batería que nos otorga 130 kilómetros de autonomía 100% eléctrica, lo que unido a su etiqueta cero y a sus 2,7 metros
de longitud lo convierte en el rey de la ciudad, especialmente
en esta atractiva versión descapotada.
Se recarga en seis horas en un enchufe convencional.