Las claves para entrenar como ellos
TRAVIS KELCE y otros jugadores de la NFL nos desvelan los secretos de entrenamiento que oculta su gran físico
LA ZONA EXTERNA de su cadera derecha no le respondía, y Travis Kelce se desmoronó con ella. Era una calurosa mañana de junio en Kansas City. Aquel día el tight end de los Chiefs estaba en mitad de un entrenamiento. Tan solo unos minutos antes, Kelce había salido corriendo cinco yardas campo arriba, y había apoyado el pie derecho para atravesar todo el campo y coger la pelota. Ahora ejecutaba la misma jugada pero, en esta ocasión, tan solo dio dos minipasos antes de cambiar de dirección a toda velocidad y lanzarse para volver a hacerse con el balón.
Justo ahí, lo de coger el balón pasó a un segundo plano. En la cabeza de Kelce solo estaba esa zona externa medio dormida de su cadera derecha, que da estabilidad a la rodilla en los cambios de dirección para evitar lesiones y ayuda a coger impulso. Entonces se acercó a su entrenador, Alex Skacel, y se señaló la cadera. En ese momento paró de correr y se puso a hacer planchas laterales. “Ya está, solucionado”, le dijo a Skacel. Tan solo veinticuatro horas después, volvía al entrenamiento. “Únicamente me he centrado en esas pequeñas cosas que nos ayudan a mantener la perspectiva general”, afirma Kelce. “La rehabilitación, la prevención de lesiones y todo eso que un deportista puede hacer para no perderse ni un partido y estar en lo más alto en lo que a forma física se refiere”.
Y fueron precisamente todas esas pequeñas cosas (sí, es cierto) las que convirtieron a Travis Kelce en el hombre de 1,98 metros de altura y 116 kg de peso que es hoy: un jugador que arranca la temporada de 2021 como el mejor tight end de la NFL tras tres temporadas consecutivas con más de 90 recepciones y seis participaciones en la Pro Bowl. Pero es también uno de los mejores deportistas del mundo, que juega en una posición que ahora, por fin, está recibiendo el reconocimiento que se merece.
Cada domingo y a sus 31 años, Kelce necesita la velocidad suficiente para pasar por delante de la secundaria, y la rapidez lateral y la fuerza bruta necesarias para bloquear a los gigantes de la línea defensiva. Asimismo, precisa un core bien fuerte para dejar de lado a los aspirantes a placadores, y ha de dominar los saltos para hacerse con la pelota al vuelo. “Teniendo en cuenta todo eso puedes preguntarte qué es un tight end”, dice Kelce. “Yo diría que no se trata ni de una posición ni de una sola cosa. Somos una especie de hombre para todo. Para brillar, tenemos que ser capaces de hacer lo que sea necesario en cada momento”.
Es ese cajón de sastre que todo hombre puede llegar a utilizar alguna vez. Piénsalo así: un tight end no tiene que ser un velocista olímpico a diario. Lo que le hace falta es una dosis de energía explosiva para coger ese tren que está a punto de perder, tener esa enorme agilidad que se necesita para jugar al pilla pilla con sus hijos y convertirse en el fortachón que recoge ese enorme paquete de Amazon que espera en la puerta de casa.
El enfoque razonado y equilibrado con el que Kelce se aproxima a la condición física te puede ayudar a construir un cuerpo a prueba de bombas y libre de lesiones.
KELCE EMPEZÓ A PULIR SU ENFOQUE sobre el acondicionamiento físico mucho antes de llevar a los Chiefs a la Super Bowl año tras año. Fue en el otoño de 2005, siendo un estudiante universitario de segundo año en Cleveland Heights High (Ohio), cuando nació su faceta más vinculada al gimnasio: la de Trainer Trav.
Kelce había suspendido francés el año anterior, lo que le impedía jugar al fútbol. Todos le convencieron para que trabajara con el equipo en la sombra. Así fue como Trainer Trav empezó a vendar tobillos y a dar agua a los jugadores fuera del campo. “Ahí empecé a ser consciente y a valorar la anatomía. Aprendí lo que hay que tener en
“Me he centrado en esas pequeñas cosas que nos ayudan a mantener la perspectiva general”
cuenta para estar sanos y al máximo todos los días deportivamente hablando”.
Esa variante floreció aún más cuando Kelce empezó a jugar en la Universidad de Cincinnati en 2009. Muy pronto se lesionó el hombro y tuvo que hacer rehabilitación con un fisioterapeuta. Kelce se dedicó a catalogar mentalmente los ejercicios que le ayudarían a ganar musculatura en torno a la escápula, para tener así los hombros bien protegidos. Llegó a la conclusión de que necesitaba tener los romboides y los manguitos rotadores más fuertes. “Me dedicaba a bloquear a tiarrones de 136 kg que luego me arrastraban como si fuera una muñeca, por lo que debía proteger mis hombros”.
Cuando llegó a la NFL, Kelce quiso centrarse en trabajar sus músculos estabilizadores. Aquella visión encajó a la perfección con la de Skacel, con quien empezó a trabajar en 2017. Indudablemente hacía sentadillas, zancadas y ejercicios de remo, pero en sus sesiones de entreno también había una buena dosis de ejercicios funcionales.
“Queremos evitar que el cuerpo de Travis confíe solo en los músculos más grandes”, admite Skacel. “Precisamente lo que le hace sobresalir tiene que ver con esa base sólida que el deportista ha construido”.
Kelce cuenta con la gran ayuda de dos entrenadores para conseguirlo: Skacel, quien se describe a sí mismo como fisioterapeuta deportivo, y Tony Villani. El tight end contribuye a su intercambio de pareceres describiendo al detalle cada jugada que practica, como ya hiciera aquella mañana del mes de junio.
Después de que los Chiefs cayeran ante los Tampa Bay Buccaneers en febrero, Kelce estuvo más de un mes solo centrado en el fitness, una tradición ya consolidada fuera de temporada, pues, según él, prepara su cuerpo para después, en cuanto comiencen los entrenamientos, rendir de forma óptima. “Los seis meses que dura la temporada ya entrenamos y entrenamos bastante”, confiesa. “Para mí es vital rebobinar, reorganizarme y descansar”.
LOS CUERPOS MÁS FUERTES
y resistentes de la NFL necesitan algo más que squats, lunges y pesos muertos. Si quieres gozar de buena salud (y ser rápido y fuerte también), incluye en tus entrenos estos ejercicios de Alex Skacel especialmente diseñados para entrenar los músculos estabilizadores.
Cuando termina la temporada, se centra en trabajar hombros, que siempre han sido su punto débil a lo largo de su carrera deportiva. “Soy experto en bíceps, pectorales y deltoides. Digamos que he tenido una relación muy estrecha con ellos durante toda mi vida como deportista”, resalta. “Si recibo un mal golpe, mi articulación acromioclavicular está en una posición muy vulnerable. Por eso trabajo mucho trapecio, escápulas, dorsal y, sobre todo, tríceps… Esta parte debe ser fuerte para mejorar la postura y ganar complexión atlética, para tener un cuerpo menos vulnerable”.
Skacel complementa estos ejercicios con sesiones de ventosaterapia y punción seca, para favorecer el descanso de los músculos más tensos y desgastados. Estas técnicas forman parte de su rutina tanto en temporada como fuera de ella. La punción seca y las ventosas mejoran la circulación sanguínea en los músculos para conseguir una recuperación más rápida. Sorprende que, en cuanto termina estas sesiones, en lugar de relajarse, Kelce inmediatamente se pone en pie y empieza a ejecutar distintos movimientos ligeros para mejorar aún más la circulación sanguínea en la zona.
Gracias a ello, es uno de los jugadores con mayor presencia en el terreno de juego: desde 2014 solo ha fallado dos partidos.
TRABAJO EN TRES FASES. Al comienzo de la temporada de descanso, entrena su puesta en marcha: cómo explotar desde una posición inmóvil. Más adelante pasa a trabajar la aceleración inmediata, y se centra en ir aumentando la velocidad al correr. Por último, adiestra su cuerpo para enseñarlo a parar y empezar de nuevo.
Fuera de temporada no se salta ni un entreno. Skacel recuerda un viaje que hicieron en 2019 a la Semana de la Moda de París. Después de un día de desfiles y eventos, a las doce y media de la noche se dieron cuenta de que no habían entrenado. Caminaron hasta un puente y allí mismo Kelce hizo ocho sprints de 400 metros. “Yo no conozco a nadie que, después de todo un día sin parar, diga: ‘A ver, es la una de la madrugada. Salgamos a correr y hagamos un poco de trabajo de velocidad’”, relata Skacel. “Para él es importantísimo tener la certeza de que realmente está aprovechando cada instante para ser y estar mejor”.