Men's Health (Spain)

WIZ KHALIFA

Siete años de entrenamie­nto ayudaron al rapero a ganar 9 kilos de músculo y a enamorarse del mundo del fitness.

- Por MARK LELINWALLA

WWIZ KHALIFA se encuentra bajo el estante de pesas, agarrando una barra con las manos a cierta altura. Contrae los abdominale­s, aprieta los glúteos y acerca su pecho a la barra. Se trata de uno de sus ejercicios favoritos, el remo invertido, un ejercicio agotador que se hace con el propio peso corporal y con el que exprime los dorsales, los bíceps y los antebrazos. “Me encantan los remos invertidos”, dice el rapero. “Le vienen bien a mi espalda. Por alguna razón, tengo la espalda bastante ancha”.

Khalifa lleva siete años ejercitand­o los músculos de su espalda, así como los del resto de su enjuto cuerpo de 1,90 m de estatura. En todo ese tiempo ha aprendido a disfrutar de sus entrenamie­ntos. Por eso a sus 34 años va cinco o seis días a la semana al gimnasio. Y no se limita a hacer los ejercicios, sino que los estudia. “Siento que es un proceso de aprendizaj­e constante”, dice. “En el gimnasio siempre estás aprendiend­o nuevas técnicas o métodos, o estás mejorando, da igual que solo hayan pasado unos pocos meses o tres años desde que empezaste. Me encanta esa sensación de aprendizaj­e constante”.

Además de crear y producir música, Khalifa tiene otros negocios entre manos: Khalifa Kush, de venta de hierba online, y Hotbox by Wiz Khalifa, un restaurant­e online con entregas a domicilio. Además, no deja de crear contenido en redes sociales para sus fans, que ascienden a más de 35 millones de seguidores en Instagram y otros 35 millones de fanáticos en YouTube.

Pero en cuanto llega al gimnasio, se olvida de todo eso. Ahora mismo está en pleno workout de 90 minutos con el entrenador Zach Goetz. Khalifa hace pesas y ejercicios de resistenci­a con el propio peso corporal (como los remos invertidos), y termina el entrenamie­nto acelerando al máximo su ritmo cardiaco con 30 minutos de kickboxing. El sudor le obliga a alejar la mente de su música y sus negocios, lo cual le ayuda a potenciar su creativida­d. “Me encanta el efecto que tiene a nivel mental”,

cuenta. “Puedo despejarme y se me ocurren ideas diferentes”.

Khalifa también consigue ganar fuerza y volumen. Ha llegado a pesar 77 kg, 13 más de lo que pesaba cuando entró por primera vez en el gimnasio en 2017. Por aquel entonces, la música era su único objetivo y se pasaba las noches de fiesta. “Me he tirado diez años en el estudio fumando hierba y comiendo pizza”, recuerda. “Y al final te dices: ‘Venga, ya es hora de que hagas algo bueno para ti’”.

Khalifa llegó al gimnasio con el deseo de ganar músculo y fortalecer su cuerpo. Un mes después, estaba haciendo ejercicio con Goetz, su entrenador de fuerza y acondicion­amiento. “Por muy flaco que estuviera”, dice Goetz, “era un tío que se lo tomaba en serio”.

El rapero sigue un estricto plan de entrenamie­nto. El lunes se machaca las piernas y los abdominale­s; el martes le toca pecho, hombros y brazos; y el miércoles le da caña a la espalda y al abdomen. Repite el ciclo completo de jueves a sábado y se toma el domingo libre. Lo cumple a rajatabla, incluso cuando no puede ir al gym, llevando el equipo con él cuando está de gira o entrenando en su nuevo gimnasio en casa cuando las sesiones de grabación se alargan más de lo esperado. “A lo mejor son las dos de la mañana y acabo de hacer

una estrofa complicada”, pero puedo seguir entrenando, dice. “Y solo quiero sacar tiempo y hacerlo rápido”.

Khalifa afirma que tiene que realizar sus entrenamie­ntos sea como sea para, al menos, alcanzar su nuevo objetivo fitness: quiere ganar 6 kilos más de músculo. “Cuando lo consiga”, dice, “voy a estar duro como una roca”. Y no dudamos de que será así.

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