LAS HECES PROPORCIONAN MUCHA INFORMACIÓN… PERO LA TIRAMOS POR EL VÁTER
bioma ha acrecentado la atención sobre la taza del váter y “ha puesto de manifiesto la importancia de los organismos que viven en el intestino”, afirma el doctor Joshua J. Coon, profesor de química biomolecular en la Universidad de Wisconsin-Madison. Si a ello le sumamos el interés por los rastreadores portátiles, a la gente sí empezaron a importarle los inodoros inteligentes. “La gente” también incluye a la comunidad científica, aquella anteriormente reacia a los inodoros inteligentes con la que se topó Park cuando pensó por primera vez en el concepto. El pasado mes de septiembre, un editorial de una prestigiosa revista, Nature Reviews, citaba dos de los estudios de Park y hacía una valiente petición: “Tenemos que hablar sobre la caca. Todo el mundo lo hace y la investigación sobre las deposiciones y los trastornos asociados merece una mayor atención”. Ahora, ese cambio de mentalidad por fin está ocurriendo.
Coon cree que los inodoros podrían ser la próxima etapa en el seguimiento de la salud y la prevención de enfermedades. “Si pensamos en lo que hizo que los relojes inteligentes tuvieran éxito, es que no tenías que modificar lo que hacías”, explica. “Te limitabas a ponértelo y el reloj lo medía todo por ti”. Lo mismo ocurre con los inodoros inteligentes: obtienes datos continuos sin esfuerzo. Las empresas que analizan las aguas residuales de las comunidades para detectar enfermedades como la COVID-19 ya extraen datos de lo que fluye por las tuberías: les ayuda a saber dónde aumentar las pruebas. Si se hiciera en tu propio baño, los datos serían mucho más personales.
INTELIGENCIA INTERIOR
El inodoro inteligente de Park, una colaboración con la empresa coreana Izen, podría estar disponible a principios del año que viene. Así funcionará el primer modelo: en primer lugar, una línea de luces led se encenderá para iluminar la taza. Al orinar, las cámaras captarán el color, la velocidad y la duración del chorro. Al hacer tu deposición, también harán fotos de ella. Toda esa información se enviará a un servidor, donde la IA de Park la comparará con miles de imágenes para averiguar si hay algo raro o no. Los resultados se enviarán directamente a la aplicación que acompaña al inodoro, y sabrás si tienes algún síntoma de deshidratación, estreñimiento, infección urinaria, EII o SII.
Aunque los conocimientos de la primera versión serán bastante limitados, Park pretende que la próxima generación sea más inteligente, y que pueda dar consejos sobre nuestra dieta, como tener que comer más fibra o menos carne roja. No obstante, sigue en el aire una pregunta: ¿es necesario un inodoro inteligente para saber todo eso? “La realidad es que se puede obtener mucha información con solo echar un vistazo al interior de la taza”, dice la gastroenteróloga y asesora de Men’s Health Felice Schnoll-Sussman, del Centro Médico de Weill Cornell, en Nueva York. Por ejemplo, es bastante fácil detectar la deshidratación. Una orina más oscura que un amarillo pá lido es una señal de que tenemos que beber más agua. El estreñimiento también suele ser obvio. “Si ves que las heces son duras como piedras o estás haciendo un esfuerzo para ir al baño, es probable que tengas estreñimiento”, dice. Y si ya sueles echar un vistazo a tus deposiciones, ten en cuenta las señales de alarma del cáncer de colon: deposiciones finas y aparición de sangre. Park opina que su inodoro de primera generación atraerá a quienes padecen de problemas intestinales crónicos. “Las personas con SII y EII tienen que llevar un control sobre sus heces”, afirma.
Coon sigue considerando que el diseño de Park es un buen punto de partida, “pero la cantidad de información que pueden aportar las imágenes es limitada”, señala. “Creo que el valor estará en hacer mediciones moleculares que puedan informar sobre la salud y el estilo de vida. Lo único que necesitamos antes de que eso ocurra son muchísimos estudios más”. ¿Tendrán los inodoros inteligentes el mismo futuro que los teléfonos?