INTELIGENCIA EMOCIONAL
PUEDE PARECER MOÑAS Y PROFUNDO, PERO NO ES MÁS QUE SER CAPAZ DE ENTENDERTE, DE IDENTIFICAR EMOCIONES, ACEPTARLAS Y REGULARLAS (ABRE TU MENTE, TÍO. SUBIRÁS DE NIVEL).
LA TÉCNICA DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL es la capacidad de reconocer los sentimientos y responder ante ellos sin juzgarse. Hay que ser capaces de analizar las emociones de uno mismo, expresarlas y transformarlas a nuestro favor para ser menos críticos y poder seguir avanzando en todos los aspectos de la vida. Como dice Adrián Quevedo, “en un mundo en el que constantemente nos estamos relacionando con personas que sienten emociones –y, por supuesto, para la parte propia que nos toca–, trabajar nuestra inteligencia emocional se vuelve un requisito indispensable para afrontar nuestros retos vitales”.
En el mejor de los casos, la inteligencia emocional podría ser así: imagina que, durante la cena, tu pareja comenta que quiere agarrarte los michelines. Solo intentaba ser juguetona, pero durante un incómodo nanosegundo notas un estremecimiento; sabes que te sientes avergonzado, lo que hace que te enfades. Comprendes que se debe a que tu padre te avergonzaba por el peso de más cuando eras niño. También recuerdas que tu pareja tiene problemas similares y podría estar proyectando su propia vergüenza sobre ti. Una vez procesados los datos, expones tus sentimientos con calma. Se disculpa, confirma tus sospechas y promete ser más consciente. Esa misma noche hacéis el amor con tanto sentimiento que deberían haceros una playlist en Spotify.
¿Mismo escenario sin inteligencia emocional? Tu pareja te hace un comentario. Te callas, te alejas y le dices que es de mala educación dar un golpe bajo, sobre todo cuando tú nunca dices nada sobre sus tobillos. Llora. Te sientes mal. Nadie se disculpa. Duermes en el sofá, pasas un mes sin sexo e ignoráis la bronca hasta el siguiente berrinche.
Todo comienza por prestar atención a lo que te ocurre en cada momento. Adrián propone un sencillo ejercicio para comenzar a identificar emociones: “Conecta con tu respiración, empieza a observar en tu cuerpo cómo se manifiesta tu emoción en forma de sensaciones, descríbelas internamente sin juzgarlas ni ignorarlas. Pon nombre a tu emoción y descubre el mensaje que lleva. Valora si te ayuda a adaptarte a lo que sucede o es desadaptativa. Si resulta desagradable, puedes ayudarte buscando entornos seguros o personas con las que te sientas cómodo para expresarte”. Desarrollar la inteligencia emocional te ayudará en las relaciones con los demás al aumentar tu empatía y capacidad de escucha, con lo que, además, la habilidad de adaptarte a nuevos escenarios e introducir cambios en ti y en tu entorno se verá aumentada.