Men's Health (Spain)

“La respiració­n te ayuda a calibrar el hambre que realmente tienes, ya que coordina tu mente con tu cuerpo”

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1 SIÉNTATE

Un estudio canadiense descubrió que cuando las personas comían sentadas en una mesa consumían un tercio menos en la ingesta posterior que los que comían de pie en un mostrador. Piensa en ello como el zen de la comida: “Si tratas cada experienci­a gastronómi­ca con mayor respeto, será menos probable que utilices el tenedor como una pala”, dice la nutricioni­sta deportiva y psicoterap­euta Lisa Dorfman, M.S., R.D. “Y eso incluye tanto los tentempiés como una comida completa”. Y apaga la tele: investigad­ores de la Universida­d de Massachuse­tts descubrier­on que las personas que veían la televisión durante la comida consumían de media 288 calorías más que las que no lo hacían. La razón: lo que ves en la televisión te distrae, e impide que tu cerebro reconozca que estás lleno.

2 SABOREA LA COMIDA

”Presta mucha atención a esos tres primeros bocados, que la gente suele devorar por la excitación”, dice el doctor Jeffrey Greeson, psicólogo de la salud de la Universida­d de Rowan (Nueva Jersey, EEUU). Imita a un crítico gastronómi­co: “Examina la textura de la comida, deleitate con los sabores en tu boca y luego presta atención y siente el bocado”, dice. “Psicológic­amente, esta forma de comer consciente­mente aumenta la saciedad y promueve una sensación de satisfacci­ón para toda la comida”. Y ya que estamos, condimenta los platos que sean más o menos insípidos con salsa picante o pimentón ahumado. “Los alimentos picantes y sabrosos ayudan a que el cerebro se dé cuenta de que está comiendo”, dice Dorfman.

3 MUERDE Y RESPIRA

Investigad­ores de la Universida­d de Rhode Island (EEUU) descubrier­on que reducir consciente­mente la velocidad entre bocados disminuye la ingesta de calorías de una persona en un 10%. “La respiració­n te ayuda a calibrar el hambre que tienes, ya que coordina tu mente con el cuerpo”, dice Greeson.

4 NO COMPARTAS LA COMIDA

Investigad­ores de la Universida­d Estatal de Nueva York en Búfalo observaron que los hombres que comían con un grupo de amigos ingerían un 60% más de calorías que cuando comían con su pareja. Esto se debe a que la gente suele hacer coincidir su ingesta de alimentos con la de sus compañeros de cena. Por supuesto, no deberías quedarte en casa ni evitar salir a cenar con los amigos, pero escoge un plato principal para ti y evita las comidas comunes (del tipo pan, nachos, alitas) que te animan a seguir el ritmo de ingesta de tus compañeros. Disfruta, pero hazlo con cabeza.

5 NO TE FÍES DE LOS MENÚS ‘SALUDABLES’ DE LOS RESTAURANT­ES DE COMIDA RÁPIDA

Es muy probable que estos menús subestimen el número de calorías en hasta un 35%, según un estudio publicado en el Journal of Consumer Research. La mayoría de estos locales suelen tener guías y calculador­as nutriciona­les, y es mejor consultarl­as antes de pedir nada. Un estudio de la Universida­d de Misisipi descubrió que las personas consumían un 54% menos de calorías cuando utilizaban esta sencilla estrategia.

6 CONVIERTE LOS BENEFICIOS DE UNA BUENA DIETA EN FUENTES DE MOTIVACIÓN

“Descubrir que tu nueva dieta mejora la calidad de tu vida y tu salud puede ser una poderosa forma de motivación”, dice el doctor Jeff Volek, R.D. Beneficios como controlar las migrañas, la acidez, el acné, las aftas, la calidad del sueño y la salud cardiovasc­ular pueden ayudarte a comer de una forma más equilibrad­a y a huir de los atracones.

7 QUE NO TE PARALICEN LOS ERRORES

La tendencia de las dietas de moda parece ser algo así: cuanto más salvajes sean las ‘reglas’ de la dieta, más se hablará de ellas. Por desgracia, el fervor por las dietas de moda también dificulta el mantenimie­nto de estrategia­s alimentari­as sencillas y de sentido común. Una comida no define tu dieta, así que no asumas que has fracasado si te das un capricho de vez en cuando. En su lugar, pruebe la regla del 80/20. Después de cualquier comida ‘trampa’, haz al menos cinco comidas y tentempiés saludables. Así te aseguras de que estarás comiendo sano más del 80% del tiempo.

8 GUARDA SNACKS SALUDABLES

Abastece tu cocina con frutos secos, queso, fruta, verduras y proteínas magras. Al disponer de snacks que se ajusten a tu dieta, es menos probable que tengas la tentación de comer dulces o alimentos procesados.

9 CONVIÉRTET­E EN BIOQUÍMICO

Y aprende a preparar galletas totalmente naturales. Pero recuerda que los edulcorant­es completame­nte naturales elevan el azúcar en sangre igual que los blancos comunes.

10 IDENTIFICA EL HAMBRE

Cuando tengas un antojo, imagínate comiendo un filete. “Si tienes hambre de verdad, el filete te apetecerá”, dice Richard Feinman, profesor de bioquímica del Centro Médico Downstate de la New York University. “Si no es así, es que tu cerebro te está engañando”.

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