SIMULACROS PARA AUMENTAR LA RESILIENCIA

1. TRANSFÓRMATE Y ADÁPTATE A LOS NUEVOS ESCENARIOS

“Practicar la aceptación de lo que hay, y desde ahí ver cómo puedo adaptarme a lo que estoy viviendo lo mejor que sepa” es un sabio consejo de Adrián Quevedo. Hay que ser flexible ante los cambios. No te puedes quedar paralizado cada vez que algo te empuja a salir de tu zona de confort. Intenta mantener siempre una actitud positiva y ábrete a nuevas experiencias. Aprende nuevas técnicas que te permitan corregir lo que no te ha funcionado en anteriores ocasiones.

2. SÉ CREATIVO

En plena explosión dramática, para y analiza lo que estás sintiendo. Atrévete a cambiar el rumbo, piensa o, incluso, crea nuevos caminos para pasear por la tempestad. No te castigues, siente curiosidad por saber qué ha podido fallar en el proceso por el que estás pasando, y utilízalo para no volver a caer en lo mismo. Usa lo que ha sucedido hoy como impulso para ser mejor al día siguiente. Analiza las dificultades para hacer de ellas tus nuevos retos y así lograr pasar de pantalla vital.

3. NO TIENES QUE SER UN SUPERHÉROE

Deja de hacerte el harakiri cada vez que la lías parda. Relájate y no recurras a hábitos tóxicos que envenenan tu mente y tu cuerpo. ¡Todo el mundo comete errores!, así que asume tu parte y a otra cosa. Haz caso de los que saben de esto y, como dice López-Acevedo, “asume que no puedes controlar todas las situaciones: céntrate en aquello que depende de tus capacidades y aprende a aceptar aquello que no”. Esto hará que, poco a poco, vayas descargando el lastre de la culpabilidad que llevas siempre contigo, y puedas ir mejorando tu capacidad de resiliencia.