Metal Hammer (Connecor)

ROADBURN Walter Hoeymakers

- TEXTO: DAVID RODRIGO, UNAI ENDEMAÑO, CLARA RICO FOTOGRAFÍA: UNAI ENDEMAÑO

Así que ya son 26 años los que lleva Roadburn en pie.

No, no. Somos del 1999, así que casi 20 años, pero ha habido más de 20 ediciones. A veces la gente se confunde por eso.

¿Y cómo encontráis fuerzas para seguir adelante después de tanto tiempo?

Esa es una buena pregunta. Creo que es porque estoy un poco loco. Cada año se hace más duro trabajar en esto, aunque a veces pienso ‘No puedo aguantar este ritmo durante mucho tiempo’. Luego me doy cuenta de que la gente lo disfruta y va a los conciertos y veo toda esa química entre todo el mundo… Ahí es dónde me doy cuenta de porqué sigo haciendo este festival y lo seguiré haciendo todo el tiempo que pueda.

Es un tema de amor hacia la escena.

Sí, es por amor. Lo único que quiero hacer es crear una bonita plataforma en la que las bandas puedan tocar y expresarse, eliminar las fronteras entre las bandas y los asistentes a los festivales para que todos podamos disfrutar de la música en esta atmósfera tan relajante.

¿Sientes algún tipo de responsabi­lidad respecto a llevar un gran número de música extrema al Roadburn?

No. Lo único que quiero es compartir la música con la gente. Me gusta tantísimo esta música que sólo quiero encontrar a más gente con la que pueda compartir esta pasión, hablar sobre las bandas y arte, conciertos, fotografía… Eso es lo que quiero que sea el Roadburn. Es solo una excusa para mantenerme en contacto con todo lo que amo.

¿Y con qué bandas de esta edición estás más emocionado?

Esta siempre es una pregunta difícil porque cuando digo qué bandas me gustan, las otras puede que no se lo tomen muy bien (Risas). Creo que la banda que más me ha gustado es The Heads, realmente me encantan.

Asimismo, ¿qué bandas te gustaría traer al Roadburn pero no ha sido posible hasta ahora?

Oh, es una pregunta dura (Risas). ZZ Top es una banda que hubiese encantado traer… bandas que igual no son de Metal, me gustaría traer a Massive Attack. Imagina eso. A veces es difícil mencionar nombres… Hay tantas bandas molonas que cuesta escoger.

Me imagino que tiene que ser duro escoger entre tantas propuestas.

Sí, sí. Entran muchísimas diariament­e, además con eso conozco muchísimas bandas nuevas muy buenas con las que me enamoro inmediatam­ente. Pero el día solo tiene 24 horas y también necesito tiempo para ver la tele o disfrutar de alguna buena serie. No puedo estar 24/7 escuchando música. Y cada vez que se acaba el festival se me llenan tanto el correo personal como el chat de Facebook de mensajes que dicen ‘Hey, Walter, ¿puedes escuchar mi música? ¡¿Podríamos tocar en 2019?!’, y yo estoy en plan ‘Eh, espera un segundo’ (Risas).

Otra de las cosas más llamativas del festival es la gran decoración y es algo que no puedes encontrar en ningún otro festival… de este género, por lo menos. ¿Cómo surgió la idea de hacerlo así?

Como he dicho esta tarde en el turno de preguntas y respuestas, en 2008 vino un músico que sólo tocaba en festivales o salas en las que se decorara el escenario en el que actuaba. Así que para la ocasión quisimos decorar el escenario principal y eso funcionó muy, muy bien. A partir de entonces, trabajamos con un decorador cada año. Lo importante sobre este tema es que el decorador tiene que usar un tema de la escena como un músico que ha sido realmente influyente para todos, para las bandas del Roadburn.

¿Alguna idea para el año que viene?

Sí, ya tengo alguna idea para el próximo año. Ya se están trabajando los detalles.

Otro aspecto interesant­e son los shows especiales que se hacen para el Roadburn en el que algunas bandas tocan discos que ya habían dejado de llevar al directo. Eso es algo que realmente no pasa en ningún otro festival y me imagino que lleva mucho trabajo detrás.

Por supuesto, por eso trabajo todo el tiempo en esto. Lleva mucho esfuerzo hablar con las bandas sobre todas estas cosas. No es como escribir un correo como ‘Hey, soy Walter. Tocad este disco en el Roadburn, ¿vale?’. Tienes que hablar con las bandas o con los artistas individual­mente y tratar de asegurarte de que se lo estás preguntand­o desde la perspectiv­a correcta.

Anoche, la jam session fue realmente espectacul­ar.

Bueno, no tenía muy claro qué esperar. He oído que algo habían practicado, pero que la mayor parte de ello fue improvisad­o y el resultado fue fantástico.

Sí, nos dejó con la boca abierta, de verdad. Por eso te decía antes que hay un montón de trabajo detrás del Roadburn que se realiza exclusivam­ente por el amor hacia la música, ¿ves ese tipo de esfuerzo en otros festivales?

Creo que todos los festivales tienen su propia identidad, solo es que con el Roadburn quería romper los esquemas. Siento mucho respeto por otros festivales, como el Hellfest, pero lo que hacen ellos no es lo que quiero hacer yo. Quiero que Roadburn sea un sitio donde los artistas vengan a soltarlo todo y salirse de su zona de confort musical. Pero en los otros festivales hay tantos elementos que admiro…

Todavía quedan algunas bandas por ver hoy y ya conocemos algunas de las bandas del cartel del próximo año, ¿puedes adelantarn­os algo más?

Bueno, he estado hablando con el encargado, pero todavía no está completame­nte confirmado… las únicas bandas que han confirmado hasta ahora son literalmen­te las tres que aparecen en el programa.

Me he percatado que desde hace un par de años, si quieres ver una buena banda en un festival, siempre te acabas perdiendo otra gran banda. Y siempre me pregunto quién es el genio que lo monta así, ¿es algo que hacéis consciente­mente?

Cuando preparo el orden de actuacione­s, realizo distintos tipos de rutas dentro del festival. Si miras el cartel, intento que no se solapen. Puedes ir de un género al otro, por ejemplo, que las bandas de Doom no se solapen, y siempre viene alguno que te dice ‘¡Hey, pero es que yo quiero verlo todo!’… así que yo realmente le dedico mucho tiempo a la organizaci­ón del orden de actuacione­s. Este año me llevó 7 semanas y una vez lo publicas todo el mundo empieza a hablar sobre el tema. Hubo una chica de Ucrania que estaba muy, muy triste y me escribió un correo al mío personal, que venía el viernes para ver sólo a dos bandas y las había tenido que poner juntas el mismo día… pero es que es muy complicado de montar.

Por eso te digo que me parece un esfuerzo digno de un genio.

Yo no creo eso, porque he dado un par de vueltas por el festival y he visto que he cometido dos grandísimo­s errores. Hubo una banda muy esperada y se quedaron 2.000 personas fuera de la zona para verlo y que no cabían… eso fue un gran error.

En el turno de preguntas y respuestas has mencionado que no habíais parado de crecer ¿crees que habrá un momento en el que dejaréis de crecer?

Bueno, no tenemos pensado expandir esto mucho más de lo que ya es. Solo hemos ampliado el festival porque queríamos que hubiese algo más de espacio y vender unas entradas más, pero el tema de crecer es más relativo a mejorar en temas creativos, no la capacidad del festival.

¿Cómo se siente uno al ser el tío del festival que todos conocen?

Oh, es duro. No empezamos el festival para hacer de mí el centro de él, lo hicimos por la música. Y muchas veces está bien cuando la gente me habla y echamos una pequeña charla, pero otras veces tengo que digerir todo lo que está pasando a mi alrededor, porque pasan tantas cosas y son tantas emociones… A veces solo camino por el festival para despejarme la mente y entonces la gente se acerca y me agobio un poco. Es como tú [a Unai], admiro tu trabajo y lo sigo a través de las redes, de veras.

¡Wow, gracias!

Eres un gran fotógrafo y me gusta verte por el festival haciendo tu trabajo, eres un artista. Pero es eso, estás trabajando. Por eso te digo que yo no empecé este festival para ser reconocido, lo hice por la música.

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