QUEEN
+ Adam Lambert
Sí, todos estamos de acuerdo en que Freddy Mercury era el alma de QUEEN y que sin él sobre el escenario nunca podrá ser lo mismo. Sin embargo es innegable que los británicos son una de las bandas más grandes del planeta y que su catálogo de canciones y la calidad y carisma de Brian May y Roger Taylor justifican de sobra que la banda siga girando y llenando pabellones por allí por dónde pasa.
En esta ocasión Queen visitaba el Wizink Center de Madrid con Adam Lambert al micrófono. El vocalista es una estrella en solitario desde su paso por el programa American Idol, aunque su carrera se remonta mucho más atrás, ya que desde los diez años había desarrollado actividad como actor y cantante en musicales. Lo cierto es que Adam es un frontman muy teatral y un cantante fantástico, con un amplio rango y una técnica muy depurada, por lo que no llama para anda la atención que Brian May y Roger Taylor quisieran tenerlo a su lado para ponerle voz al exigente repertorio de Queen.
La última vez que vi a la banda británica fue durante su gira con Paul Rodgers y lo cierto es que el espectáculo que vi me gustó mucho, pero debo reconocer que en esta ocasión superaron el listón con creces. Incluso desde antes de comenzar el show se intuía que íbamos a presenciar un espectáculo visual único y muy especial, en el que la banda utilizó una interesante tecnología de pantallas y hologramas para dar vida al robot de la portada de “News Of The World”, que fue protagonista en varios momentos del show, apareciendo bien desde la pantallas o asomando se por el suelo del escenario con Adam sentado sobre su cabeza.
Luces, láser, humo, un escenario lleno de sorpresas, un grupo excelente y bien compenetrado y, por supuesto, un repertorio envidiable contribuyeron a que QUEEN dieran uno de los conciertos del año en Madrid.
Fue un verdadero privilegio contemplar al grupo interpretando temas como “Tear It Up”, “Tie Your Morther Down”, “Play the Game” o una de mis favoritas “Fat Bottomed Girls”, y esto fue solo el comienzo de la velada. Adam Lambert demostró ser un cantante de mucha altura y un frontman de primera, algo que se esforzó en demostrar con sus gestos, con sus interacciones con el público, con sus constantes cambios de vestuario… algunos incluso dirán que lo intentó demasiado, pero lo cierto es que el vocalista supo meterse al público en el bolsillo, incluso a aquellos que tenían ciertas dudas sobre cual sería su desempeño. A eso ayudó también la interesante rendición de “Killer Queen” y el discurso que dio antes de interpretar la archiconocida “Don’t Stop Me Now”, en el que Lambert recordó la figura de Freddy, asegurando que Mercury solo ha habido y habrá uno y que él es un fan más como todos los allí presentes. Fue antes de regalarnos una interpretación excelente del conocido tema y de continuar un concierto lleno de grandes momentos, que nos daría un descanso en cuanto a intensidad con los temas “Bicycle Race”, “I’m In Love With My Car” (con Roger Taylor a la voz) y “Another One Bites The Dust”, que resultaron muy divertidas e interesantes bajando un poco las revoluciones y permitiendo al público tomar fuerzas para lo que aún quedaba por venir.
Posiblemente el momento menos conocido de la noche para todos fue la interpretación de “Lucy”, un corte de Adam Lambert en solitario en el que Brian May ha colaborado y que tuvo su espacio en el concierto, siendo un interesante tema hard rockero que resultó refrescante como sorpresa en el setlist. Y entonces llegó el momento en el que Brian May se sentó al frente de la pasarela, rodeado por su público y dio las gracias a todos los asistentes, dijo que eran parte de su familia, que le encantaba volver a estar en España y nos regaló una preciosa interpretación de “Love Of My Life”, para la que antes utilizó parte del Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo como introducción, y que nos ofreció unos momentos finales con imágenes de Freddy interpretando la canción y su voz sonando por los altavoces. Fue un momento muy emotivo, y después Brian aprovechó unos minutos para tomarse algunas selfies y videos con el público desde el final de la pasarela, imágenes que todos podíamos ver en las pantallas gigantes de la banda.
“Somebody To Love” y “Crazy Little Thing Call Love” recuperaron la dinámica del concierto y nos condujeron a una interesante batalla en la batería entre Roger Taylor (con un set colocado también al final de la pasarela central) y el percusionista de apoyo que siempre acompaña a la banda. El interesante duelo a los parches nos condujo hasta la interpretación de “Under Pressure” y seguidamente de “I Want To Break Free”. Adam aprovechó un momento instrumental para recorrer el foso que rodeaba la pasarela chocando manos y saludando al público, antes de volver sobre el escenario y continuar con la actuación, que nos llevó en volandas hacia “Who Wants to Live Forever”.
Brian May tuvo otro momento especialmente protagonista con la interpretación de su tema “Lost Horizon”, una canción que tocó subido sobre una plataforma móvil del escenario que lo alzó varios metros sobre el suelo, acompañado por una nueva animación del robot, que parecía llevarlo al espacio exterior. Fue una buena interpretación y demostró que Brian sigue estando en muy buena forma con la guitarra en las manos.
“The Show Must Go On” era uno de los momentos más esperados del concierto y ni la banda ni Adam decepcionaron, ofreciendo una versión realmente intensa y divertida, que nos dejó en manos de “Radio Ga Ga”, última parada antes del gran clásico que es “Bohemian Rhapsody”. La que para muchos es una de las mejores canciones de la historia tuvo una buena encarnación sobre el escenario madrileño, con la parte operística central sonando pregrabada por los altavoces y con el resto interpretado de forma excelente por el grupo y por un Adam Lamber que ya tenía muy poco que demostrar. Tras ella llegó el descanso antes de los bises.
Y cómo no podía ser de otra forma, los bises fueron para “We Will Rock You” y “We’re Are The Champions”.
Esta última Adam la interpretó con una corona sobre la cabeza, despidiéndose después del público junto a sus compañeros, mientras sonaba por los altavoces la clásica “God Save The Queen”.
Fue una velada fantástica y un concierto del que salí muy satisfecho y con ganas de repetir pronto.