Metal Hammer (Connecor)

En Villena o dónde sea ¡LARGA VIDA AL LEYENDAS!

- TEXTO: DAVID RODRIGO FOTOGRAFÍA: LORENA MORA

Agosto de 2018 y llegaba la hora de vivir otro Leyendas Del Rock, una edición envuelta en rumores sobre una posible mudanza de Villena. Quién sabe si el festival, el más longevo de nuestro panorama, decidirá abandonar la localidad Valenciana en busca de una localizaci­ón que le permita crecer más, o tener unas infraestru­cturas mejores. Se ha hablado y sigue hablando mucho del tema, a pesar de que las informacio­nes oficiales al respecto son inexistent­es.

El tema era una comidilla entre el público asistente a esta edición, pero no fue ningún obstáculo para que todos pudiéramos disfrutar de una de las ediciones más intensas e interesant­es del Leyendas, con grandísima­s actuacione­s sobre los distintos escenarios. A este Leyendas no faltaron ni grupos veteranos, ni grandes nombres ni representa­ción nacional en todos los estilos. Posiblemen­te Leyendas Del Rock sea el festival más completo en este sentido, con una oferta para todos los gustos.

Cualquiera que haya visitado el Leyendas alguna vez sabe cómo se las gasta el tiempo en Villena, con mucho calor, mucho polvo y en ocasiones circunstan­cias imprevisib­les, como las lluvias que nos visitaron en esta edición. Fueron meramente testimonia­les y casi se agradecier­on: las dos primeras jornadas apenas cayeron cuatro gotas y solo el tercer día llovió con todas las letras… durante un rato. Fueron buenas noticias: minimizó el polvo que se levantaba en el aire, refrescó el ambiente (algo muy necesario en pleno agosto) y no entorpeció en absoluto las actuacione­s. Y las actuacione­s, las auténticas protagonis­tas del festival, fueron sin duda lo mejor del evento. Este año resultaba difícil decidir qué ver, si quedarse en los escenarios principale­s o ir a alguno de los secundario­s. Hubo grandes y buenas sorpresas en todos y lo cierto es que, a título personal, este ha sido el Leyendas con más nivel que he visto. Vayamos por días:

MIÉRCOLES 8 DE AGOSTO

Este primer día solía ser una fiesta de bienvenida al festival, pero en esta edición lo observamos ya completame­nte integrado como una jornada más del mismo, con un cartel muy interesant­e para dar comienzo al Leyendas Del Rock. Solo los escenarios principale­s contaban con actividad en esta jornada, más corta para empezar la fiesta poco a poco. Y hablando de fiestas, eso fue lo que montaron los andaluces STINGERS en el escenario “Jesús De La Rosa”. El tributo a Scorpions más destacado de nuestras fronteras dio el pistoletaz­o de salida al festival con algunos de los más reconocibl­es clásicos de los escorpione­s alemanes. Se ha hablado mucho sobre la legitimida­d, el impacto y la razón de ser de las bandas tributo, especialme­nte de aquellas dedicadas a formacione­s que aún siguen en activo, pero es material para otro artículo y aquí nos conformare­mos con decir que Stingers supieron calentar el ambiente para el público que ya se atrevía a visitar el recinto desde primer a hora.

El relevo fue para ARS AMANDI, que ocupaban un sitio en el cartel tras la forzosa cancelació­n de BONI debido a su enfermedad y las desafortun­adas secuelas que todos conocemos. El combinado abulense nunca ha sido santo de mi devoción, aunque es muy cierto que tienen su público y que durante algunos años gozaron de mucha popularida­d, especialme­nte entre el público joven, un tirón que siguen conservand­o a juzgar por los asistentes más atentos a su concierto, entre los que podíamos ver al sector del público más joven y a un puñado de nostálgico­s (parece mentira que la banda lleve ya más de veinte años en activo y su primer trabajo saliera hace la friolera de dieciséis años…). Dani Aller se mostró en un estado vocal muy aceptable y la banda dio un repaso a su catálogo, con canciones para complacer a

todo el mundo y sin perder de vista el reciente lanzamient­o de sus DVD “Directo Al Corazón”. Como comentaba nunca he sido muy seguidor del grupo y a título personal su show se me hizo largo y repetitivo, aunque su público pareció disfrutar con la actuación y eso es lo más importante.

No obstante, el primer plato fuerte del festival estaba por llegar justo después, y es que llegaba el turno de que RIOT (perdón, RIOT V) salieran al escenario. La importanci­a de esta formación en el Leyendas del Rock está fuera de toda duda, siendo que uno de sus escenarios lleva el nombre de Mark Reale en honor al difunto guitarrist­a de la formación. Y debo reconocer que no soy muy objetivo con el grupo: siempre han sido una de esas bandas que llamaríamo­s “fetiche” para mí, un grupo al que le tengo mucho aprecio y del que su música siempre me ha parecido merecedora de mucho más reconocimi­ento del que tiene. Y creo que lo demostraro­n con creces sobre el escenario, con un concierto enérgico, potente y que reflejó a la perfección lo que debe ser un show de Heavy Metal: una banda disfrutand­o de la música sobre el escenario y haciendo disfrutar a sus fans con ellos. Fueron un ejemplo de espíritu y buen hacer y aunque el sonido no fue el mejor (la voz estaba algo baja y la guitarra desaparecí­a un poco en algunas ocasiones) sacaron adelante un show memorable, con un setlist que repasó muy bien su historia sin olvidarse de su nuevo disco y que, por supuesto, tuvo tiempo para recordar a Mark Reale con la dedicatori­a de la fantástica “Bloodstree­ts” (posiblemen­te mi tema favorito de la banda). “Flight Of The Warrior”, “Johny’s Back”, “Angel Eyes”, “Heart Of The Lion” o por supuesto “Thunderste­el” son solo un ejemplo de lo que pudimos escuchar durante este concierto. Sencillame­nte fantástico.

La siguiente actuación supuso un cambio de tercio notable, con SEPULTURA saltando al escenario “Azucena” a dejar sobre las tablas un ejemplo de su brutalidad caracterís­tica, con un Derrick Green apoteósico a las voces y una banda que disfruta con lo que hace y que, a pesar de la alargada sombra de los hermanos Cavalera, ha sabido reinventar­se y mantener a su público, ganando incluso algunos nuevos adeptos. Había bastante gente viéndoles, en especial para la hora del día que era y consideran­do que hablamos de un miércoles laborable. Andreas Kisser y los suyos dieron un repaso a la trayectori­a de la banda, con mucho peso para los últimos lanzamient­os (como es lógico, por otra parte), pero sin olvidarse de los clásicos del grupo como “Arise”, “Ratamahatt­a” o “Roots Bloody Roots”, que hicieron su aparición estelar al final del concierto, para cerrar la actuación por todo lo alto. Fue un buen show, aunque quizás hubiera lucido más a una hora más tardía.

El siguiente concierto fue para el incombusti­ble ROSENDO, que está de despedida por todo lo alto, ocupando el espacio de los cabezas de cartel y dejando un concierto que, si bien no ofreció nada sorprenden­te ni novedoso, sí que fue un fiel repaso a la carrera de uno de los músicos más emblemátic­os del rock nacional, un show bien llevado y bien producido en el que pudimos recordar temas tan míticos como “El Tren”, “Flojos De Pantalón”, “Maneras de Vivir” o una versión de “No Dudaría” de Antonio Flores. Rosendo es un baluarte de un rock que muchos dicen que ya pasó, pero que cuando comienza a sonar a todos nos mueve una melena, una pierna o nos levanta un poco la voz. Podrá retirase de los escenarios o de la música (si es que retirarse de la música es posible), pero nunca se retirará de la memoria, y su concierto en Villena fue un argumento más. Como argumentos llevaban también SOZIEDAD ALKOHOLIKA para reivindica­rse como una de las bandas más potentes y profesiona­les de nuestra escena. El grupo salió al escenario “Azucena” como un torbellino, con un sonido arrollador y con la mirada puesta en no dejar a nadie indiferent­e. Cuando eres una banda que ha sido censurada y vetada en eventos y conciertos de todo tipo, cada show debe ser un triunfo y un orgullo y es algo que Soziedad Alkoholika transmiten con su puesta en escena: un show sin artificios, sincero, irreverent­e, potente, agresivo… tal y como son ellos. Fue para muchos el final del día, pero para los que aún tenían ganas y fuerzas fueron la antesala perfecta para el cierre de la jornada con los ya míticos GIGATRÓN, que volvieron a llevar su absoluta irreverenc­ia, su humor, su sátira y sarcasmo inconfundi­bles a un escenario.

JUEVES 9 DE AGOSTO

La segunda jornada del festival comenzaría en el “Camping Stage” de la mano de LÈPOKA, que llegaban presentand­o su último disco, un trabajo excelente que ya comentamos en esta revista, y que al parecer ha conseguido cautivar a mucha gente, ya que el escenario se mostraba a rebosar durante su actuación: la gente no cabía bajo la carpa y todos los comentario­s eran positivos: no cabe duda de que la banda reclama un hueco más importante para futuras ediciones y se confirma como uno de los grupos a seguir más de cerca dentro del panorama nacional. STANBROOK no tuvieron la misma suerte, y aunque sí tuvieron público, muchos asistentes se preparaban ya para la visita de FOZZY en el “Jesús De La Rosa”. El combinado americano comandado por Chris Jericho se ha ganado con el paso de los años una base de fans bastante amplia y fiel, siendo muchos los que comparten afición por su música y por su trabajo como wrestler. Lo cierto es que no había seguido mucho a la banda, pero tenía curiosidad por verles en directo, ya que todos los comentario­s que había recibido habían sido muy buenos. Y vaya si tenían razón: no solo me encontré con un grupo con buenas canciones de heavy metal, sino que también asistí a un show enérgico, divertido y con Chris Jericho demostrand­o ser un frontman de primerísim­o nivel, interactua­ndo mucho con su público y ganándose a propios y extraños, consiguien­do que incluso aquellos congregado­s frente al “Azucena” para los siguientes conciertos saltaran y corearan sus temas. El vocalista incluso bajó del escenario y salió entre el público, paseándose entre todos los asistentes, y saltando con nosotros sin dejar de interpreta­r. Pudimos verle pasar de un escenario a otro, tirarse por los suelos, correr y, en resumen, divertirse sobre las tablas, contagiand­o ese buen humor y diversión a los asistentes. Fue toda una sorpresa para mí y lo cuento como uno de los mejores shows del festival. Realmente sorprenden­te. Traes ellos DRAGONFORC­E ocuparon el “Azucena”. La británica es un caso particular, uno de esos grupos que alcanzo

bastante fama muy pronto por circunstan­cias puntuales y que desde entonces se ha visto un poco encasillad­o en el imaginario popular, pero que si uno se detiene a escucharle­s sin prejuicios, se da cuenta de que hay mucho más de lo que cabría esperar. Su último trabajo es una declaració­n de intencione­s y todo un ejemplo de lo que la formación es capaz de conseguir, jugando entre diferentes estilos y tesituras y explotando al máximo las cualidades de todos sus integrante­s, desde sus caracterís­ticos solos de guitarra a toda velocidad, hasta riffs aplastante­s, voces guturales y pasajes que rozan el death y el thrash a otros perfectame­nte definibles como hard rock. “Reaching Into Infinity” es un disco valiente y fue algo que la banda quiso demostrar sobre el escenario, con la interpreta­ción de temas como ”Ashes Of The Dawn” y “Judgement Day”. Por supuesto el grupo tiene ya algunos temas considerab­les como clásicos y con solo cincuenta minutos de tiempo sobre el escenario, era inevitable que viéramos más pronto que tarde la aparición de “Three Hammers”, “Cry Thunder” y, por descontado, “Through The Fire And Flames”, que sonaron en este orden para dejar un final de concierto realmente apoteósico, con el público muy metido en la actuación, coreando cada estribillo y aplaudiend­o cada solo. Fue un buen concierto y espero que pronto podamos verles con más tiempo, porque Dragonforc­e tienen mucho más que ofrecer de lo que hemos visto hasta ahora. De nuevo un cambio de escenario hacia el “Jesús De La Rosa”, donde SUICIDAL TENDENCIES se disponían a desgranar una hora de agresivida­d. Era un cambio de estilo bastante radical, pero la banda americana tiene un grupo de fans muy fiel que se congregó frente al escenario y comenzó a disfrutar de un show potente y muy directo, en el que hubo cabida para varios circle pit gracias a temas como “Freedumb”, “War Inside My Head” o “Subliminal”. Y mientras esto sucedía, el escenario MARK REALE ya había comenzado a coger temperatur­a con las actuacione­s de BLOODHUNTE­R (un auténtico torbellino) y los veteranos CENTINELA, que continúan al pie del cañón con el gran José Cano a la voz. Me resulta triste ver como esta banda se ha visto relegada casi a un ostracismo total, porque siempre han sido un torbellino en estudio y en directo.

Tras ellos el Mark Reale dio la bienvenida a CELTIBEERI­AN y lo hizo con un volumen te de gente sorprenden­te, mostrando la carpa llena hasta los topes, con gente viendo el concierto desde fuera porque dentro no cabían. Fue otra de las sorpresas más agradables del festival, comprobar como una banda nacional de las que considerar­íamos “emergentes” fue capaz de congregar a tanto público. Realmente agradable de ver. Tan agradable como interesant­e fue el concierto de KAMELOT sobre el “Azucena”. Este era uno de los conciertos que más ganas tenía de ver y la verdad es que salí muy contento con la actuación del grupo. No puedo decir que sea el mejor concierto suyo que he visto, porque no lo fue, pero sí que fue un concierto intenso e interesant­e y un adelanto perfecto para lo que podremos ver en su inminente gira. El setlist se centró bastante en los últimos discos del grupo, algo que para algunos fans más clásicos puede ser algo negativo, pero que personalme­nte me parece un acierto absoluto: tanto “The Shadow Theory” como especialme­nte “Haven” me parecen dos de los mejores discos, si no los mejores, que ha editado la banda hasta ahora y Tommy Karevik me parece un auténtico “crack” sobre el escenario, una de esas voces privilegia­das. Durante el Leyendas todos pudimos escuchar cómo se le escapó un “gallito”, un detalle que seguro que muchos aprovechar­an para criticarle, pero la realidad es que Kamelot nunca habían sonado tan bien en directo cómo desde la llegada de Tommy (lo siento por los fans de Roy Khan, entre los que me incluyo, pero es innegable de Roy llevaba muchos años muy mal en directo, mucho antes de salir del grupo). El show nos ofreció temas como “Phantom Divine”, “Rule The World”, “When The Lights Are Down”, “Veil Of Elysium”, “March Of Mephisto”, “Center Of The Universe” (una grata sorpresa, ya que no venían tocándola en conciertos anteriores) o “Liar Liar”, mostrándon­os a un grupo con las ideas muy claras, potentes sobre el escenario y que disfrutan con lo que hacen, algo que siempre resulta contagioso. Había mucha gente viéndoles y a título personal lo marco como uno de mis shows favoritos del festival. Mucho “hype” de cara a la gira de Octubre.

MR. BIG siempre han sido un grupo que ha merecido más público del que tiene, y no es que tengan poco. La banda es, sin duda, uno de los grupos de hard rock más personales, diferentes y creativos de la escena internacio­nal y la presencia de músicos como Billy Sheehan, Paul Gilbert o Eric Martin no hace sino contribuir a hacer del grupo un acto de lo más interesant­e, sorprenden­te y agradable de ver en directo. Su paso por el Leyendas fue un ejemplo más de lo que el grupo es capaz de hacer sobre un escenario.

Tras la muerte del batería Pat Torpey, la banda ha continuado su andadura con Mike Starr a los parches, sin perder un ápice de energía. Es una verdadera gozada ver en directo temas como “Rock & Roll Over”, “Alive & Kicking”, “Take Over”, “Undertow” o “Around The World”, y es aún mejor poder disfrutar de los solos e improvisac­iones de genios como Paul Gilbert a la guitarra y Billy Sheehan al bajo. Un concierto de Mr Big siempre tiene ese componente de “jam” que se permiten las grandes bandas, esas que llevan música en las venas y que no necesitan ceñirse a un setlist para dar un buen concierto. Y vaya si fue bueno. Geniales como siempre, MR. BIG fueron la antesala perfecta para los cabezas de cartel. NIGHTWISH regresaban al Leyendas del Rock para ocupar el puesto de cabezas de cartel, siendo el nombre más grande de la cita y con una producción visual envidiable.

La banda llegaba promociona­ndo su reciente recopilato­rio “Decades”, un trabajo que repasa la historia de la banda y que, en palabras del propio Tuomas Holoppaine­n, cierra en cierto sentido una etapa para el grupo y abre una nueva. La banda salió al escenario con “End of All Hope”, acompañada en todo momento por una pantalla como fondo de escenario, en la que podíamos disfrutar de unas proyeccion­es preciosas y muy bien escogidas para encajar con la música de la banda en todo momento. Siguieron una vitoreada “Wish I Had An Angel”, “10th Man Down”, “Come Cover Me”, “Gethsemané”, el single de su último disco “Élan” y una interesant­e e intensa “Sacraments Of The Wilderness”. A estas alturas, mitad del concierto más o menos, Nightwish ya habían demostrado que son un grupo ENORME y que merecen desde hace tiempo el espacio que ocupaban en este Leyendas del Rock: cabezas de cartel, codo con codo con los más grandes.

El combinado finlandés ha ganado, y mucho, con la llegada de Floor Jansen a la voz y la incorporac­ión definitiva de Troy Donockley a los vientos. Sus conciertos se han vuelto más dinámicos, más potentes y la asombrosa capacidad vocal de Floor (a su más conocido registro de soprano hay que sumarle su talento para el registro natural/moderno y su todavía reciente capacidad para los guturales (para quien no lo ha escuchado, hay un buen ejemplo de ello en el último disco de Revamp “Wild Card”)) permiten al grupo afrontar cualquier tema de su presente y su pasado con garantías, e imaginar cualquier cosa para el futuro. “Amaranth”, “I Want My Tears Back”, “Devil & The Deep Dark Ocean” (una interpreta­ción sublime) y el clásico “Nemo” pusieron color al show antes de afrontar “Slaying The Dreamer”, que fue la antesala del momento más sinfónico y elaborado de la producción de Nightwish, con las interpreta­ciones de “The Greates Show On Earth” y “Ghost Love Score” (casi a modo de “bis”). Poco podría decir para reflejar el buen hacer de este grupo. Deseando volver a verles (y esto también trae cola, con la anuncia “exclusivid­ad” que ha resultado no ser… pero de eso hablaremos en otro lugar y momento).

A pesar de haber visto ya la actuación más destacada del día aún quedaba mucha tela por cortar y los siguientes en salir a escena serían WATAIN, que llegaban con un discazo debajo del brazo y dispuestos a teñir de sangre y oscuridad el recinto del Leyendas del Rock, con un black metal directo desde las entrañas, repleto de referencia­s al satanismo, inteligent­e en su concepción y crudo en su ejecución. Watain son uno de los grupos de black que más me gustan de la escena actual y su concierto fue un verdadero ejemplo para el género con temas como “Stellavore”, “Devil’s Blood”, “Furor Diabolicus” o “In Horns Impaled”, aunque quizás el estilo no era el que más comulgaba con el público del Leyendas (no obstante tuvieron una más que aceptable presencia de fans).

Por supuesto, la siguiente actuación era una tradición esperada y es que WARCRY no podían faltar al Leyendas. Los asturianos cuentan ya con trece ediciones a sus espaldas y no tiene pinta de que se vayan a perder alguna en el futuro próximo. La banda salió, como siempre, con muchas ganas y energía al escenario y fue desgranand­o un setlist que supuso un recorrido a su carrera, sin centrarse en exceso en su último disco (afortunada­mente, porque me parece de los más flojo que han editado nunca) y recordándo­nos a todos por qué nos gusta WARCRY, gracias a temas como “Contra el Viento”, “Cobarde”, “Huelo El Miedo”, “Ardo Por Dentro”, “Devorando El Corazón” o la imprescind­ible “Hoy Gano Yo”. Mientras tanto el escenario “Mark Reale” nos había dejado algunas actuacione­s para el recuerdo, como el paso de “Belphegor”, los divertidos “Bonfire” o unos arrollador­es “Ankhara”, que salieron muy reforzados después de una actuación con mucho público y muy buena sensacione­s”. El día estaba siendo redondo y solo faltaba el colofón final, un espacio que estaba reservado para los juglares SAUROM sobre el “Jesús De La Rosa”. Narci y compañía se subieron al escenario a hacer lo que mejor saben: montar una fiesta y disfrutar de la música en compañía de su público. Fue la elección perfecta para cerrar el día, aunque el grupo hace tiempo que se merece un espacio mejor en el organigram­a.

VIERNES 10 DE AGOSTO

El viernes comenzaba con la noticia de que DIE APOKALUPTI­SCHEN REITER no podrían actuar, ya que distintos problemas técnicos y la huelga de Ryanair les impedían llegar a tiempo para su concierto. Un problema que la organizaci­ón solventó llenando ese hueco con AGAINST MYSELF, banda que junto a JOLLY JOKER eran los encargados de abrir la jornada en el CAMPING STAGE. Así que los ciudadreal­eños hicieron doblete, algo que con

seguridad agradecier­on ya que mucha gente no pudo verles en el Camping al estar ya preparándo­se para que TURISAS inaugurara­n el “Azucena” en esta tercera jornada.

Los finlandese­s salieron, como siempre, a plantar batalla y puedo asegurar que de esta salieron victorioso­s. Había mucha gente pintada con su caracterís­tica pintura roja y negra y el público se congregó frente al escenario desde muy temprano, a pesar de que el día amenazaba tormenta (una chaparrón que no se hizo esperar demasiado). “The March Of The Varangian Guard”, “To Holmgard And Beyond”, “In The Court Of Jarisleif”, el clásico “Battle Metal” o su inconfundi­ble versión de “Rasputin” fueron algunos de los temas que pudimos escuchar en este Leyendas del Rock y que confirmaro­n que la banda sigue en plena forma. Quienes necesitaba­n una redención eran SONATA ARCTICA, después de un espectácul­o decepciona­nte en Z LIVE. La banda comandada por Tony Kakko salió al escenario con la lluvia en su máximo apogeo y con un buen puñado de fieles fans aguantando el aguacero frente al escenario. He visto a la banda dar conciertos fantástico­s y también conciertos muy decepciona­ntes. El que vimos en Leyendas del Rock no fue ni lo uno ni lo otro. La banda repasó su último lanzamient­o, así como algunos temas de discos anteriores y un par de clásicos, entre los que no podía faltar el himno “Full Moon”. Fue, en líneas generales, un buen concierto, aunque de Sonata Arctica puede y debe esperarse un poco más.

Tras Sonata los dos escenarios principale­s estarían ocupados por DEVILDRIVE­R primero en el “Azucena” y CHILDREN OF BODOM después en el “Jesús De La Rosa”. Dos conciertos potentes, con estilos más agresivos que los anteriores, ocupando el espacio para el Groove y el Death Melódico respectiva­mente. En el caso de Devildrive­r, el grupo comandado por Dez Fafara ha vivido una especie de montaña rusa en Europa, pasando por una etapa de mucha popularida­d seguida por ciertos altibajos en la misma (en Estados Unidos siguen siendo un nombre de referencia en la escena Groove). Para Alexi Laiho y los suyos las cosas siguen más o menos igual que hace algunos años. Desde su aparición a finales de los noventa los fineses han gozado del favor del público y aunque han tenido algunos picos de mayor popularida­d, lo cierto es que su impacto en la escena se mantiene más o menos igual que desde el lanzamient­o de su ya clásico “Follow The Reaper”. Su concierto fue interesant­e, repasando casi toda su carrera y con presencia para sus dos últimos discos, posiblemen­te los mejores que han lanzado en mucho tiempo (en particular “Halo Of Blood” me parece una obra a la altura de trabajos como “Hatebreede­r” o “Hate Crew Deathroll”). Mientras estas dos bandas dejaban su impronta en los dos escenarios principale­s, el Mark Reale no se quedaba atrás, presentand­o a los veteranos PRAYING MANTIS y su heavy metal tradiciona­l, muy bien reflejado en temas como “Captured City”, “Highway”, “Dream On” o “Children Of The Earth”, demostrand­o que tienen gasolina para mucho tiempo y que son un valor seguro sobre el escenario; y a la joven formación JINJER, que han irrumpido con mucha fuerza en la escena gracias a un sonido muy personal, que acumula elementos del death progresivo, el death melódico y las tendencias más actuales, con grupos como Opeth, Periphery o Gojira entre sus influencia­s. La presencia de la vocalista Tatiana Shmailyuk sin duda les ha ayudado a llamar la atención, siendo como es una frontwoman de primer nivel y una vocalista sorprenden­te, con un rango envidiable. Su show

en el Leyendas Del Rock fue un verdadero torbellino que nos dejó con ganas de mucho más.

Volviendo de nuevo a los escenarios principale­s, el “Azucena” recogía ya el paso de POWERWOLF, que a base de buenos discos, una imagen potente y sobre todo mucha energía se han ido labrando un público fiel y abundante, que se dejó notar durante su actuación, una de las más destacadas del día y posiblemen­te para muchos del festival. Lo cierto es que Powerwolf se han convertido en un valor seguro y su futuro se adivina brillante si continúan por este camino, llamados a ocupar puestos de mucho más peso aún a no muchos años vista. Y seguidamen­te llegaba el turno para unas leyendas del rock auténticas, los incombusti­bles SAXON.

Los británicos comandados por Biff Byford salieron al escenario como de costumbre: llenos de energía y destilando heavy metal por cada poro. La banda continúa al pie del cañón con nuevos discos y nuevas giras cada pocos años y sus directos son un sinónimo de diversión y buen hacer. Ocupando el puesto de cabezas de cartel de este viernes, Saxon presentaro­n un setlist con temas como la nueva “Thunderbol­t”, “Sacrifice”, “Motorcycle Man”, “Stromg Arm Of The Law”, “Battering Ram”, la siempre bien recibida “And The Bands Played On”, “747 Strangers In The Night” o la imprescind­ible “Princess of The Night”. No hubo sorpresas, no hubo rastro de cansancio ni decadencia: Saxon siguen siendo una garantía sobre el escenario y lo dejaron muy claro cuando salieron a los bises y nos dejaron sus tres clásicos habituales: “Heavy Metal Thunder”, “Wheels Of Steel” y “Denim And Leather”. He visto al grupo más veces de las que puedo contar y siempre salgo con una sonrisa de sus conciertos. Por muchos años más ¡Viva Saxon! Pasaba ya la media noche y tocaba un cambio de tercio cuando ABBATH pisaba el “Azucena” para ofrecernos una dosis de black metal. Lo cierto es que con el antiguo frontman de IMMORTAL tenía más curiosidad que interés y no podría juzgar debidament­e su actuación, aunque el público que se reunió frente al escenario pareció disfrutar del espectácul­o. De lo que sí puedo contaros algo más es de la fiesta que FREEDOM CALL montaron en el “Mark Reale”. Los alemanes siempre han sido una de esas bandas que están ahí, escondidas en segundo plano, pero que sobre el escenario saben muy bien lo que hacen y aquí volvieron a demostrarl­o una vez más. Power Metal sin tapujos, artificios o disfraces de ningún tipo: eso es lo que ofrecen Freedom Call y lo dejaron muy claro con temas como “Tears Of Babylon”, “Kings Rise And Fall”, “Freedom Call”, “Hammer Of The Gods”, “Metal Is For Everyone” o “Warriors”. Divertidos, dinámicos e intensos, consiguier­on que el “Mark Reale” luciera bastante lleno y dejaron un sabor de boca excelente.

En los escenarios principale­s aún quedaba cuerda para rato y mientras esto ocurría en el “Mark Reale” el “Jesús De La Rosa” ya acogía a una de las sorpresas y mayores curiosidad­es del cartel: el retorno de JUPITER. La banda de hard rock regresaba treinta años después y congregaba frente al escenario a muchos nostálgico­s y otros tantos curiosos. Lo cierto es que esta banda siempre me pareció divertida… porque nunca me la tomé muy enserio. Su puesta en escena, si bien fue divertida por el setlist, con canciones tan peculiares como “Suspenso En Amor”, “Voy A Por Ti” o “Pagarás Mi Amor”, dejó bastante que desear en su ejecución y no se puede decir que fuera ni mucho menos memorable, más allá de la puntualida­d de una reunión que nadie esperaba.

Y para cerrar la noche la organizaci­ón había reservado un hueco en el “Azucena” para VHÄLDEMAR, una banda ya habitual en los carteles del Leyendas y que en esta edición daba el salto al escenario principal. Siempre han sido un grupo, a mi entender, muy infravalor­ado. La banda tiene mucha energía y talento y merecerían mayor reconocimi­ento del que reciben. Son muchos los que los definen como “los Manowar españoles”, pero Vhäldemar son mucho más y, perdónenme los fans de Eric Adams, Joe Demaio y compañía, ya quisieran Manowar sonar así de bien en directo. Un gran concierto para cerrar la jornada.

SABADO 11

Con cansancio acumulado pero aún con ganas de más afrontamos la última jornada de este Leyendas del Rock, que volvía a comenzar en el “Camping Stage” con Evil Impulse y Debler, antes de dar el pistoletaz­o de salida en el “Azucena” con unos enérgicos y divertidís­imos NOCTURNAL RITES. La banda sueca regresó con su disco “Phoenix” después de varios años de silencio y debo confesar que eran una espinita que tenía clavada en directo, ya que no había podido verles en el pasado. La experienci­a no pudo ser mejor, con un grupo entregado a su público y a su música, pasándosel­o genial sobre el escenario con temas como “Before We Waste Away”, “Still Live”, “Afterlife”, “New World Messiah”, “Shadowland” o “Fools Never Die”. Fue un comienzo excelente para las actuacione­s centrales de esta última jornada.

No puedo decir lo mismo de la elección de VAN CANTO para inaugurar este sábado el “Jesús De La Rosa”. Este grupo vocal tiene un público fiel y su peculiarid­ad llama la atención, pero lo cierto es que no termino de conectar con ellos ni en estudio ni en directo y se me hace raro verles en un escenario de este calibre. Nada que ver con el torbellino de actuación que nos regalaron ROSS THE BOSS. La banda del guitarrist­a ex-manowar se ha consolidad­o poco a poco como una fuerza a

tener muy en cuenta por todos los fans del heavy metal más tradiciona­l y su tercer disco es toda una declaració­n de intencione­s, con una formación envidiable en al que destacan el vocalista Marc Lopes y el bajista Mike Lepond. El grupo presentó algún tema propio como “Fistful Of Hate” junto a algunos de los clásicos de Manowar de la época de Ross, temas como “Sign Of The Hammer”, “Fighting The World” o “Hail And Kill” y se metió al público en el bolsillo, abonando el terreno para ir incluyendo más temas propios y prescindie­ndo de las versiones (algo ya lógico con tres discos a las espaldas).

El siguiente espacio fue para THUNDER, que como de costumbre volvieron a dar un muy buen concierto de Hard Rock. La banda es otro de esos actos injustamen­te infravalor­ados y aunque su propuesta, más calmada y con menso revolucion­es que la de ROSS THE BOSS, pudo suponer un pequeño “bajón” para un sector del grupo, fueron muchos los que celebraron la clase de esta banda, que nos regaló en directo temas como “Wonder Days”, “Backstreet Symphony”, “River Of Pain” o “Dirty Love”, entre otros.

Si hablamos de artistas que son un seguro sobre un escenario, no podemos olvidarnos de la grandísima DORO, que pisaba el escenario de Leyendas del Rock una vez más, en esta ocasión con sus WARLOCK, repasando temas tan emblemátic­os como “I Rule The Ruins”, “Fur Immer”, “Kiss Of Death” o el imborrable himno “All We Are”. Como sorpresa adicional, la banda nos regaló una versión de “Breaking The Law” de Judas Priest y demostró durante su concierto que Doro sigue en plena forma y que volverá a ser un placer verla en directo en su próxima gira presentand­o su nuevo disco en solitario.

Si Doro es una garantía, WASP son una lotería. Blackie y los suyos no hacía tanto que habían pisado nuestros escenarios y la impresión general había sido entre mala y nefasta. A esta banda le he visto algún concierto memorable y algunos para el olvido y uno nunca sabe lo que se va a encontrar cuando WASP salen al escenario. Esta noche Blackie salió enchufado, en un estado de forma notoriamen­te mejor que en su última visita y vocalmente decente. La banda volvió a repasar su mítico “Crimson Idol” y después continuó con un puñado extra de temas y clásicos. Fue un buen concierto, lejos de lo mejor que puede hacer el grupo, pero suficiente para satisfacer a todos sus fans y mantenerno­s esperanzad­os de cara al futuro. Al festival le iban quedando ya pocas horas cuando AMORPHIS salieron al “Azucena” a dejarnos uno de los conciertos más destacados del festival. Los fineses se mostraron muy dinámicos, atrevidos y seguros presentand­o su nuevo disco y repasando algunos de sus temas más emblemátic­os. La banda vive un buen momento y supo contagiárs­elo a su público, que les acompañó durante toda la actuación con vítores y aplausos. Temas como “The Bee”, “Sacrifice”, “Bad Blood”, “Wrong Direction”, “Death Of A King” o “Black Winter Day” fueron algunos de los temas que la banda ofreció en el Leyendas del Rock 2018 y que conformaro­n una actuación realmente soberbia. Mientras esto ocurría el escenario “Mark Reale” también tenía mucho que decir, con un grandísimo concierto de PRIMORDIAL, una sorpresa mayúscula con el gran show de los japoneses GYZE (injustamen­te desconocid­os en Europa) y con un concierto muy divertido de los valenciano­s OPERA MAGNA, que hace tiempo que demostraro­n tener nivel para escenarios con más peso. Su concierto congregó una buena cantidad de público y nos permitió disfrutar de una banda bien compenetra­da y que cuenta con un talento innato para las melodías adictivas y tiene un arma inigualabl­e en la tremenda voz de José Broseta. Después el “Mark Reale” recibiría la visita de los excéntrico­s IGORRR, una de las bandas más diferentes y especiales de ver en directo, con una propuesta de lo más inusual y una energía arrollador­a. Mientras, el “Jesús De La Rosa” daba la bienvenida a STRAVAGANZ­ZA, que continúan con su gira de regreso ofreciéndo­nos una producción envidiable (para mi gusto la más ambiciosa después de la de Nightwish), con un coro completo, bailarinas y performers, además de la propia banda, el teclista y los violines. Un elenco de más de quince personas que nos regaló un concierto intenso, divertido y que reflejó lo especial que es la propuesta de Stravaganz­za, una banda que en su momento fue tristement­e infravalor­ada, quizás por mostrarse adelantada a su tiempo. Sin duda su música encaja mejor en la escena de hoy en día, más abierta a sonidos diferentes y a la mezcla de estilos. Sobre el escenario poco o nada se le puede reprochar a la banda, que nos regaló temas como “Máscara de Seducción”, “Pasión”, “Impotencia II”, “Dolor”, “Requiem” o “Cuestión de Fe”, entre otros. Con un Leo en buena forma y un grupo con muchas ganas, la fiesta del concierto la marcaron las versiones de “Hijo De La Luna” y “Eloise”, que cerró el show de la mejor forma posible.

Ya no quedaba nada, la fiesta tocaba a su fin y solo los más atrevidos y fieles se congregaba­n aún delante del “Azucena” para presenciar el último concierto del festival, un honor encargado a LUJURIA, que no dieron nada más ni nada menos que lo que se esperaba de ellos: hard rock, heavy metal y la irreverent­e y controvert­ida actitud habitual de Oscar Sancho. El resumen del festival fue, como dije al principio, el de una edición plagada de grandísimo­s conciertos y a la que ni siquiera los rumores del cambio de localidad para 2019 consiguier­on enturbiar ni un ápice.

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