REMEMBER

HIROSHIMA

En esta ocasión quiero acordarme de uno de esos discos que se han quedado algo perdidos en el tiempo, eclipsados en el recuerdo quizás por otros lanzamientos de la época y poco posteriores. Se trata del primer y único disco de HIROSHIMA, que veía la luz en 1989 con el mismo nombre de la banda. Han pasado casi treinta años, pero menuda cosecha fue la de 1989. Ese año salieron “El Silencio De La Noche” de SANGRE AZUL, el “Point Black” de BONFIRE, el “Soldier Of Fortune” de LOUDNESS, debutaron DANGER DANGER… y también HIROSHIMA, que en su momento se presentó como un disco realmente atractivo, con un éxito marcado para la crítica y el reconocimiento de un buen sector de los fans más afines al Hard Rock melódico y AOR que había en nuestras fronteras. Puede que el hecho de que este grupo madrileño (salieron de Pinto ni más ni menos) eligiera hacer sus canciones inglés les pasara algo de factura en unos años en los que el rock patrio gustaba más en castellano (porque “se entendía mejor”). Lo cierto es que a HIROSHIMA le faltaron apoyos y repercusión, como a tantos otros grupos, pero lo que no les faltó fue calidad, porque este disco nos ofrece auténticos temazos como “Come One”, “Missing You”, “Broken Heart”, “Loneliness” o “Tell Me What You Want”. El disco lo grabaron José Miguel Ross (voz), Carlos Rufo (guitarra), Sebastián Arroyo (bajo), Gerardo Muñoz (teclados) y Fernando Cobo (batería) y su trabajo merece ser recordado porque, sinceramente, creo que hablamos de un clásico perdido de nuestro rock, un disco de muchos quilates que se ha quedado un poco en el olvido de forma muy injusta. Sobresaliente trabajo en los teclados, melodías activas y un cantante con buena voz y carisma hacían de HIROSHIMA una banda con todos los ingredientes para triunfar, y posiblemente de haber aparecido al otro lado del Atlántico hoy serían considerados uno de los grupos clásicos del Hard Melódico/aor, pero la realidad es que la banda se disolvió poco después de este lanzamiento y los miembros tomaron distintos caminos. Por suerte el disco se re-editó en CD en 2007 y quien tenga interés posiblemente pueda encontrar una copia y disfrutar de uno de los discos más inspirados y personales de nuestro rock, una joya ochentera que aprovechaba los últimos coletazos de la década para regalarnos su magia.