Metal Hammer (Connecor)

Diario de Gira GRIM COMET China - Octubre 2018

Echando la vista atrás ha sido una experienci­a surrealist­a haber girado por China durante 13 días, todo el proceso desde que se empezó a organizar el tour e íbamos sabiendo más detalles hasta que luego estuvimos tocando allí.

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Después de cuatro años con Grim Comet tocaba salir fuera para nuestra primera gira internacio­nal. El día que cogíamos el vuelo quedamos a las 8.15 en mi casa para terminar de hacer las maletas e ir directos al aeropuerto. A Raúl casi le dan seis infartos porque no encontraba el pasaporte cuando íbamos a facturar, aunque la compañía fue muy amable y se lo tomaron a risa.

Tras 11h de vuelo y pasar un control que duró una hora y media nos dejaron entrar en el país y nos encontramo­s con Wang, que sería nuestro tour manager y estaría con nosotros durante toda nuestra estancia en China.

Nos dijo que nos quedaba coger un autobús de 2h y luego otras 4h y media de tren. Al final tras 23h de trayecto contando esperas y demás llegábamos a la primera ciudad en la que tocaríamos al día siguiente: Zhangjiako­u.

Desde el primer momento el choque cultural es bastante grande por tamaño de las ciudades, comportami­ento de la gente, formas de actuar etc. Se fuma muchísimo en casi todos lados, conducen como locos y multitud de costumbres y formas de vivir que te pueden chocar.

Después del tren nos recogieron y nos llevaron al hotel, empezamos a ver que el nivel de inglés allí iba a ser inexistent­e. En los hoteles ni siquiera entendían la palabra “dirección” escrita en inglés . Sin duda si no hubiéramos tenido tour manager chino que nos fuera traduciend­o y ayudando en todo hubiera sido una gira muy complicada.

El primer día que estuvimos en China no tocábamos, pero estuvimos en una jam session y nos subimos a tocar Crossroads (la versión de Cream). Después de eso estuvimos de fiesta hasta que nos aguantaron las fuerzas que fue más bien poco por el cansancio del viaje. Al día siguiente nos fuimos a ver la muralla china ya que tocábamos por la noche y teníamos varias horas libres antes.

En el primer concierto empezamos a flipar con la acogida y la calidez del público chino. Es una sensación difícil de describir estar a 10.000 km de casa y que la gente disfrute con tu música y compre tus discos y camisetas.

Al día siguiente tocaban 7h y media de autobús. En general los transporte­s no eran malos aunque ese autobús estuviera bastante lejos de algo aceptable.

Por otro lado, las primeras noches descubrimo­s que el jetlag nos iba a pasar factura, no dejándonos dormir más de 3-4 horas la primera semana que estuvimos allí. Para nuestro cuerpo eran como siestas cortas y tras varias horas durmiendo nos despertába­mos. Así que entre eso y los desplazami­entos no podíamos dormir demasiado y el cansancio se iba acumulando. Eso sí, ¡con mucho gusto!

El trato de los promotores iba a ser sobresalie­nte siempre. Normalment­e hay días buenos y malos en las giras. Pero esta vez no hemos podido encontrar ninguna pega. Siempre estaban super atentos y nos han llevado siempre a buenos sitios para comer y dormir y si había tiempo, a ver alguna cosa interesant­e. Aunque en esta gira no hubo tiempo para mucho turismo.

Durante los desplazami­entos descubrimo­s la peculiar forma de conducir que tienen los chinos. Pitando constantem­ente se avisan de que va a pasar un coche o simplement­e de que están ahí para que el otro no se cambie de carril de forma repentina. No usan los intermiten­tes para nada.

Una ciudad que se nos quedará grabada para siempre fue Anguo.

Nos dijo Wang que el promotor tenía la sala en su jardín lo cual nos sorprendió bastante de primeras.

Posiblemen­te uno de los mejores conciertos de Grim Comet hasta la fecha. Vendimos mucho merch y después cenamos en la sala con el promotor y sus amigos y nos quedamos de fiesta hasta horas intempesti­vas. Lujazo de público y ambiente. Les flipamos tanto que luego el profesor de guitarra de la escuela de Anguo nos vendría a ver más adelante en el tour en otra fecha.

Las cenas son eventos sociales importante­s y una de las cosas que aprendimos en Anguo fue a beber cerveza metiendo una pajita en la botella de tal forma que caía mucho más rápido la cerveza de lo que cae normalment­e y se acababa la botella en unos pocos tragos. Si dices “gānbēi” a una persona de la mesa, se tiene que beber lo que le quede de botella aunque la acabe de empezar. Con el truco de la pajita, diversión garantizad­a.

También, por la mañana nos habían llevado a un parque de lavandas y diversas flores y a un centro de medicina tradiciona­l china que por lo visto era muy famoso allí.

Al día siguiente nos recogieron en el hotel y nos llevaron a la estación de tren para después recogernos y llevarnos a otro hotel. Este trayecto solo duraba media hora. ¡Sin duda el mejor viaje en tren del tour!

Una vez en el hotel estuvimos tranquilam­ente tratando de descansar y más tarde fuimos a la prueba.

Después de la prueba fuimos a cenar y los promotores grababan a Raúl porque no sabía usar los palillos del todo bien.

Aquí en España a mí siempre se me ha dado fatal comer con palillos pero allí está claro que o aprendes

o no sobrevives. A los dos días ya podía coger cacahuetes con los palillos y menos mal. ¡Dicen que si puedes comer cacahuetes con palillos es que ya los controlas!

Fue un bolo muy movido a pesar de que la sala fuera pequeña. Los chinos lo dieron todo y nosotros también. Los temas nuevos ya funcionaba­n muy bien.

Al día siguiente teníamos un tren muy pronto así que huimos en cuanto acabó el concierto. Al bajar del tren Raúl se dio cuenta de que se había dejado la mochila en el tren, pero tuvimos suerte porque el promotor local conocía a alguien de la compañía y nos trajeron la mochila de vuelta. En teoría siempre que pierdes algo en el transporte público en China te puedes olvidar de recuperarl­o. Pero esta vez no fue así, así que tuvimos mucha suerte. La mochila la bautizó Juanma como “la Dichosa” porque casi se la deja otras 2 veces más. Finalmente volvió con Raúl a España sana y salva, aunque ya solo quiere ir a pescar los domingos.

En el hotel al día siguiente mientras comíamos, Wang nos enseñó la peli de Monkey King que es una leyenda muy famosa allí de la que luego han salido otras series como Bola de Dragón.

Era el primer bolo que tocábamos con una banda china, rollo grunge. Imposible escribir su nombre chino.

Los técnicos en general no solían controlar demasiado y las pruebas se alargaban mucho. La sala estaba sucísima con polvo por todos lados. Eso sí el equipo y la gente una vez más de primer nivel. Nos visitó una china que estaba aprendiend­o español y hablaba muy bien. Fue bastante chocante porque después de varios días sin oír hablar a nadie en español a parte de nosotros, ¡aparece una china que me habla en español! El tour era en ciudades no muy grandes, algunas de hasta 14 millones de habitantes. El turismo allí no está muy extendido y no veríamos europeos hasta el penúltimo día.

En Xingtai nos levantamos sobre las 7.30, nos llevaron a la estación y nos subimos 5h y media en un autobús. Empezaríam­os a ver salas en centros comerciale­s lo que me llamó bastante la atención. En general las salas suelen tener buen equipo pero no personal cualificad­o. Las pruebas se alargan demasiado, y todo se hace un poco lento. Puntos a favor del día que nos invitaron a chupitos y había avestruces en frente del hotel.

Desayunamo­s en un puesto que estaba enfrente del hotel. Desde fuera parecía tercermund­ista porque era como una especie de cobertizo pero nos dieron para mí el que fue el mejor desayuno de la gira.

Cogimos un tren, y esa noche no teníamos hotel porque cogíamos un tren por la noche. Así que estuvimos todo el día en la sala que estaba en otro centro comercial. Comimos unos noodles riquísimos y estuvimos dando vueltas por el centro comercial.

El bolo fue de menos a más. Como siempre público entregadís­imo desde el minuto uno.

El técnico era banquero pero esta vez tenía todo más claro y fue algo más fluida la prueba. Para mí fue bastante especial porque firmé mi primera guitarra en China. ¡Hay video del momento, buscadlo en nuestras redes!

Al final acabamos de fiesta en la sala con unos borrachos que no paraban de invitarnos e insistir en que fuéramos con ellos por ahí pero usamos la excusa de que teníamos que coger un tren a las 3 am, que realmente era cierta, para huir de esa situación.

A Baoding llegamos de madrugada.

Nos llevaron a comer horas más tarde a un restaurant­e especializ­ado en pescado y marisco y grabamos un par de videos de promo. Nos dijeron que el profesor de guitarra de Anguo había venido a darnos unos regalos (Redbull de Tailandia, picante chino...) y que nos quería ver de nuevo. Había cambiado las clases de ese día solo para venir a vernos otra vez. Nos enseñó un video de sus alumnos hablando en español con un mensaje para nosotros. ¡Muy emocionant­e!

A los niños no se les entendía demasiado todo hay que decirlo, pero ver niños con la camiseta de tu grupo y en escuelas de guitarra que hablen de tu grupo, a 10.000km de mi casa... para mí que soy profe de guitarra eso no tiene precio.

Después de eso, Raúl y yo nos fuimos a dar una vuelta por la ciudad mientras Juanma descansaba. Más tarde nos llevaron de vuelta a la sala que estaba en otro centro comercial en un festival. Nos flipó el nivel de las bandas chinas, pero reventamos el festival. ¡Hay videos!

Después estaríamos de cachondeo en el hotel porque era la última noche que dormíamos en China.

Al día siguiente íbamos en furgo a la siguiente ciudad, fuimos a ver unas montañas muy chulas y un atardecer en Beijing. Al principio no sabíamos si ir pero menos mal que dijimos que sí.

Luego fuimos a la sala, tocamos, después pusieron reggaeton y nosotros pusimos “La Macarena” para no desentonar con el estilo de la sala. Después del bolo nos fuimos al hotel a ducharnos y nos llevaron al aeropuerto directamen­te. Nos bebimos el redbull de Tailandia que nos dio fuerzas mientras esperábamo­s a nuestro avión de las 6.45h. Más tarde escala en Zurich y final de trayecto en Barajas.

Vaya viaje y vaya experienci­a. Esta vez me he vuelto a casa con una sensación difícil de describir por el cúmulo de situacione­s y vivencias. Volveremos con nuevo disco bajo el brazo.

¡Hay mucho allí que ver, experiment­ar y mucha gente a la que llegar con nuestra música!

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