IRON MAIDEN 40 AÑOS DE KILLERS
ABRIENDO CAMINO
En 1980 IRON MAIDEN estaba en la cresta de la ola. Subidos a la espalda de su exitoso debut, la banda no solo se había garantizado la atención de la escena británica, sino que habían sabido aprovechar el impacto para girar sin descanso por todos los escenarios imaginables, incluyendo algunas fechas en grandes pabellones como teloneros de JUDAS PRIEST, que se encontraban presentando “British Steel”.
De hecho, la banda incluso se embarcó en su primer tour como cabezas de cartel, incluyendo sus primeras fechas europeas. Acompañaron a KISS en Europa y consiguieron un huevo en el Reading Festival, que sería su mayor concierto hasta la fecha.
“Nunca habíamos tocado para tanta gente en Inglaterra antes y hubo un momento en que Dave Lights, el ingeniero de iluminación, apuntó los focos al público y había gente hasta más allá de dónde alcanzaba la vista” – recordaba Steve Harris en su biografía “Run To The Hills” – “Tocando en un pub puedes verle el blanco de los ojos a la gente y eso puede ser intimidante si no estás acostumbrado, pero tocar para 40 mil personas… Cuando encendieron las luces y pude verlos a todos me dieron escalofríos”
Todo estaba saliendo rodado para la Doncella y parecía que nada podría salir mal, pero lo cierto es que no es oro todo lo que reluce y en el seno de la banda comenzaba a haber algunos problemas. No pasó mucho antes de que Dennis Stratton, por entonces guitarrista del grupo, saliera de la banda alegando “diferencias musicales”, que en realidad tenían mucho más que ver con su incompatibilidad personal con el resto de la banda durante los largos periodos de gira. Su lugar lo ocupó Adrian Smith.
Pero lo más preocupante llegaba de parte del vocalista Paul Di’Anno, que era claramente reconocido como el más fiestero del grupo. Y no es que el resto de la banda fueran angelitos precisamente, pero el consumo de alcohol y cocaína de Paul Di’Anno era algo totalmente fuera de lo normal. Sus excesos afectaban de forma directa a su desempeño en el grupo y se quejaba constantemente de estar afónico o tener molestias en la garganta. Por entonces aún era un mal menor, ya que el vocalista se quejaba mucho, pero seguía cumpliendo en el escenario a pesar de todo.
Y seguiría haciéndolo en estudio, aunque fuera solo por un disco más.
AL ESTUDIO
Iron Maiden habían tenido bastantes problemas con la producción de su primer trabajo y Steve Harris no estaba del todo contento con el sonido que había terminado teniendo el disco. Su intención inicial había sido la de contratar a Martin Birch, pero pensó que alguien con la carrera de Birch no se interesaría por una banda novel como Iron Maiden en aquel entonces. Y es que Birch había trabajado con grupos como Deep Purple, Rainbow o Wishbone Ash, y en 1979 se encargó de la producción de “Heaven & Hell” de Black Sabbath.
Pero para este segundo Harris habló con el productor y la química fue instantánea. Birch, que se convertiría en el productor por excelencia de Iron Maiden durante la siguiente década, aceptó grabar el segundo disco de la banda, y a él debemos agradecerle en gran parte el sonido que todos conocemos y amamos por parte de los británicos.
La banda se reunió con el productor en los Battery Studios de Londres en Noviembre de 1980 para grabar el que iba a ser su segundo álbum. Lo primero que hizo Birch al llegar fue colocar varios micrófonos de forma estratégica en una habitación y le pidió a la banda que entrase y tocase las canciones como si estuvieran en un concierto. Eso sería la base para los temas, a los que les añadirían arreglos, corregirían algunas partes o doblarían voces o guitarras como fuera necesario después. Era un proceso muy diferente al que siguieron con el primer disco, pero sirvió para que “Killers” tuviera un sonido mucho más grande y cuidado que el de “Iron Maiden”.
“Nunca había trabajo con un productor que estuviera tan involucrado en todo el proceso. Tenía mucho sentido del humor, pero cuando estábamos trabajando sacaba el látigo” – Recuerda Adrian Smith. Birch consiguió darle a Maiden el sonido que todos reconocemos, y la clave fue mucho más sencilla y evidente de lo que pueda parecer: simplemente se encargó de que cada instrumento pudiera brillar por si mismo, de que nadie se quedara enterrado en la mezcla, y de que los temas recogieran realmente la energía de la banda en directo, que desde el principio hasta hoy en día ha sido su mayor arma. La mayor parte de los temas de “Killers” estaban compuestos con anterioridad, por lo que su estilo es similar al del primer álbum. Sin embargo basta con poner uno y otro disco para notar la diferencia en el sonido. Tan solo “Muders In The Rue Morgue” y “Prodigal Son” fueron composiciones nuevas para este disco. También cabe destacar que, con la excepción de “Killers”, en la que comparte crédito con Paul Di’Anno, el resto de canciones fueron compuestas enteramente por Steve Harris, en una temprana muestra de su prolífica faceta compositiva, que tantos temas nos ha dejado a lo largo de su carrera.
Otro de los aspectos que hicieron de “Killers” uno de los discos más importantes en la carrera de Iron Maiden fue su artwork. La portada de este disco es una de las más reconocibles de la historia del Heavy Metal, y sirvió para que Eddie y el arte de Derek Riggss se conviertieran en una de las señas de identidad de la banda.
La portada nos muestra una escena nocturna en el East End londinense, con Eddie frente a un sex shop, sujetando un hacha chorreante de sangre y su víctima tratando de agarrarse desesperadamente a su camiseta, mientras alguien observa la escena tras unas coloridas cortinas. No solo es una portada impactante y memorable, sino que también contribuye a meter al futuro oyente en el ánimo y el tono oscuro de las letras y la música del disco. Una obra de arte que aporta contexto a la globalidad del disco.
Sobre esta portada, Derek Riggs comentó lo siguiente:
“El dibujo de Killers se hico unos tres años después del primero. Nunca me senté y pensé “voy a hacer que Eddie sea así o de esta otra forma”, soy muy espontáneo cuando dibujo. A veces ni siquiera utilizo un boceto para empezar. Relleno el espacio y empiezo a ponerle cosas. Eddie tiene un hacha en esta portada porque es un “axman”, es una broma sobre el nombre coloquial que le dan a los guitarristas en el mundo del rock. Su pelo me salió un poco a lo Farra Fawcett, pero está bien porque entonces estaban de moda esas melenas grandes y con mucho volumen en esa escena y la gente no se fijó demasiado. Pero de verdad, simplemente es mi estilo de crearlo sobre la marcha. Eddie no fue “desarrollado”. Eddie simplemente está ahí”
Así pues, el 2 de Febrero de 1981, hace ya la friolera de 40 años, “Killers” veía la luz. El disco recibió reviews bastante irregulares por parte de los medios especializados: algunos alabaron el progreso de la banda y la mayoría reconoció la notable mejora en el sonido, sin embargo no faltó quienes les echó en cara que la mayoría de los temas tuvieran un estilo y una tendencia muy similares a las del primer disco, sin apenas evolución ni mejoría aparente en las habilidades
compositivas de la banda. Parece que para algunos el temprano éxito de Iron Maiden no había terminado de gustar, y les veían como una especie de “impostores” o advenedizos que habían sabido crear expectación, pero que no tenían tanto que ofrecer.
Sin embargo, el público se mantuvo fiel a la banda y el disco alcanzó el puesto número 12 en las listas británicas, y acabaría siendo disco de Platino y de Oro en distintos países.
KILLERS
El disco comienza con la instrumental “The Ides Of March”, un tema de 1:46 minutos que es considerado por muchos como una de las mejores piezas instrumentales de la carrera de Iron Maiden, a pesar de su escasa duración. El tema es una evidente referencia a los “Idus de marzo” y la muerte de Julio César a manos de Brutus y sus secuaces.
En la Roma de Julio Cesar los “Idus” eran la parte central del mes, que en los meses con 31 días coincidían en el día 15, y en el resto, que tenían todos ellos 29 días, en el día 13. La muerte de Julio César alrededor del 15 de Marzo es un hecho histórico contrastable y constituye la primera referencia histórica fidedigna en una canción de Iron Maiden, algo que la Doncella tomaría por costumbre en futuros álbumes, tanto de la mano de Steve Harris como, especialmente, de la de Bruce Dickinson.
El tema, que nos ofrece unos excelentes solos de guitarra sobre un ritmo ágil y muy marcado de batería, tiene un aire épico casi militar muy reconocible. Adrian Smith y Dave Murray comienzan en este tema a dar muestras de lo que podía dar de sí su asociación, que se convertiría en uno de los dúos de guitarristas más emblemáticos y prolíficos de la historia del heavy metal, junto al formado por KK Downing y Glenn Tipton en Judas Priest.
Otra interesante curiosidad sobre “The Ides Of March” es el gran parecido que guarda con la canción “Thunderburst” de Samson. Y es que el batería de Samson, Thunderstick, había formado parte de Iron Maiden en sus primeras encarnaciones, antes de Doug Sampson y Clive Burr, y parece ser que fue
entonces cuando se compuso una primera encarnación de lo que luego sería “The Ides Of March”.
Thunderstick grabó aquel tema con Samson en 1980 en el disco
“Head On”. Aunque son temas muy similares, hay algunas diferencias: “Thunderburst” cuenta con una intro de guitarra acústica que no está presente en el tema de Maiden, mientras que este se encuentra afinado en una nota diferente, cambia una nota del acorde del riff principal del tema, y el final también es ligeramente diferente. Como curiosidad,
Steve Harris aparece acreditado como co-autor del tema de Samson, mientras que en “The Ides Of March” no hay ninguna mención para Thunderstick, siendo acreditada completamente a
Harris.
Una buena parte del reconocimiento que recibe
“The Ides Of March” hay que concedérselo a lo bien que encaja con el siguiente tema del disco, sirviendo como introducción para la archifamosa y sobradamente reconocida y admirada
“Wrathchild”. Y es que el segundo tema de este disco ha pasado a la historia como uno de los favoritos de la banda y de los fans, estando presente en la virtual totalidad de conciertos que la banda ha realizado desde su lanzamiento hasta hoy en día.
El tema fue compuesto y grabado en una encarnación anterior junto a “Sanctuary” para el disco recopilatorio “Metal For Muthas Vol. I”, que recogía grabaciones de algunas de las bandas más prometedoras del momento. Aunque la banda no quiso incluir la canción en su primer disco, al considerar que era redundante al haberla lanzado ya en el recopilatorio, cuando llegó el momento de grabar Killers decidieron darle una nueva y revitalizada oportunidad, como recuerda Steve Harris: “Wrathchild se grabó originalmente para un disco llamado “Metal For Muthas”, al igual que Sanctuary. Esto fue bastante antes de que tuviéramos un acuerdo discográfico. La versión en ese disco es bastante diferente. Mucha gente nos preguntó por qué no la incluimos en el primer disco, pero al estar ya grabada para “Meta For Muthas” pensamos que no era buena idea. Sin embargo cuando fuimos a grabar “Killers” ya no estábamos muy contentos con aquella versión y decidimos regrabarla adecuadamente. Las guitarras alrededor de la melodía vocal fueron cosa de Adrian. No están ahí originalmente, pero el decidió añadirlas y le dieron otro aire al tema.”
Hablando de la canción en sí, posiblemente se trate de uno de los temas más conocidos e instantáneamente reconocibles de Maiden, con el bajo entrando a modo de introducción del tema, seguido por la guitarra y por una melodía de voz directa y agresiva. La letra gira en torno a un hombre en busca de su padre, que lo abandonó en la infancia, presumiblemente con intención de vengarse:
I WAS BORN INTO A SCENE OF ANGRINESS AND GREED AND DOMINANCE AND PERSECUTION MY MOTHER WAS A QUEEN, MY DAD I'VE NEVER SEEN I WAS NEVER MEANT TO BE AND NOW I SPEND MY TIME LOOKING ALL AROUND FOR A MAN THAT'S NOWHERE TO BE FOUND UNTIL I FIND HIM I'M NEVER GONNA STOP SEARCHING I'M GONNA FIND MY MAN, GONNA TRAVEL AROUND
Una curiosidad quizás menos recordada sobre “Wrathchild” es el hecho de que existe una versión de estudio grabada con la voz de Bruce Dickinson. Esta versión se grabó poco antes de la salida del videojuego “Ed Hunter” en 1999, a modo de single para el mismo y también para presentar a la nueva formación de la banda, tras el retorno de Bruce y Adrian y la salida de Blaze, dejando al grupo con su conocida formación con tres guitarristas.
También resulta curioso que “Wrathchild” haya aparecido en la mayor parte de recopilatorios y directos de la banda a lo largo de su historia, mientras que ninguno de los singles de “Killers” lo ha hecho (“Purgatory”, “Twilight Zone”, “Women In Uniform”, “Invasion”)
El tercer tema del disco es “Murders In The Rue Morgue”, arranca con una intro misteriosa y bastante relajada, que desemboca en un riff frenético que imita a la melodía de la voz, consiguiendo un efecto amplificador en ambos, dando la sensación de que sean más fuertes y agresivos. Una de las novedades musicales del tema es el uso de los armónicos en el bajo, algo que Harris no había utilizado antes y que acabaría integrándose de forma habitual en su estilo en posteriores álbumes.
La canción se convirtió en una de las más interpretadas en los siguientes conciertos de la banda y estuvo presente durante bastantes años. Pero una de las cosas que más llaman la atención del tema es evidente desde el título: se trata de una canción inspirada en una obra literaria, en esta ocasión un relato de misterio de Edgar Allan Poe en el que el detective C. Auguste Dupin se enfrenta al asesinato de dos mujeres en la calle parisina que da nombre a la canción y al relato.
Esto es interesante porque, al igual que ocurre con las referencias históricas, las inspiraciones literarias son otra de las habituales influencias creativas para Iron Maiden, que ya dieron una primera muestra de ello en su debut con
“Phantom Of The Opera”, que en este tema volvían a poner de manifiesto. Si bien es cierto que la canción de Iron Maiden tan solo se inspira ligeramente en el relato de Poe, tomando casi como único nexo la localización de los cadáveres y el hecho de que sean dos mujeres. Además, la banda incorpora un componente de locura esquizofrénica a la mezcla en sus letras, dejando un cierre muy ambiguo en el que no queda del todo esclarecido si el narrador de la canción fue, o no, el asesino.
Esta ambigüedad y la posteriormente revelada costumbre de Iron Maiden de crear temas que son secuelas o precuelas de canciones anteriores, ya sea en distintos discos o en un mismo álbum, han llevado a especular muchas veces sobre las posibilidades de que “Innocent Exile”, que veremos unos temas más adelante, sea una secuela para esta canción, y de que el narrador de este tema sea el mismo que veremos posteriormente en el titular corte “Killers”.
El cuarto tema del disco quizás sea uno de los menos reseñables del disco. “Another Life” es un buen tema, que arranca con una introducción de batería y con un riff bastante animado que contrasta mucho con la oscuridad de la letra. Y es que si bien estamos ante un tema razonablemente veloz y que ciertamente tiene un gran potencial para disfrutarse en directo, la letra del mismo nos presenta a un hombre triste y deprimido que está contemplando el suicidio:
SHOULD I RETURN TO THE SCENE OF THE CRIME? WHERE THE TWO YOUNG VICTIMS DIED IF I COULD GO TO SOMEBODY FOR HELP TO GET ME OUT OF TROUBLE FOR SURE BUT I KNOW THAT IT'S ON MY MIND THAT MY DOCTOR SAID I'VE DONE IT BEFORE
AS I LAY HERE, LYING ON MY BED SWEET VOICES COME INTO MY HEAD OH, WHAT IT IS? I WANNA KNOW PLEASE, WON'T YOU TELL ME, IT'S GOT TO GO THERE'S A FEELING THAT'S INSIDE ME TELLING ME TO GET AWAY BUT I'M SO TIRED OF LIVING I MIGHT AS WELL END TODAY
El tema solo cuenta con la estrofa que podéis ver sobre estas líneas, repetida tres veces a lo largo de los tres minutos y veintitrés segundos que dura “Another Life”. Esta elección repetitiva se hizo con la intención de representar el agobio y la presión constante que las ideas suicidas pueden ejercer de forma recurrente en una persona atribulada con estos pensamientos.
“Killers” es el único disco de Iron Maiden que cuenta con dos temas instrumentales. El segundo de ellos ocupa el track número cinco del disco y lleva por título “Genghis Khan”. Con algo más de tres minutos de duración, este tema vuelve a poner de manifiesto el por entonces incipiente gusto de Iron Maiden por las referencias históricas.
Se trata de un tema mucho más complejo y desarrollado que “The Ides Of March” y quizás sea uno de los temas del disco que mejor refleja el talento de Clive Burr a la batería. Una de las peculiaridades más interesantes de este corte es que no cuenta con ningún solo de guitarra, algo que Steve Harris recuerda:
“Este fue un tema que podría haber tenido una línea vocal por encima, pero lo notábamos bien de forma instrumental. Una línea vocal lo habría sobrecargado. El tema se compuso para tratar de describir la sensación de las huestes de Genghis Khan al entrar en batalla como un bloque. Tiene sentido que no tenga ningún solo.”
“Innocent Exile” es uno de los temas más comentados del disco, al ser reconocido como una continuación directa de los eventos de “Muder In The Rue Morgue”, en los que la letra sigue al personaje de un fugitivo injustamente acusado (supuestamente), mientras trata de escapar a la justicia y seguir adelante con su vida:
I'M RUNNING AWAY, NOWHERE TO GO I'M LOST AND TIRED AND I JUST DON'T KNOW, YEAH THEY SAY I KILLED A WOMAN, THEY KNOW IT ISN'T TRUE THEY'RE JUST TRYING TO FRAME ME, AND ALL BECAUSE OF YOU, YEAH
Musicalmente el tema comienza con una intro de bajo con cierta influencia que casi podría considerarse funk, con algunos acordes de guitarra sonando de fondo, antes de la entrada de la voz, la batería y el riff principal. Curiosamente, este tema había sido una de las primeras composiciones de la banda, y había sido interpretado en directo en numerosas ocasiones antes de que la banda tuviera siquiera un contrato discográfico. Tras la salida del primer disco dejaron de tocarla y a la hora de grabarla para este álbum, decidieron hacer algunos cambios: la intro era originalmente al revés, con la guitarra llevando la voz principal y el bajo tocando acordes de fondo. Este cambio no es casual, y es que la predominancia del bajo de Steve Harris en la música de Iron Maiden y su influencia en el heavy metal internacional es tan grande que cuesta describirlo con palabras. Su estilo ha sido imitado en infinidad de ocasiones, y posiblemente todo tomara forma realmente en este segundo disco de la banda.
No obstante, lo más destacado del tema son, para mi gusto, los dos fantásticos solos de guitarra que podemos disfrutar en él. Uno para cada guitarrista, este tema vuelve a darnos una muestra de la fantástica dupla que comenzaban a formar Adrian Smith y Dave Murray.
Y por fin nos encontramos con “Killers”, el tema que da nombre al disco. Para muchos es la mejor canción de este segundo álbum de Iron Maiden y lo cierto es que no les faltarán argumentos para defender esta opinión. El tema
arranca con una espectacular intro de bajo y batería a la que pronto se unen unos gritos de Paul Di’Anno que le dan al tema una personalidad única que no habíamos visto en ningún otro tema de la banda hasta ahora. Se trata del único corte del tracklist original en el que la composición aparece acreditada de forma compartida a Harris y Di’Anno y la letra sigue a un asesino y sus sensaciones durante el acto de matar.
La letra del tema, en particular un cambio entre la tercera y la primera persona en la última estrofa, además de otras pistas a lo largo de la canción, sugieren que el narrador protagonista no solo estaría inspirado por una sed de sangre, sino que podría ser esquizofrénico, lo que ha hecho a mucha gente relacionar este tema como “Murders In The Rue Morue” e “Innocent Exile”, aunque la banda nunca ha confirmado nada de forma oficial:
MY INNOCENT VICTIMS ARE SLAUGHTERED WITH WRATH AND DESPISE THE MOCKING RELIGION OF HATRED THAT BURNS IN THE NIGHT I HAVE NO ONE I'M BOUND TO DESTROY ALL THIS GREED A VOICE INSIDE ME COMPELLING TO SATISFY ME
Aunque la letra de este tema es uno de sus elementos más alabados y reconocidos entre los fans de la Doncella, lo cierto es que, curiosamente, la concepción original del tema fue muy diferente. La banda interpretó esta canción en el Rainbow Theatre de Londres el 21 de Diciembre de 1980, durante un concierto que se lanzaría posteriormente como un vídeo bootleg llamado “Live At The Rainbow. La banda no había grabado el tema todavía (llevaban ya un mes inmersos en la grabación del segundo disco) y Di’Anno aún no había escrito la letra, pero Steve Harris insistió en interpretarla, lo que obligó al cantante a improvisar una letra sobre la marcha: