CRÓNICA DE ALYANZA
ALYANZA + BROTE
Sala La Nau (Barcelona) 27 de febrero de 2021
Sin duda este concierto será recordado. Tras un año difícil, en los que la maldita pandemia ha puesto a prueba la capacidad de adaptación de bandas, promotores, salas, etc., para muchos este era el bautizo de fuego tras meses en dique seco. Un intento de conseguir acercarse a aquella normalidad que nos robó el virus y que, a día de hoy remonta poco a poco con eventos como este.
Nada fácil lo tuvo la promotora Umwelt Rock. Ha estado “picando piedra” durante meses, haciendo frente a los mazazos de restricciones, cambios de fecha, cartel y demás dichas y desdichas, pero por fin pudo celebrarse. Y es que el asunto bien valía el esfuerzo, la presentación en directo del fantástico nuevo disco de los thrashers badaloneses Alyanza, “Life, Human” (2020). Como compañeros de cartel, tras la caída de Tayo a última hora, tuvieron al cuarteto de Viladecans, Brote, de estilo totalmente diferente, navegando entre el rock urbano y el hard rock que presentaron al público de La Nau su segundo redondo titulado “Besos a Destiempo” (2020).
Y la apuesta salió bien, aunque con un aforo reducido de alrededor de 100 personas, se consiguió SOLD OUT días antes de la fecha señalada. Eso sí, las normas fueron muy estrictas: todo el público debía estar sentado, respetando la distancia de seguridad y luciendo mascarilla obligatoriamente. Por su parte, los músicos tuvieron que pasar una prueba de antígenos para poder actuar. En todo momento la barra permaneció cerrada y la movilidad del publico quedó limitada para ir al baño o al puesto de merchan, nada de salir del local. La pregunta estaba en el aire ¿se podría conseguir la magia del directo de rock en estas condiciones? Teniendo en cuenta que no estamos precisamente ante la actuación de un cantautor, o en una representación teatral… ¿Podremos contagiarnos de esa magia en forma de música que nos transforma y nos hace vibrar? Porque el METAL es energía, adrenalina, pasión, luz, color y volumen, ¡mucho volumen! Opiniones hay de todo tipo, y conforme se vayan sucediendo más eventos podremos formarnos una idea más clara de cómo funciona, pero de momento esto es lo que hay.
Las puertas abrieron puntualmente a las 18:00h. Brote saltaron a escena al filo de las 18:30h. Los tiempos estuvieron muy marcados y respetados a rajatabla. Abrieron con “Intromisión” del nuevo álbum, y ya quedó claro que había ganas de que aquello se convirtiera en una noche para recordar. Como siempre, la calidad de sonido de La Nau, espectacular, no tan bien la iluminación, a base de contraluces y tonos estridentes. Durante la primera mitad de la descarga hicieron un extenso repaso al nuevo trabajo “Besos a Destiempo” (2020). Desplegaron su rock rebelde a lo largo y ancho de temas como “Alas Mojadas”, “Maldita sea” o “Motivo de Celebración” donde ya tenían al público vibrando inquieto desde sus asientos, estaba claro que ganas de levantarse, bailar y divertirse no faltaban. Quizá Javier Martínez, el nuevo bajista, fue el más movido y activo sobre las tablas. Es la incorporación más reciente al núcleo estable que ya formaban Carlos Sánchez, guitarra y voz, Esteban Cabezas, guitarra y Néstor Mut, batería. Como ellos mismos dicen, es el final de su particular “maldición de los bajistas”, que ya arrastraban desde que empezaron allá por 2012. Da la sensación de que esta vez sí es el definitivo.
Temas como “Juego en Tercera”, en la que expresan a corazón desgarrado la dureza que supone no ser una banda de primera fila, son una buena muestra de ese rock callejero y humilde que les caracteriza. Aquí Carlos se luce a la voz con una interpretación muy sentida demostrando que lo suyo sale directamente desde el corazón, otra prueba de ello es “Justicia de
Necios (Hambre)” o “Probar la Tentación” donde estuvo a un gran nivel vocal. Ejerció perfectamente de frontman consiguiendo que, más que un concierto, aquello pareciese una reunión de colegas. Hubo también un recuerdo para su primer álbum, “Rock Contagioso” (2017), del que tocaron entre otros, “Resurrección” y “Resistencia”, con la que cerraron su actuación brillantemente. En definitiva, que pese a las restricciones y todas las normas de seguridad, sí hubo un Brote, pero de rock altamente contagioso. Mientras se hacía el cambio de set y bandas, la sorpresa saltó al presenciar en directo una petición de mano, se declaraba nada menos que Pep, el locutor del programa de radio “Metal Vortex”. Aunque para sorpresa, la que se llevó la misma novia, que aceptó entre griteríos y aplausos generales, claro. En otros aspectos, poco se parece esto a un concierto de los que estábamos acostumbrados, a estas alturas ya se hubieran formado las colas de rigor frente a la barra, o se juntarían grupos de gente charlando con amigos y conocidos, pero ahora hay unas restricciones y todo el mundo respetó lo que tocaba. Poco más tarde, cuando sólo pasaban diez minutos de las ocho, Alyanza ocupó el escenario y comenzó a sonar la intro que daba paso a “Life, Human”, tema homónimo del nuevo disco. A poco que conozcamos un poco el material de los veteranos badaloneses, nos damos cuenta de que este nuevo trabajo supone otro gran paso adelante dentro de su estilo. Desde que comenzaran en 2003 como grupo de Power Metal, fueron radicalizándose cada vez más hasta la salida de su primer trabajo discográfico, “Mind Control” (2010) donde su camino estuvo claramente orientado al Thrash Metal. Se afianzaron en él con su siguiente lanzamiento “A New Beginning” (2012). En “Gods” (2017), su siguiente disco, ya comenzaron a añadir progresivamente a su música géneros menos radicales y puristas, siendo en éste “Life, Human” (2020) donde, con la incorporación de Marta a los teclados, su sonido evoluciona considerablemente expandiendo horizontes. Además, Marta, también hace coros, que son contrapunto especial a la peculiar voz, Thrash Old School, de Chuky.
No pocos tuvieron la sensación de estar rozando la magia con la yema de los dedos. No hubo tregua, la siguiente, “Star of Heaven”, también del nuevo trabajo, cargada de caña y melodía, es un referente en el nuevo sonido de Alyanza. No dejó indiferente al público, que tenía hambre de directo, y se notó, pese a estar “atados” a sus asientos. No dejó de verse el clásico mar de guitarras imaginarias, melenas desbocadas y puños en alto, eso sí, con mascarilla, pero con el brillo en la mirada de estar disfrutando del bolo como la primera vez.
Los riffs de “Inmortal” nos transportaron a los tiempos del disco “A New Beginning”, velocidad y melodía sin descanso. Andrés, “Chuky”, no es de hacer muchos parlamentos entre tema y tema. así que bajo la promesa de una “lenta” nos envolvimos en “Into the Black” de su disco “Gods”, de principio muy tranquilo pero que se va convirtiendo en un trallazo a medida que avanza. Para el siguiente tema, “Directions”, con la excusa de otra lenta llegaron hasta a poner taburetes el escenario como si de un concierto acústico se tratara, al poco desaparecieron los asientos y enseguida les tuvimos corriendo de nuevo arriba y abajo del escenario. Destacaron los guitarras Eduardo y Alberto, apuntalando nuestras neuronas incisivamente durante todo el bolo. Todo este tiempo que llevan compartiendo los puestos de hacha, les ha servido para disfrutar de tocar juntos y estar compenetrados al máximo en todo momento. Por su parte la base rítmica formada por el propio Chuky al bajo, y el muy técnico batería Alfonso, estuvo muy compactada y, junto a Marta, formaron un muro sónico de gran altura. Se nota que son una formación que, aunque es estable hace apenas tres años, ya atesoran un sonido propio que les hace originales en lo suyo. Tras “Bad emotions” sonó “Duality”, otra joya de este “Life, Human”, muestra del nuevo camino que están recorriendo, también en esa línea va “Something” otro tema de fuertes rítmicas y melodías absorbentes. Cuando decidieron pisar el acelerador no se anduvieron con contemplaciones, tiraron de temas de sus discos anteriores, con guitarras demoledoras y los ritmos frenéticos sin respiro. Y para rematar “Lie, Rotten, False”, pista que cierra el “Life, Human” y que sonó atronadoramente brutal. Para la traca final reservaron una sorpresa muy especial, el nuevo guitarrista de Leize, Mikel Lazcano, se unió a ellos para interpretar “Lost Behind the Silence” y “Revolution”, donde mostraron su vena más batalladora y social. Para entonces todo el mundo ya estaba contagiado del buen rollo que se transmitía desde las tablas, viviendo los estribillos apasionadamente y cantando a pleno pulmón. No faltaron tampoco los agradecimientos a la sala y los asistentes. También hubo un caluroso recuerdo para Claudio, organizador del evento y que no pudo asistir por problemas de salud. Para cerrar, del “Gods” rescataron “Oceans of Sands”, preludio de la tormenta final a lomos de “New R-Evolution”, también del último disco, thrashera 100% y de estribillo contundente. Uno de esos temas llamados a convertirse en favorito de los fans. En fin, despedida y gran celebración, pero breve, dadas las restricciones.
Conciertos como este, con la que está cayendo, son un regalo para los sentidos. Es reconfortante comprobar que la magia sigue ahí, aunque sea sólo un primer paso en el largo camino que aún queda por recorrer.