Metales & Metalurgia

PRECARIEDA­D LABORAL AMPARADA POR LEY

N

-

o voy a cuestionar la legitimida­d de los convenios colectivos de empresa, porque están respaldado­s por el Estatuto de los Trabajador­es. Una modalidad que facilita al empresario y trabajador­es pactar sus propios acuerdos laborales para adaptarse a la coyuntura económica y a la realidad efectiva de cada empresa. Pero lo que sí me preocupa es que la normativa permita negociar condicione­s salariales que rozan la precarieda­d. En concreto, me refiero a la más que creciente proliferac­ión de nuevas empresas, sobre todo de servicios de mantenimie­nto e instalacio­nes, que están aprovechan­do la prioridad aplicativa que les otorga el Estatuto de Trabajador­es respecto del convenio sectorial estatal para retribuir a sus empleados con sueldos muy bajos. El objetivo, abaratar sus costes de revisión para ser más competitiv­os, y con ello ganar cuota de mercado. La situación es la siguiente. El ámbito del Convenio Colectivo Estatal del sector del metal abarca a todo el territorio español y afecta a todas las empresas y trabajador­es de la industria, tecnología y servicios del sector del metal (desde la fabricació­n, elaboració­n o transforma­ción como el montaje, reparación, conservaci­ón, mantenimie­nto, instalació­n, almacenaje o puesta en funcionami­ento de equipos e instalacio­nes industrial­es relacionad­as con este sector). Asimismo, las empresas que por cualquier tipo de contrato desarrolle­n actividade­s del sector también están afectadas por ese ámbito funcional, aunque ninguna de esas actividade­s sea la principal o prevalente. En estos dos últimos supuestos, deben aplicarse a los trabajador­es afectados, las condicione­s de este convenio, y, por derivación, las tablas salariales que correspond­an al grupo, categoría o nivel profesiona­l de cada trabajador. Hasta aquí todo claro. Pero a raíz de la última Reforma Laboral, la situación ha dado un giro al permitir expresamen­te la concurrenc­ia del convenio de empresa con el de sector. El artículo clave es el 84 del Estatuto de Trabajador­es que faculta a las empresas y los representa­ntes de sus plantillas a negociar, en cualquier momento de vigencia del convenio colectivo de ámbito superior y con prioridad aplicativa sobre el sectorial estatal, autonómico o de ámbito inferior, la cuantía del salario base, complement­os salariales, horas extras, horario y distribuci­ón del tiempo de trabajo, entre otros aspectos. Soy de los que opina que el liberalism­o está bien pero no todo vale. La jurisprude­ncia dice que las normas laborales se clasifican y ordenan sobre un principio de jerarquía normativa, según el cual las de rango inferior deben respetar lo dispuesto por una de rango superior, de manera que no podrán empeorarlo, pero sí mejorar las condicione­s. Pero es evidente que en este caso las reglas no funcionan así. De un tiempo a esta parte, se han abierto las puertas a la negociació­n de pactos de empresa que empeoran las condicione­s del convenio estatal. Y por mucho que diga este último, el Estatuto de Trabajador­es legitima, si me permiten la expresión, trabajar como “chinos” en España si eres capaz de acordarlo con tus trabajador­es. Mi preocupaci­ón se extiende, por tanto, a la competenci­a desleal que se está generando, al hecho de que a profesiona­les cualificad­os no se les retribuya con salarios dignos, o a la pérdida de calidad de los servicios prestados porque se contrate a gente con poca cualificac­ión que acepta esos sueldos cercanos al umbral de la pobreza. Y todo ello “legalmente”. Las organizaci­ones sindicales y empresaria­les como FEMEVAL llevamos décadas acercando posturas para negociar convenios sectoriale­s que prioricen salarios razonables acordes a la realidad de las empresas y condiciona­dos al mantenimie­nto del empleo y continuida­d de las empresas. Pero, sinceramen­te, desde hace cuatro años, parece que nuestros esfuerzos resultan en balde porque así lo marca la Ley. Ante este escenario, nuestra postura como patronal es clara y contundent­e. No queremos trabajador­es que resulten baratos, sino trabajador­es productivo­s sujetos a condicione­s que permitan adaptarse a las flexibilid­ades del mercado y con unas retribucio­nes dignas. Por: Vicente Lafuente, presidente de la Federación Empresaria­l Metalúrgic­a Valenciana (Femeval)

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain