LA UE quiere ahorrar 7.500 millones cada año gestionando mejor los residuos de la construcción
La Unión Europea podría ahorrar cada año cerca de 7.500 millones de euros gestionando y utilizando mejor los materiales procedentes de los residuos de construcción y demolición, teniendo en cuenta que se generan al año más de dos toneladas de residuos de construcción y demolición per cápita, y el coste por tonelada es de 10 euros.
Con el objetivo de presentar el nuevo Protocolo de Gestión de Residuos de Construcción y Demolición en la UE y analizar las oportunidades de negocio que ofrece la gestión de estos materiales, “transformando esta montaña de residuos en una oportunidad económica y social”, expertos del sector y de la Comisión Europea han celebrado en Madrid un Conferencia que ha reunido a los principales actores del mercado para compartir buenas prácticas y crear nuevas oportunidades.
Los residuos de construcción y demolición representan un riesgo para el medio ambiente y presentan auténticos desafíos para la UE. Cada ciudadano europeo genera al año más de dos toneladas de residuos de construcción y demolición. Para transformar esta montaña de residuos en una oportunidad económica y social, expertos del sector y de la Comisión Europea han elaborado el Protocolo de gestión de residuos de construcción y demolición en la UE.
El objetivo general del Protocolo es aumentar la confianza en el proceso de gestión de los residuos de construcción y demolición, así como en la calidad de los materiales reciclados procedentes de ambas actividades. Fomentando el mercado de residuos de construcción y demolición, podrían crearse miles de puestos de trabajo de calidad.
Para impulsar el crecimiento del sector, es fundamental que exista una economía circular de la construcción, mediante la demolición y posterior reconstrucción con materiales creados a partir del reciclado de residuos. Teniendo en cuenta que una tonelada de residuos vale aproximadamente 10 EUR, cada año podrían ahorrarse en la UE unos 7.500 millones EUR utilizando mejor los materiales procedentes de los residuos de construcción y demolición. Y no solo se beneficiaría el sector de la construcción: cada tonelada que se recicla implica una tonelada menos de vertidos, lo que generaría evidentes beneficios para el medio ambiente.