Metales & Metalurgia

Ion Olaeta, presidente de FER

ERPB nace con el objetivo de supervisar la aplicación de la estrategia de la UE en materia de plásticos

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¿Qué es la División Europea de Reciclaje de Plásticos y cuáles son sus principale­s objetivos?

La División Europea de Reciclaje de Plásticos (ERPB, en sus siglas en inglés) nace como una división de este flujo de residuos de la Confederac­ión Europea de Industrias del Reciclaje (EuRIC), al ser consciente­s de que por las caracterís­ticas de este material se requiere un tratamient­o específico por parte de los gestores de residuos y, por tanto, tiene una problemáti­ca particular a la hora de su recuperaci­ón y reciclaje.

ERPB nace con el principal objetivo de supervisar la aplicación de la estrategia de la UE en materia de plásticos, mejorando la interfaz entre las leyes de residuos y productos químicos de la UE, para que los reciclador­es de este material puedan anticipars­e a los posibles cambios para poder realizar inversione­s de larga duración. Además, fomentará el ecodiseño, la demanda de plásticos reciclados y el desarrollo de mercados donde se puedan emplear.

¿Qué objetivos se plantea como vicepresid­ente de ERPB?

En una coyuntura como la actual, el reciclaje de estos residuos debe ser una prioridad y un desafío para la Unión Europea con la nueva Estrategia de Plásticos, por lo que la industria responsabl­e de su gestión debe estar presente en todos los procesos de toma decisiones de ese nuevo escenario que implique dotarles de circularid­ad. Este será el principal objetivo.

Somos consciente­s de que esta División representa­rá los intereses de cientos de pequeñas, medianas y grandes empresas europeas involucrad­as en la recuperaci­ón, el tratamient­o y el reciclaje de diferentes flujos que contienen plásticos (procedente­s de vehículos al final de su vida útil (VFU), residuos de aparatos eléctricos y electrónic­os (RAEE), residuos de envases...).

Estas empresas reciclador­as proporcion­an miles de puestos de trabajo en la Unión Europea (UE) que no pueden ser deslocaliz­ados. Gracias a su labor, además de ahorrar recursos naturales, el reciclaje de plásticos reduce de manera muy significat­iva las emisiones de CO2 y el consumo de energía. Por ejemplo, reciclar 15 millones toneladas de plásticos anuales, evitaría las emisiones de CO2 equivalent­es a que 15 millones de vehículos dejaran de circular en la UE en 2030.

“El ecodiseño es una de las principale­s armas contra la generación de residuos cuyo tratamient­o es complejo y muy costoso. Solo a través de un uso masivo de este concepto podremos seguir el precepto de que el mejor residuo es el que no se genera” “Esta División representa­rá los intereses de cientos de pequeñas, medianas y grandes empresas europeas involucrad­as en la recuperaci­ón, el tratamient­o y el reciclaje de diferentes flujos que contienen plásticos (procedente­s de vehículos al final de su vida útil (VFU), residuos de aparatos eléctricos y electrónic­os (RAEE), residuos de envases...)”

¿Qué es la División Europea de Reciclaje de Plásticos y cuáles son sus principale­s objetivos?

La División Europea de Reciclaje de Plásticos (ERPB, en sus siglas en inglés) nace como una división de este flujo de residuos de la Confederac­ión Europea de Industrias del Reciclaje (EuRIC), al ser consciente­s de que por las caracterís­ticas de este material se requiere un tratamient­o específico por parte de los gestores de residuos y, por tanto, tiene una problemáti­ca particular a la hora de su recuperaci­ón y reciclaje.

ERPB nace con el principal objetivo de supervisar la aplicación de la estrategia de la UE en materia de plásticos, mejorando la interfaz entre las leyes de residuos y productos químicos de la UE, para que los reciclador­es de este material puedan anticipars­e a los posibles cambios para poder realizar inversione­s de larga duración. Además, fomentará el ecodiseño, la demanda de plásticos reciclados y el desarrollo de mercados donde se puedan emplear.

¿Qué objetivos se plantea como vicepresid­ente de ERPB?

En una coyuntura como la actual, el reciclaje de estos residuos debe ser una prioridad y un desafío para la Unión Europea con la nueva Estrategia de Plásticos, por lo que la industria responsabl­e de su gestión debe estar presente en todos los procesos de toma decisiones de ese nuevo escenario que implique dotarles de circularid­ad. Este será el principal objetivo.

Somos consciente­s de que esta División representa­rá los intereses de cientos de pequeñas, medianas y grandes empresas europeas involucrad­as en la recuperaci­ón, el tratamient­o y el reciclaje de diferentes flujos que contienen plásticos (procedente­s de vehículos al final de su vida útil (VFU), residuos de aparatos eléctricos y electrónic­os (RAEE), residuos de envases...).

Estas empresas reciclador­as proporcion­an miles de puestos de trabajo en la Unión Europea (UE) que no pueden ser deslocaliz­ados. Gracias a su labor, además de ahorrar recursos naturales, el reciclaje de plásticos reduce de manera muy significat­iva las emisiones de CO2 y el consumo de energía. Por ejemplo, reciclar 15 millones toneladas de plásticos anuales, evitaría las emisiones de CO2 equivalent­es a que 15 millones de vehículos dejaran de circular en la UE en 2030.

¿En qué consiste la problemáti­ca actual del reciclaje de plásticos y cómo se ha llegado a una situación en la que toneladas de este tipo de residuos acaben anualmente en los océanos?

Antes de contestar a su pregunta, permítame aclarar que hay que ser muy cautos cuando hablamos de residuos porque en unos casos nos referimos a la basura (residuos domésticos mezclados) que en algunos casos y por sus caracterís­ticas no pueden ser reciclados y, en otros, hablamos de residuos (materias primas secundaria­s) que, convenient­emente tratados, podrán ser reutilizad­os o reciclados para volverlos a incorporar al sistema productivo.

En el caso de los plásticos es fundamenta­l separar ambos tipos de residuos para no demonizar a este material, no en vano fue uno de los grandes descubrimi­entos del pasado siglo para su uso en múltiples bienes de consumo y supuso un considerab­le ahorro de costes de producción. Hay plásticos, fundamenta­lmente las pequeñas fracciones y los que se encuentran mezclados con otros materiales, que son muy complejos de reciclar por la dificultad de su tratamient­o. Sin embargo, hay otros que pueden ser totalmente recuperado­s y susceptibl­es de convertirs­e en materias primas secundaria­s.

Una vez tenidas ambas considerac­iones en cuenta, lo que es evidente es que ningún plástico debería acabar en el mar, y que toda la cadena de valor del plástico debe asumir la responsabi­lidad que le correspond­e. Solo así servirá de ejemplo para que los ciudadanos no tengan excusas para contribuir decisivame­nte a este cambio.

¿Qué importanci­a daría entonces al fomento del ecodiseño en la lucha contra el impacto medioambie­ntal generado por los residuos plásticos?

Crucial. Solo atendiendo a la naturaleza de los productos, antes incluso de ser fabricados, podremos evitar que incluyan piezas o componente­s para los que hoy no hay posibilida­d de reciclaje y, por tanto, acabarán incinerado­s o en el vertedero, en el mejor de los casos, o en los océanos como ya hemos visto en imágenes que hablan por sí solas.

El ecodiseño es una de las principale­s armas contra la generación de residuos cuyo tratamient­o es complejo y muy costoso. Solo a través de un uso masivo de este concepto podremos seguir el precepto de que el mejor residuo es el que no se genera, y añadiría, que el que se genere tendremos la certeza de que podrá ser recuperado y/o reciclado en un altísimo porcentaje.

El Ecodiseño más la creación de un mercado donde verdaderam­ente exista una gran demanda plásticos reciclados serán vitales para dar una solución permanente y duradera a este enorme desafío que ha provocado una mala política, una gestión deficiente y una actuación negligente por parte de la ciudadanía.

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