LA AMIGDAlITIS ES
Más frecuente en la infancia y disminuye en la edad adulta hasta casi desaparecer a partir de los 50.
TRATAMIENTO
Es diferente según el tipo de amigdalitis. En las víricas, el médico suele pautar antiinflamatorios y antipiréticos, para reducir dolor, inflamación y fiebre. En las bacterianas puede necesitarse el uso de antibióticos, siempre bajo control.
PREVENCIÓN
Las anginas resultan difíciles de prevenir, porque el contagio se produce por vía respiratoria. La prevención depende tanto de la persona con amigdalitis como de la que puede llegar a contagiarse.
Como recomendaciones generales, se debe seguir una dieta rica en vitamina C y una alimentación general variada, con fruta y verdura, subraya el otorrino.
También es aconsejable evitar los cambios bruscos de temperatura y beber los líquidos templados (ni demasiado calientes ni demasiado fríos), tener una buena higiene oral y lavarse las manos de forma frecuente. A ello se añade el consejo de no usar los mismos cubiertos o vasos que otra persona y taparse con el antebrazo la boca cuando haya tos.
FACTORES DE RIESGO
Entre ellos destacan los antecedentes familiares, las condiciones de hacinamiento y la contaminación ambiental, que incluye el tabaquismo crónico, según el estudio de Atención Primaria. Todos los grupos poblacionales están igualmente expuestos a padecerlas, con independencia de su nivel.
CASOS GRAVES
Hay ocasiones en las que una infección de anginas puede derivar en una patología más grave. “Son casos en los que se inflama una sola amígdala o una más que otra, desplazando la úvula (campanilla) hacia la línea media. Es una patología que se llama absceso periamigdalino”, precisa la doctora Urda Valcárcel.
En el absceso periamigdalino se forma una bolsa de pus en el espacio situado entre la amígdala y la pared muscular de la faringe; o bien un absceso parafaríngeo, causado por formación de esa bolsa de pus pero ubicada de forma lateral a la pared faríngea, que tiene importancia porque es la zona de paso de venas, arterias y nervios de gran trascendencia. También puede originarse un absceso cervical, generalmente por infección de un ganglio.
En el pasado, antes de la existencia de los antibióticos, había una enfermedad llamada fiebre reumática, fruto de una reacción inmunológica cruzada entre una proteína situada dentro de las bacterias causantes de amigdalitis bacteriana y una proteína del organismo, ubicada en el riñón y el corazón. El único tratamiento era la extirpación de las amígdalas.