dime cómo gastas y te diré cómo eres.
¿Piensas que quien más tiene es más feliz o prefieres cuidar de tus ahorros? La coach Verónica Rodríguez explica cómo el dinero y la forma de gastarlo nos influyen.
Existen personas con una gran capacidad para generar dinero y, al mismo tiempo, con bastante dificultad para poder administrarlo. ¿Quién no tiene alguna amiga que ganando mucho más que nosotras no consigue llegar a fin de mes y suele decir que el dinero “se le esfuma”? En el polo opuesto existen otras personas que tienen una gran habilidad para poder administrar el poco dinero que consiguen.
Da igual la profesión o el rango laboral que un individuo posea, ya que establecer un buen vínculo con el dinero exige conocerse en profundidad. Hay personas que vienen de familias cuya relación con la economía no ha sido un factor ni de estrés ni de conflicto y que ya tienen incorporado, en su vínculo con el dinero, herramientas de control y disfrute; y otras que necesitan adquirir ciertas destrezas para manejarse mejor.
la relación con el dinero
Algunas preguntas nos pueden ayudar a meditar sobre qué tipo de relación mantenemos con el dinero. Lo primero que debes plantearte es cuál
es el peso del dinero en tus decisiones cotidianas. Y también de qué manera influye en tu relación con otras personas.
Otra pregunta clave para identificar tu relación con el dinero es: ¿de qué forma estás ganando dinero? ¿Hay disfrute, agobio, culpa o sensación de estancamiento, miedo a ganar más, miedo a perder?
Y por último, si el dinero es un vínculo más, ¿qué tipo de relación mantienes con él: destructiva, creativa, posesiva, desprendida?
siempre hay solución
Dependiendo de tus respuestas, si sientes que tienes un asunto pendiente con el dinero es importante que sepas que existen distintas técnicas que tienen que ver con la gestión del estrés, la disminución del miedo a perder y/o a ganar, también con poder asociar la idea de dinero a pequeños momentos de placer personal sin culpas. Darse cuenta de que no se puede gastar lo que no se tiene es imprescindible para poder establecer una sana relación con el dinero. La autoestima influye sustancialmente en la relación entre el debe y el haber. Hay una frase del escritor Jonathan Swift que nos ayuda a reflexionar: “Una persona inteligente debería tener dinero en su cabeza, no en su corazón”.