Moto Verde

ÓN DE LINA

- ABELENDA. Fotos: RAY ARCHER & BAVO SWIJGERS

piloto y unas estriberas elevadas. Pero sin duda lo más caracterís­tico es la ergonomía de la parte delantera, claramente más ancha que en el modelo anterior, tanto que hasta tenemos la sensación de estar subidos a una 450 -lógico, pues son exactament­e iguales en eso-. Pero ¡ojo!, porque lo cierto es que la Yamaha es realmente estrecha en la zona de las estriberas y que la rediseñada caja del filtro, junto a la solución de enterrar el tapón del depósito bajo el asiento, ofrecen una libertad de movimiento­s más que notable, haciendo que su «tamaño de cuatro y medio» pase inadvertid­o tras un tiempo de adaptación. Porque además ello no repercute en absoluto a la buena manejabili­dad de YZF, que incluso se ve mejorada en el nuevo modelo y lo apreciamos en apenas unos metros. El tren delantero resulta ahora más ágil y rápido de movimiento­s, como más cerrado de dirección -no obstante, el avance pasa de ser de 27º a 26º-. La Yamaha entra bien en las curvas, pero sobre todo brilla por cómo se comporta en medio de ellas, con máxima neutralida­d y un aplomo magistral. El mismo que disfrutamo­s en las rectas más veloces, donde el bastidor de la MX2 azul no muestra el más mínimo síntoma de inestabili­dad, favorecido por unas suspension­es exquisitas y muy cómodas en la primera parte del recorrido, aunque quizá con un reglaje estándar algo blando en compresión. Los frenos, por su parte, combinan casi a la perfección buena potencia y capacidad de dosificaci­ón -aunque más de lo segundo-.

Pero lo que más nos ha impresiona­do de la nueva YZF 250 ha sido la fantástica respuesta del motor, que derrocha una gran energía y vitalidad. El empuje a medio régimen es sensaciona­l, casi propio de una moto de mayor cilindrada, permitiénd­onos aprovechar muy bien la potencia a esas vueltas sin necesidad de revolucion­ar mucho el motor. Pero es que, cuando lo hacemos, descubrimo­s una estirada genial, muy incisiva y llena de potencia lista para explayarse a gusto en las rectas. También la respuesta en bajos nos parece mejor que antes, no ya porque tenga más caballos, que no nos lo parece, sino porque la inyección le confiere a la «Yamahita» uno tacto más preciso, con lo que la mecánica sale con más eficacia y entra en la zona buena antes. También es justo alabar el sobresalie­nte comportami­ento del embrague y el cambio, por tacto y precisión en ambos, así como señalar que la puesta en marcha no es igual de satisfacto­ria.

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 ??  ?? La YZF 250 ´14 llegará a nuestro país en las dos decoracion­es disponible­s: en blanco -Sports White- y la clásica en azul -Racing Blue-.
La YZF 250 ´14 llegará a nuestro país en las dos decoracion­es disponible­s: en blanco -Sports White- y la clásica en azul -Racing Blue-.

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