TEST TRAIL
Una montura trail, de media cilindrada, que se pone de cero a cien en 3,9 sg y alcanza los 242 Km/h. de marcador, es como un cohete capaz de llevarte al hiperespacio. Se trata del nuevo «aparato» de Ducati concebido sobre la vertiginosa Hypermotard, pero
Ducati Hyperstrada. La trail más exclusiva y diferente.
odo comenzó allá por el 2007 cuando surgieron los modelos más rabiosos de Ducati. Pero ahora, la nueva Hyperstrada es un auténtico lobo con piel de cordero, cuya estética resulta casi tan impactante como las de aquellas motos pero con algunas modificaciones menores que la hacen más civilizada. Las Hypermotard e Hypermotard SP destacan por sus líneas afiladas y puntiagudas, mientras la Hyperstrada llega con unos rasgos suavizados y dos colores disponibles, el clásico rojo Ducati, o el elegante blanco Artic. Lo realmente llamativo es que logra reunir el espíritu deportivo de una supermotard, con la vocación viajera de una Touring; eso, sin contar con la intencionalidad de encuadrarse dentro del segmento trail, tan de moda en la actualidad. Para esto último llega peor preparada, pero gracias a su contenido peso y volumen, junto a una electrónica capaz de adaptarse a cualquier escenario, también podría encajar dentro de esta filosofía. Eso sí, habría que calzarla previamente con unos neumáticos más polivalentes que los asfálticos Pirelli Scorpion de perfil bajo y, sobre todo, pertrecharla con algunos accesorios propios del «off road». Echemos un vistazo a las entrañas de esta singular montura que, en definitiva, deberíamos catalogar como «cross over».
PRENSADA
La Hyperstrada no se parece a ninguna otra trail de media cilindrada del mercado; es como si hubiera sido prensada en aras de lograr unas dimensiones más propias de una monocilíndrica, que de una bicilíndrica de 821 c.c. Además, su propulsor también se encuentra «estrujado» al máximo para alcanzar una envidiable relación peso/potencia de 2,11 Kg/CV. Entrega nada más y nada menos que 100 CV reales -una delicia cómo empuja- y va elegantemente emplazado a lo «naked» dentro de un chasis multitubular de tipo Trellis. Ambos, chasis y motor, son casi idénticos a los de la Hypermotard, pero tanto las modificaciones en la electrónica, como un ángulo de dirección más relajado, aproximan a la moto al espíritu aventurero para el cual ha sido concebida. Además, para dulcificar su comportamiento, los ingenieros han reducido el cruce de válvulas desde los 40 grados -típicos de los motores de altas prestaciones- hasta los 11. Una configuración que reduce la potencia máxima final, pero mejora el medio régimen y, por ende, su dosificabilidad. Gracias a esta misma tecnología también se optimiza el consumo, las emisiones, e incluso se alarga el intervalo de mantenimiento de las válvulas hasta los 30.000 km.
Siguiendo la tendencia actual de dotar a las trail «medianas» de la tecnología de sus hermanas mayores, esta ochocientos se entrega de serie con el Ducati Safety Pack, que incluye ABS desconectable y regulable en dos niveles, el control de tracción de 8 niveles -también desconectable- y hasta tres modos de conducción que funcionan en perfecta sinergia con aquellos dispositivos. Todo ello se puede manejar fácilmente desde la piña izquierda y sin soltar el manillar; incluso no será necesario detenerse para cambiar de un modo de conducción a otro, tan solo necesitaremos soltar los frenos y el gas durante un instante. Pero si nos detenemos, podremos entrar en un «hiperextenso» menú que te permite personalizar absolutamente todo a tu gusto, pudiéndose modificar cada modo de conducción y memorizarlo, o no, así como restablecer los valores de fábrica en cualquier momento. Esto representa una gran ventaja, porque podremos dejar la moto lista para cualquier terreno y circunstancia que nos encontremos en un periquete. Y todo ello sin preocuparnos de quitar el contacto o dejar la moto aparcada hasta el día siguiente, pues lo podemos ajustar, combinar y guardar sin problemas.