SEIS DÍAS MX
Zach Osborne, Mike Brown, Antoine Meo, Mathias Bellino, Alex Salvini, Manuel Monni, Johnny Aubert, Tayla Jones, «Pela» Renet, Loïc Larrieu… No recuerdo una edición de los Seis Días, y llevo ya unas cuantas sobre mis espaldas, en la que pilotos o expilotos de cross reconvertidos a enduristas hayan cobrado un protagonismo tan grande. La verdad es que la ocasión lo propiciaba, puesto que, primeramente, en esta 88ª edición hemos vivido las jornadas más cortas de la historia, que los días cuarto y quinto llegaron incluso a situarse por debajo de las seis horas. Si a eso añadimos el diseño de unas especiales más teñidas de motocross que de enduro, la ausencia de «extremas -algo que ya es norma de obligado cumplimiento en los ISDE-, la escasa dificultad técnica del propio rally, y los tiempos en general sobrados, el resultado no es otro que un escenario idóneo para el lucimiento de hombres -y mujeres, la australiana Tayla Jones sin ir más lejos- «de circuito».
Incluso se ha dado el caso, infrecuente por demás, de que un debutante en la especialidad, el estadounidense de Trofeo Zach Osborne, ha cerrado su actuación en estos sus primeros Seis Días, con un sexto puesto de clase, además de con victoria, claro, en su correspondiente manga de cross, celebrada, en favor aún más de los intereses de los crosseros, sobre un verdadera pista de motocross y no en «una paradera con un par de saltos», como otras veces.
En nuestro vuelo de vuelta a España coincidíamos con el seleccionador nacional, Josep Alonso, quien nos decía: «si los Seis Días mantienen, como todo parece indicar, esta tónica, yo veo claro que, al menos con vistas a la configuración de f-turos equipos Junior, habrá que
echar mano de gente que venga del cross. ¿El problema? Que si debemos pelear con países como Francia, eso no basta, puesto que ellos cuentan con una cantera de la que nosotros carecemos y con hombres que despuntan no sólo en Francia, sino también en certámenes
internacionales ». En fin, no hace tantos años, irrumpir en unos Seis Días con la sola experiencia del cross como bagaje previo, y despuntar al primer intento era poco menos que inviable. O al alcance únicamente de fenómenos como Stefan Everts -inolvidable su proeza de 2003, cuando se llevó de calle los Seis Días de Brasil-. Pero ahora corren otros tiempos y de ello ya toman buena nota quienes tienen la última palabra sobre la composición de los diferentes quipos de Trofeo y Trofeo Junior.