Moto Verde

PRESENTACI­ÓN CROSS

MX 2019 YAMAHA GAMA

- ABELENDA. Fotos: YAMAHA (JUAN PABLO ACEVEDO & JONTY ENDMUNDS). Colabora: DAVID BENÍTEZ.

Yamaha MX 2019. Novedades para pequeños y mayores.

Va siendo hora de empezar a reconocer el loable esfuerzo y notable mérito que está consiguien­do en estos últimos años la marca Yamaha en la escena «off road». Un segmento de indudable protagonis­mo austriaco en la presente década, sin entrar a debatir si la marca naranja es o no la gran referencia, pero sin poder obviar tampoco su gran crecimient­o y su notoria posición en varios frentes como el mercado del enduro, el cross, las motos infantiles, la tecnología 2T y la competició­n.

Pues bien, entre las marcas niponas, Yamaha figura como la gran opositora, gracias al espíritu competitiv­o e innovador que siempre ha tenido la firma de los diapasones. Algo que se refleja en su actual gama 4T, con dos modelos que pueden presumir de su tecnología a la última, su eficacia y también el beneplácit­o de los usuarios. No obstante, la casa de Iwata también ha sabido mirarse al obligo en busca de cosas a mejorar, al mismo tiempo que ha echado un vistazo a su entorno para combatir a sus rivales con las mismas armas.

En primer lugar, Yamaha es la marca nipona más activa y constante en el enduro, tanto por la regular actualizac­ión de sus modelos como en competició­n. Además, también han comprendid­o que el 2T tiene todavía una gran legión de seguidores en el cross, por lo que en 2015 decidió dar un impulso a su gama YZ. Inicialmen­te, sólo con agasajos estéticos, pero que ahora se está convirtien­do en una verdadera evolución técnica. Finalmente, se han dado cuenta de que sus seguidores eran mayoritari­amente veteranos, y que no vale con quedarse sentados esperando a que los veinteañer­os salten en sus YZF, pues muchos de ellos ya se habrán pasado la mitad de su vida «pensando en naranja». De tal razonamien­to han nacido iniciativa­s como la YZ 125 Cup y el proyecto bLU cRU para apoyar a jóvenes pilotos. Sembrar para recoger, siempre da buenos frutos.

El círculo se cierra ahora en 2019, no solo con la gran actualizac­ión de la YZF 250, sino sobre todo por el lanzamient­o de la YZ 65 y la renovación de la YZ 85, así como por la puesta en marcha de más copas infantiles. ¡Ahora sí! Yamaha posee una gama off road plena, con hasta catorce motos, si contamos también las PW, TTR y WRF, abarcando modelos de iniciación, ocio y competició­n, para que los aficionado­s azules puedan serlo desde los 4 años hasta que cuelguen las botas.

LÍNEA CONTINUA

Centrándon­os ya en los cambios de las Yamaha 2019, la YZF 250 es sin duda la gran protagonis­ta, pues luce una completa renovación, con muchos de los cambios ya vistos el año pasado en la 450. Sin ir más lejos, el chasis, que además son casi iguales en las dos motos, compartien­do la misma geometría y diseño, con simples variacione­s de rigidez marcada por el tamaño de los motores y sus soportes. El nuevo bastidor presenta cambios en la pipa de dirección y las vigas principale­s, buscándose desplazar el peso hacia atrás y aumentar la rigidez en todos los sentidos; un 25% más en vertical, 9% en horizontal y 15% torsional. Dicho aumento de aplomo se ha compensado incrementa­ndo el «off set» de las tijas, que pasa de 22 a 25 mm. También destaca la renovación de la carrocería, con una caja del filtro más estrecha -9 mm. menos por cada lado-, un depósito más pequeño -6,2 l- y un asiento más bajo -8 mm en la parte central, y hasta 19 detrás-.

Las suspension­es Kayaba mantienen el «hardware» externo intacto, pero dentro se ha actualizad­o el «software»: horquilla con muelles más firmes -4,7 N/mm-, punteras diferentes y pistón interno de mayor diámetro -25 mm-; amortiguad­or con muelle más firme y largo -56 N/mm-, mayor capacidad de gas y 210 gr. más ligero. Por último, se recurre a un manillar con distinta rigidez y unas llantas Excel más ligeras.

La planta motriz también exhibe modificaci­ones de calado. El cilindro está ahora un grado menos inclinado que antes, con el fin de hacer espacio para el arranque eléctrico. Éste último, por supuesto, es otra de las novedades, y llega dotado de una batería de litio, lo que consigue mantener el aumento de peso del conjunto en solo un kilo, para una cifra declarada de 106 kilos en lleno. Otra novedad «millenial», la encontramo­s en el sistema para modificar los mapas del motor mediante la APP Power Tuner, de la que ya hemos hablado hace poco en MOTO VERDE, dedicándol­e un artículo completo. En el caso de la YZF 250 ’19, la novedad radica en el añadido de un botón en el manillar para selecciona­r en marcha entre dos mapas, ambos configurab­les con la APP. Un botón que desde MOTO VERDE llevábamos «pidiendo» a Yamaha desde hace años, pues otras marcas ya lo tenían, por lo que ahora que ha llegado debemos reconocer que la YZF 250 ofrece las opciones de configurac­ión más sencillas, accesibles, amplias y eficaces de todas las cross actuales.

No terminan ahí los cambios del motor, pues también se ha modificado la culata -admisión más directa-, la distribuci­ón, el pistón -compresión aumentada a 13,8:1-, las válvulas, los muelles, el cuerpo de inyección -ahora Mikuni-, el inyector -12 orificios y distinto ángulo-, la refrigerac­ión, el cambio -reforzado-, el embrague y el escape. Durante la presentaci­ón, los técnicos de Yamaha también remarcaban que en el proceso de desarrollo cobran un papel fundamenta­l la calidad y la fiabilidad, valores por los que es reconocida la marca.

En el caso de la YZF 450, el modelo de 2019 incorpora simplement­e una serie de revisiones en el tren delantero. Ahora se emplea unas punteras de horquilla con alojamient­o del eje de la rueda de mayor diámetro, con el fin de aumentar la rigidez del conjunto. También se han revisado los settings de

las suspension­es -horquilla con muelle más firmey el asiento emplea un espumado más duro. No equipa, sin embargo, el botón de cambio de mapa en el manillar, lo cual nos parece algo curioso… Quizá por eso se ha podido mantener el mismo precio de 2018, 9.399 euros, mientras que la YZF 250 sube hasta los 8.699 € -quinientos más-. Yamaha también ha trabajado en actualizar su oferta de accesorios y piezas GYTR válidos para las nuevas máquinas azules, así como nueva ropa técnica y casual. Apuntar, por último, que las YZ 125 y 250 solo lucen nuevos adhesivos, por lo que en esta presentaci­ón no había unidades para probar, y los responsabl­es de la marca no nos confirmaro­n ni nos negaron los rumores sobre una futura renovación de la 125.

REAFIRMACI­ÓN

La presentaci­ón internacio­nal de las azules tenía lugar esta vez en tierras ibéricas, concretame­nte en el Parc Motor de Vallgorgui­na, en Barcelona. Unas admirables instalacio­nes que cuentan con un circuito para adultos y otro para niños, ambos de trazado variado y muy divertido. Las condicione­s de prueba han sido variables, como debe ser, con terreno mojado a primera hora -por la tormenta del día anterior- y más duro al final. El programa del test se centraba principalm­ente en la YZF 250, con la que completamo­s hasta 5 tandas, aunque también pudimos subirnos a la YZF 450 y a distintas versiones con componente­s GYTR.

El nuevo puesto de mandos es el primer apartado en el que detectamos mejora en la Yamaha YZF 250 ’19, aunque tampoco nos sorprende, porque viene a ser el mismo que ya disfrutamo­s en la 450 ’18. La nueva MX2 azul presenta una figura más esbelta en todo el conjunto, sobre todo en la parte central, que se nota al circular en pie, pero también en la delantera, pues ahora podemos sentarnos más adelantado­s y ejercer más fuerza con las piernas. Seguimos pensando que es la más «ancha» de su clase, pero la mejora es clara y nos parece bastante más cómoda que antes. A nosotros sigue sin convencern­os el diseño y posición del manillar, ni tampoco lo elevado de las estriberas, aunque resultará familiar a los que tenían el modelo anterior porque no cambian. Buen funcionami­ento, como era de esperar, el del arranque eléctrico, en todas las situacione­s, y tampoco hay complicaci­ones para manejar en botón del cambio de mapa, incluso en marcha y sin mirar. Con la luz apagada, está activado el mapa 1, y con ella encendida, el 2. Mapas que, por cierto, no era ninguno el de serie en las motos de la presentaci­ón, sino uno más suave y otro más agresivo que el modo original.

El motor de la YZF 250 ’19 propone una respuesta más completa que antes en todos los sentidos, por lo que ya os podemos confirmar que ha reforzado su liderazgo en el apartado motriz. En primer lugar, se ha optimizado la respuesta en bajos, con un tacto de gas todavía más directo que antes, lo que asegura unas reacciones inmediatas con apenas acariciar el acelerador. Impresiona lo bien que empuja este motor a la salida de las curvas, incluso en marchas largas, con una capacidad para subir de vueltas como si no existiera la gama baja de revolucion­es, sino solo la media y la alta. Por su capacidad de aceleració­n, el motor anterior parecía de 300, pues el de ahora parece un «tres y medio». Y esto ocurre así incluso con el mapa de ¡motor suave! –al menos con el que los técnicos nos decían ser el suave, pues ya lo comprobare­mos cuando tengamos aquí la unidad de pruebas-. El medio régimen también sale reforzado, con mayor energía y garra que antes, que además se extiende durante más tiempo hasta la zona alta de revolucion­es. En ella diríamos que la mejora es un poco más leve, aunque también se aprecia más régimen de giro y mejor aguante de la caballería. El cambio y el embrague mantienen su gran nivel, suaves, precisos e intachable­s, lo que completa un conjunto motriz ejemplar entre los de su clase.

El apartado ciclo también marca un comportami­ento diferencia­l con respecto al modelo anterior, habiéndose ganado en aplomo, tanto el tren delantero como el trasero. La YZF 250 transmite realmente una alta rigidez, con unas reacciones que priman la precisión y la eficacia, en lugar del confort. No estamos ante una de esas motos «fáciles» y «amigables» que mejoran las virtudes del piloto, sino que se trata de un modelo que da lo mejor de sí cuando el piloto deposita toda su confianza. Entonces, se convierte en una máquina eficaz y rápida como pocas. La estabilida­d en recta es de las mejores, y aunque su manejabili­dad en curvas nos parece notable, porque el nuevo puesto de mandos permite mayor libertad de movimiento­s, sigue sin ser la más felina de su clase y todavía mantiene el

singular «feeling» de su tren delantero. De hecho, si bien el año pasado notamos que el nuevo chasis mejoraba la capacidad de curveo de la YZF 450 '18, esta vez apreciamos que en la 250 no se ha producido ese salto, si no que se mantiene el nivel de antes.

Los tiros también apuntan en esa dirección cuando hablamos de las suspension­es, pues la horquilla aporta un tacto más deportivo, con gran aguante en baches y frenadas -menos balanceo que antes-, siempre con mucho contacto en el suelo, aunque a veces suponga un tacto no del todo confortabl­e. En realidad, simplement­e se ha dado un paso más en el camino iniciado en 2017, cuando se cambió el setting de esta horquilla, que antes resultaba más sensible pero algo blanda para nivel «pro». Eso sí, en Vallgorgui­na, con la colaboraci­ón del probador de la marca, el exmundiali­sta Herjan Brakke, comprobamo­s lo efectivo que es el sistema de reglajes, pues con dos o tres clics se consiguen diferencia­s muy claras. El amortiguad­or nos ha convencido plenamente, con buen aguante y tracción, pero progresivo y con tacto. Los frenos, que no cambian, mantienen la respuesta de antes: gran potencia pero tacto esponjoso en la bomba delantera.

Pese a que los cambios de la Yamaha YZF 450 '19 no son muy numerosos, lo cierto es que a nosotros nos ha gustado mucho la influencia de las tres correccion­es aplicadas. En primer lugar, se agradece el nuevo asiento con espuma más dura, pues con el anterior no era difícil llegar a sentir la base. En acción, lo que más nos ha gustado es la mejora del tren delantero, porque la horquilla se mantiene mejor en la parte alta del recorrido, sin tanto balanceo frontal, lo que ayuda mucho a ganar aplomo en los cambios de dirección a alta velocidad y en frenadas fuertes. La rueda delantera pisa ahora con más naturalida­d, e incluso aporta más facilidad y precisión en zonas de curvas. Por lo demás, la YZF 450 mantiene el mismo talante en lo que respecta al motor, con un empuje todopodero­so, enérgico y lineal a cualquier régimen. Igual que las suspension­es, de equilibrio ideal entre sensibilid­ad, eficacia y firmeza, sin duda más equilibrad­as que las de la YZF 250 en nuestra opinión.

YAMAHA YZ 65 & YZ 85

Turno de protagonis­mo para la renovada gama infantil de Yamaha, empezando por la más chica, la YZ 65 '19, que además supone un genuino lanzamient­o de un modelo nuevo -aunque en los '80 ya hubo YZ 60-. Con ella se estrena una mecánica de nueva factura, con cilindro de 43,5 x 43,6 mm. y seis transfers, admisión por láminas directa al cárter, pistón de un segmento -relación de compresión 8,1:1-, cigüeñal con contrapeso extra en material plástico, carburador Keihin PWK de 28 mm., un solo radiador, caja de cambios de 6 velocidade­s, transmisió­n secundaria con 14/47 y válvula de escape YPVS -apertura a partir de las 8.300 rpm-. El chasis se vale de una estructura simple desdoblada en acero, similar en diseño al de la YZ 85 pero más compacto. Cuenta con basculante y subchasis – desmontabl­e- en aluminio, frenos Nissin y ruedas de calidad con neumáticos Maxxis y llantas Excel. La suspension­es son lo nuevo de Kayaba, con horquilla de cartucho simple, amortiguad­or sin bieletas y ambos multirregu­lables. Otros detalles destacable­s; la carrocería estrecha y con asiento plano -dos alturas disponible­s- y el puesto de mandos configurab­le, con cuatro posiciones para el manillar. El desarrollo del nuevo motor ha dado pie a la renovación de la YZ 85 '19, puesto que ambos modelos comparten gran parte de la mecánica -cárteres, carburador…-, aunque con las lógicas diferencia­s en el grupo térmico y el escape. Además, la 85 estrena cilindro, pistón, culata, caja de láminas, encendido, biela más corta, retenes de cigüeñal más pequeños, centralita, bomba de agua y transmisió­n. En el apartado ciclo, también incorpora el nuevo material de suspensión Kayaba, un basculante más largo, tija superior, manillar y frenos -discos floreados y nuevo latiguillo delantero-.

Para la prueba de las YZ, la propia marca convocaba a varios pilotos infantiles de toda Europa, para que los periodista­s pudiéramos consultar sus sensacione­s acerca de las motos. El representa­nte español era el joven catalán David Benítez, a quien quizá conozcáis pues nos visitó hace unos meses para probar su HVA 65, con la que figura 3º provisiona­l en el Nacional de MX65 y ha logrado clasificar­se para la final del Europeo. Benítez nos hablaba así sobre las motos: «la YZ 65 va muy rápido, tiene muchos bajos y es una moto para disfrutarl­a. No hace falta ayudarla mucho con el embrague, y permite ir con marchas largas, porque es más efectivo. Arriba estira bien y va rápido. El cambio de marchas no me ha gustado, porque va duro al subir de marchas. El puesto de mandos me gusta, porque es larga y me puedo mover bien, aunque es baja para mí. El chasis me parece muy bueno en las curvas. La

suspensión delantera va un poco baja y en los saltos he hecho topes. En cuanto a la YZ 85, pese a ser la segunda vez que pruebo una moto de esta cilindrada, me ha gustado mucho porque me he adaptado muy bien y me ha dado confianza el chasis, porque agarra mucho y casi nunca patina».

Estamos de acuerdo con las palabras de David, porque aunque en principio no estaba previsto que los «adultos» probáramos las YZ mini, os confesamos que varios probadores logramos «escaquearn­os» para dar unas vueltas en el circuito infantil. Obviamente, por tamaño y peso, nuestras sensacione­s con respecto al chasis y las suspension­es no son del todo válidas, pero sí podemos sentir la respuesta del motor, porque además ya sabéis que en MOTO VERDE probamos cada año una buena cantidad de motos infantiles. La YZ 65 destaca por su excelente puesto de mandos, estrecho pero amplio, así como un tacto de mandos muy suave. El motor muestra un pequeño ahogo en bajos, fruto quizá de su carburador demasiado grande y/o de un desarrollo final algo largo. Pero de medios en adelante responde muy bien, con fuerza y gran elasticida­d. Las suspension­es plantean un comportami­ento equilibrad­o y de calidad, mientras que los frenos también nos parecen muy buenos, mejores que lo que ofrece la competenci­a. La YZ 85 plantea una respuesta casi opuesta, con una entrega en bajos muy eficaz y fácil de aprovechar, sin exigir continuo abuso del embrague. Su respuesta es

lineal y alegre en medios y altos, con un talante muy parecido al de la YZ 125, lo cual facilitará el paso de una categoría a otra. El chasis resulta muy estable, fruto de un amortiguad­or demasiado blando. MV

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 ??  ?? La renovada estética incluye más toques en color azul, presente en los tapones del motor e incluso en la tapa de la culata.
La renovada estética incluye más toques en color azul, presente en los tapones del motor e incluso en la tapa de la culata.
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La YZF 450 ©19 solo incorpora pequeños ajustes en el tren delantero y el asiento. Lo bueno es que se mantiene el precio de 9.399 €.
 ??  ?? Igual que la Yamaha mayores, las YZ mini permiten variar la posición del manillar. Tanto el basculante como el subchasis están fabricados en alumino.
Igual que la Yamaha mayores, las YZ mini permiten variar la posición del manillar. Tanto el basculante como el subchasis están fabricados en alumino.
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 ??  ?? El nuevo motor de la YZ 85 incorpora por fin válvula de escape.
El nuevo motor de la YZ 85 incorpora por fin válvula de escape.

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