Moto Verde

HISTORIAS VERDES

Con cinco títulos mundiales en su palmarés, Georges Jobè es uno de los grandes de la historia del motocross, pero también es célebre por un histórico adelantami­ento en el salto doble del circuito de Hawkstone Park, Inglaterra.

- JUAN PEDRO DE LA TORRE. Fotos: MPIB.

Georges Jobè y el salto doble.

El piloto belga Georges Jobè sólo tenía 19 años cuando ganó su primer título mundial de motocross de 250 en 1980. Ya entonces se convirtió en una celebridad. Ese año, además, ganó el Motocross de las Naciones -todavía con equipos de cuatro pilotos- junto a Malherbe, Vromans y Van den Broek, antes de que se iniciara el primer periodo de dominio norteameri­cano que se extendió de 1981 a 1993. Jobè también se adjudicó el Trofeo de las Naciones, que se disputaba con motos de 250, con el equipo belga en el que figuraban Malherbe, Vromans y Harry Everts como compañeros.

En esos momentos era, sin lugar a dudas, la mayor promesa del motocross belga, que ya era mucho decir teniendo en cuenta que en esos días Bélgica contaba con pilotos -y sólo citamos a los que ganaban carreras- de la talla de Harry Everts, André Malherbe, André Vromans, Eric Geboers, Marc Welkeners, Gaston Rahier, Raymond Boven, Ivan Van den Broek, Jean Claude Laquaye… y el gran Roger de Coster, en su última temporada en activo.

Lo cierto es que a Jobè se le complicaro­n las cosas en los años siguientes. En 1981 tenía encarrilad­o el título cuando se lesionó en una carrera del campeonato belga y se perdió la cita de Unadilla, en Estados Unidos, y después se volvió a lesionar en Rusia y no pudo correr en Holanda. Neil Hudson le superó por sólo dos puntos… En 1982, complicaci­ones a mitad de temporada permitiero­n que Danny Laporte cobrara ventaja, y Jobè volvió a ser subcampeón. Pero en 1983 volvió a coronarse campeón por segunda vez en 250.

Tras cuatro años corriendo como piloto oficial de Suzuki, Jobè dio el salto a 500 de la mano del equipo de fábrica de Kawasaki. La marca verde perseguía su primer título mundial de motocross, y confió en Jobè para el asalto al Mundial de 500. Jobè no defraudó: en la primera carrera, disputada en Austria, el belga se hizo con la victoria.

UN AÑO PARA LA HISTORIA

El Mundial de Motocross de 1984 será recordado como uno de los campeonato­s más brillantes de la historia. En 500, la pelea entre Jobè, Malherbe, Geboers y el británico Dave Thorpe alcanzó tintes épicos. Durante muchas carreras, los cuatro rivalizaro­n por el podio, capitaliza­ndo en la mayoría de las ocasiones las posiciones de privilegio.

Jobè se mantuvo líder hasta la cuarta cita, Francia, donde el segundo doblete consecutiv­o de Malherbe hizo que el piloto de Honda empatara a puntos con él. En Suecia, Jobè recuperó el liderato en solitario, pero en Alemania Malherbe volvió al primer puesto de la tabla y Thorpe también superó a Jobè: los tres estaban separados por tan sólo tres puntos. En Holanda la situación se mantuvo igual aunque las distancias se estiraron. Y así, el Mundial de 500 se plantó en Estados Unidos.

La carrera se disputó en Carlsbad, donde los pilotos «yankees» dominaron a placer: Broc Glover, Ricky Johnson y Johnny O’Mara coparon el podio. Jobè tuvo un mal día y Malherbe se escapó en la clasificac­ión, aventajand­o al de Kawasaki en 28 puntos. En Canadá, Jobè ganó las dos mangas, con Malherbe y Vromans tras él, y Thorpe se lesionó.

EL SALTO DOBLE

La siguiente cita era en Hawkstone Park (Gran Bretaña), y Jobè necesitaba reaccionar y así seguir recortando la distancia con Malherbe. En aquellos días los circuitos de motocross seguían teniendo un diseño

bastante clásico, siguiendo la orografía del terreno, aunque debido a la influencia norteameri­cana y el auge del supercross, comenzaban a verse nuevos tipos de saltos, apareciend­o las mesetas y los saltos dobles. En Hawkstone Park se decidió diseñar un largo salto doble que pusiera a prueba el temple de los pilotos de 500 y sus potentes motos.

Los pilotos recibieron el obstáculo con precaución. Sólo unos pocos se animaron a intentarlo durante los entrenamie­ntos, y Jobè fue uno de ellos. Pero a la hora de la verdad, nadie se mostraba con suficiente confianza como para hacerlo de forma continuada.

En la primera manga, Thorpe se anotó la victoria y Jobè fue segundo, mientras que Malherbe acabó quinto, con lo que Jobè pudo recortar un buen puñado de puntos al de Honda. Y nadie se atrevió con el salto doble, tanto por no probar lo desconocid­o como por no controlar las reacciones de la moto ante semejante vuelo y el impacto en la recepción. Pensad que hablamos de hace 34 años, y lo que hoy en día es habitual, dobles y triples, entonces era proeza saltarlos.

La segunda carrera fue otra historia. Thorpe volvió a marcharse, con Vromans tras él. Jobè peleaba por la tercera posición con Malherbe, pero no conseguía doblegarle. Así una vuelta tras otra. Llegó un momento en el que Jobè parecía darlo por perdido, pero en un momento concreto pensó: lo intentaré en el doble.

Además, el salto estaba situado tras una zona rizada, lo que complicaba más lanzarse al doble. Malherbe eligió el lado derecho, en la trazada más corta, y Jobè aceleró con determinac­ión por la izquierda. Aprovechan­do su mayor inercia, Jobè voló de cresta a cresta, de izquierda a derecha, superando por el aire a un sorprendid­o Malherbe que no pudo explicarse de donde había salido Jobè. Los aficionado­s ingleses jalearon la maniobra con gran estruendo. La tercera plaza fue suya, y una vez ahí, Jobè siguió realizando el salto doble en las siguientes vueltas. Terminó tercero y Malherbe fue cuarto, recortando un poco más la diferencia.

La lucha entre ambos prosiguió en las dos siguientes citas, Bélgica e Italia, donde Thorpe ganó todas las mangas. Malherbe y Jobè corrieron evitando errores, y el piloto de Honda se anotó su tercer título de 500. Para Jobè el subcampeon­ato en el año de su debut en la clase reina no fue un mal resultado, aunque no terminó satisfecho. En cualquier caso, esa temporada fue una campaña para el recuerdo, que quedará enmarcada para los anales de motocross con el icónico vuelo de Jobè en Hawkstone Park, una mañana de julio de 1984. La apuesta de hacer el salto era ¡doble o nada! MV

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 ??  ?? En 1984, Kawasaki buscaba su primer título mundial en 500, para lo que fichó a Georges Jobè, procedente de Suzuki, con dos títulos de 250 bajo el brazo, pero debutante en la clase de 500. El belga mostró sus credencial­es ganando la primera carrera y pugnando por el título hasta el final.
En 1984, Kawasaki buscaba su primer título mundial en 500, para lo que fichó a Georges Jobè, procedente de Suzuki, con dos títulos de 250 bajo el brazo, pero debutante en la clase de 500. El belga mostró sus credencial­es ganando la primera carrera y pugnando por el título hasta el final.
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 ??  ?? Thorpe y Malherbe fueron, junto a Jobè, los que pungaron por el título de 500 en 1984. Malherbe pudo tomar unos puntos de ventaja, ante lo que Jobè tuvo que reaccionar con arriesgada­s y heroicas maniobras como saltar el temible doble de Hawkstone Park.
Thorpe y Malherbe fueron, junto a Jobè, los que pungaron por el título de 500 en 1984. Malherbe pudo tomar unos puntos de ventaja, ante lo que Jobè tuvo que reaccionar con arriesgada­s y heroicas maniobras como saltar el temible doble de Hawkstone Park.

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