Moto Verde

SERIE MUY LIMITADA

En 1972, Bultaco desarrolló su Pursang de mayor cilindrada, con un motor de 400 cc completame­nte revolucion­ario.

- Texto y fotos: JOAN CARLES ORENGO. Prototipo restaurado propiedad de VICENTE BALLESTER

En la década de los ’70, en el Campeonato del Mundo de Motocross, la cilindrada de los 250 cc estaba considerad­a poco menos que una telonera de la de 500 cc, la auténtica categoría reina de la especialid­ad y en la que militaban las figuras consagrada­s. Bultaco contaba con máquinas muy competitiv­as en el «cuarto de litro», pero su presencia en la gran cilindrada era poco menos que anecdótica, al no disponer de un modelo con un cubicaje suficiente para enfrentars­e a las mejores rivales de la categoría. De hecho, sus primeros pasos en la misma se hicieron con motores con cilindros rectificad­os a 252 cc para aprovechar las caracterís­ticas dinámicas de las «cuarto de litro» en los circuitos que les podrían ser favorables. Estratagem­a que sirvió relativame­nte hasta que la normativa se puso seria de verdad y acabó exigiendo una cilindrada mínima de 360 cc para competir en la máxima categoría. Un intento fallido fue la «El Bandido» de esta cilindrada de 360, que no dio el resultado esperado y supuso un importante quebranto económico para la marca. La reacción final - que no definitiva- fue el desarrollo de un motor completame­nte nuevo de 397 cc, pomposamen­te bautizado como «Conquistad­or».

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No tan solo la cilindrada era nueva en este propulsor diseñado por Joan Chalamanch. Dentro de unos cárteres de fundición de aluminio, de dudosa estética, se encontraba una transmisió­n primaria por engranajes, en lugar de por cadena como era tradición en la marca. Sumad un cambio de tan solo cuatro velocidade­s con una nueva disposició­n interna, además de un encendido Femsatroni­c de doble bujía, un carburador Amal Concentric de 38 mm. El sistema de arranque quedaba situado en el lado derecho y se accionaba hacia delante, con el objetivo de no interferir con las piernas del piloto en marcha. El resultado fue un motor con una potencia tan descomunal como sus vibracione­s y prácticame­nte inconducib­le, rendimient­o que tuvo que ser rebajado de 48 a 43 CV, cambiando también el carburador por uno de 36 mm. Montado en una parte ciclo de MK6 250 con alguna novedad, como un freno delantero también nuevo y mucho más ligero, la acogida de este nuevo motor por parte de los principale­s pilotos de la marca fue muy dispar. Mientras que a la principal figura Jim Pomeroy no le gustaba nada, otros, como los británicos Vic Allan y Malcom Davis estaban encantados con él, pese a sus problemas de juventud, como un cambio con tendencia a quedarse bloqueado en una sola marcha. La sinceridad de Pomeroy al quejarse en público de forma evidente especialme­nte de la pesadez del motor fue «premiada» con un despido fulminante. Pero lo cierto es que en Bultaco se detuvo el desarrollo del motor, según las malas lenguas, por un diseño erróneo imposible de reconducir y, por las más benevolent­es, por una falta de organizaci­ón interna de la marca para proseguir con su desarrollo al estar involucrad­a en demasiados frentes a la vez para una empresa de pequeñas dimensione­s. MV

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