Moto Verde

La increíble historia del Merino Team

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Posiblemen­te hayáis oído hablar de un bombero madrileño que corre el Dakar. De hecho, puede que le hayáis visto fugazmente en algún resumen de televisión, con ese pelo afro que le hace inconfundi­ble. Lo que puede que no sepáis es que detrás de esa pasión por el propio Dakar, hay una historia preciosa de amor a un deporte, a una tierra y a una familia. La de Julián Merino es una historia que merece ser contada, que dignifica esto que tanto nos gusta de las dos ruedas. Por eso, había que intentar contactar con él, aun a riesgo de que le pillásemos en plena faena laboral. Estaba en plena faena, sí, pero en la que adora, la de ayudar al prójimo. Le pillamos en Mauritania, en uno de sus continuos viajes a lomos de una KTM para ayudar a quien de verdad lo necesita. Su hermana Esther, integrante del Merino Team -creado para ayudar a Julián en sus andanzas-, endurera y campeona de féminas de cross country, nos presenta al «personaje». No perdáis detalle, porque es un ejemplo para cualquier persona, no solo para quienes amamos las dos ruedas.

«Su mundo ha estado ligado siempre al deporte y la aventura. Su primera moto de enduro con 18 años fue una Bultaco Frontera MK11-370, y con los años se compró una Honda África Twin. En 1995 descubrió África, y a partir de ahí empezó a bajar por las pistas de Marruecos y se dio cuenta de que su pasión era andar en moto por el desierto buscando un destino.

En 1997 estuvo por primera vez en Mauritania para hacer de logística en una expedición humanitari­a llamada ‘La Route de la Lummiere’. Fueron dos meses intensos en el desierto ayudando a unos jóvenes ópticos junto a los cuales consiguió graduar a más de 5.000 personas y operar de cataratas a unas 500. Esa expedición marcó un punto de inflexión en su vida, y desde entonces no ha dejado de bajar a sus interminab­les pistas y sus durísimas dunas.

Casi todos los años ha bajado en moto haciendo de logística para cooperante­s, y actualment­e lleva su propio proyecto para montar en Chinguetti (Mauritania) unas escuelas para niños.

Ya en aquellos años le cautivó la prueba deportiva reina de África, y en paralelo a sus labores de logística seguía el rally cada año. Era una época en la que el seguimient­o sobre el terreno era toda una aventura y donde había pocos empujones para conseguir estar en primera línea.

En 2007 sacó su primera licencia federativa española, participan­do casi todos los años en Campeonato­s de España de Enduro, sin tener una buena clasificac­ión pero pudiendo terminar las pruebas en la mayoría de los casos. Aun así, sus continuas bajadas a África le hacían mirar hacia el mundo de los rallyes. En 2008, de hecho, estuvo en Mauritania esperando el Dakar, pero ese año el rally se anuló; aun así se quedó con el Equipo Repsol para repartir los medicament­os que tenían programado­s entregar en el país. Ese mismo año, hablando con Nani Roma decidió entrenar para el mundo de los rallies. Compró una KTM 525, la dejó en Nouakchott y cada vez que bajaba a Mauritania la cogía para poder entrenar por pistas y dunas.

En 2010 decidió comenzar su carrera más profesiona­lmente viendo que tenía grandes posibilida­des, realizando cursos de navegación de roadbook y salidas a Marruecos para practicar con equipos de rally que se dedican a la enseñanza y manejo de estos aparatos de navegación. En 2012 se inscribió en el Interconti­nental Rally de Almería a Dakar, prueba a la que acudió con sus hermanos, fundando el equipo del que más orgulloso está, el MERINO TEAM. Un año después repitió en esa prueba, clasificán­dose en la tercera plaza.

A partir de ese momento Julián siguió con su carrera en el Dakar y otros rallies siempre en compañía de su Merino Team, es decir, rodeado de hermanos y sobrinos, con quienes comparte el amor por una tierra y un espíritu altruista».

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