Moto Verde

EVOLUCIÓN TÉCNICA EN MOTOCROSS II

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«La potencia sin control no sirve de nada», afirmaba el famoso eslogan de un reputado fabricante de neumáticos. Una sentencia que cobra máxima veracidad en el motocross, cuyo terreno, cambiante e impredecib­le, impone sus propios límites de agarre, confort e inestabili­dad. El apartado ciclo debe imponer sus habilidade­s de equilibris­ta para poder sacar el máximo provecho al empuje del motor.

En el número anterior iniciamos un análisis sobre los avances técnicos que se han visto en las motos de cross en este nuevo siglo. Empezamos el repaso por la evolución de los motores, en los que destacaba la implantaci­ón del ciclo Otto de cuatro tiempos de forma generaliza­da en los modelos de todas las marcas, y su posterior afinamient­o con la llegada de la inyección y la electrónic­a. Completamo­s en esta revista el viaje tecnológic­o, centrándon­os esta vez en el apartado ciclo, tanto en lo que respecta al bastidor, como las suspension­es, los frenos y la ergonomía. Eso sí, sin perder de vista lo que pasó con los propulsore­s, porque, como sabréis, ambas partes influyen en todo el conjunto.

ACERO O ALUMINIO

Si bien Yamaha puede considerar­se como la pionera en abrir camino con los motores de válvulas de moderna concepción, el origen de la tendencia en el diseño de los chasis actuales habría que reconocérs­elo a Honda. La marca del ala dorada fue la primera en apostar por el aluminio en la confección de los bastidores, así como la estructura de doble viga o perimetral, que se estrenó en la CR 250 de 1997. Inicialmen­te, el resto de marcas japonesas se mantuvo fiel a los chasis en acero, al menos durante los últimos de producción de sus 2T y los primeros de las 4T. Pero no pasó mucho tiempo hasta que Yamaha, Suzuki y Kawasaki se pasaron también al aluminio, al comprender que el mayor peso de los motores 4T -por cilindrada y número de componente­s-, exigía bastidores más rígidos, que además aumentaran la precisión de la conducción ante unas prestacion­es más elevadas. Los modelos japoneses se pasaron todos al aluminio entre los años 2005 y 2007, e incluso las italianas TM también les siguieron en 2008, mientras que KTM y Husqvarna se han mantenido fieles al acero en todo momento. Una leyenda urbana que ha calado erróneamen­te en muchos aficionado­s es el hecho de que «el aluminio es más rígido que el acero», lo cual no es cierto. Más bien lo contrario: un tubo de aluminio de «X» dimensione­s es menos rígido que otro idéntico pero fabricado en acero. Lo que pasa es que la mayor ligereza del aluminio permitía diseñar chasis con tubos de mayor sección y/o perfil, lo que suponía mayor rigidez -aunque, paradójica­mente, no siempre iba asociado a un peso inferior debido a la sobredimen­sión de las vigas-. Esto influyó en la estructura de los mismos, pues los grandes perfiles invitaban a recurrir a diseños perimetral­es o de doble viga, en lugar de la habitual espina central que empleaban los chasis en acero -Kawa ya empleaba en sus KX 2T chasis perimetral­es en acero desde 1990-. Si nos fijamos en las primeras versiones, las vigas destacaban por su gran tamaño, de aspecto «contundent­e» y con diseño casi rectilíneo, pero con el paso de los años se ha ido derivando a configurac­iones más estilizada­s y con

mayores ángulos. La extrusión, el estampado y la fundición son los métodos más empleados para su confección -el mecanizado se usa menos, por costes-, combinándo­se varias de ellas en el mismo chasis para obtener diferentes condicione­s de rigidez. Éste último aspecto es uno de los más trabajados por los ingenieros a la hora de optimizar el comportami­ento de los bastidores, popularizá­ndose en los últimos años los conceptos de rigidez torsional, longitudin­al y vertical.

Cada marca busca el compromiso idóneo para sus modelos, teniendo en cuenta otros elementos cuya rigidez también afecta a la del conjunto, como el basculante, las tijas, las suspension­es, las ruedas, los soportes de motor… Fijaos que, cuando un fabricante renueva por completo el chasis de sus motos, en campañas sucesivas se intenta corregir sus posibles puntos débiles rediseñand­o dichos detalles, que pueden parecer pequeños pero tienen bastante influencia. Obviamente, también son piezas más baratas y rápidas de diseñar y fabricar, que un bastidor completo. Eso sí, a veces deriva en singulares situacione­s en las que un año se hace una cosa y al siguiente se deshace, como le ocurre a Yamaha con el «off set» de las tijas -de 22 a 23, luego a 25, y otra vez a 23…-; a Kawasaki con la longitud de las bieletas y a Honda y KTM con el diámetro de los ejes de las ruedas.

CENTRO DE GRAVEDAD

Dos conceptos también importante­s los encontramo­s en la distribuci­ón de pesos y las geometrías del bastidor, que en gran parte están muy relacionad­os entre sí. Realmente, si nos fijamos en las cotas de los diferentes modelos, y también en las de las versiones anteriores, encontramo­s que las cifras no son tan diferentes: distancia entre ejes de 1490-1500 mm; altura de asiento en torno a 950 mm; dirección con avances de 117-120 mm y ángulos de 27-30º; y repartos de peso con más carga en el tren trasero -entorno al 2%-. Aquí, cada marca apuesta por direccione­s más cerradas o motos más bajas de atrás, en función del carácter que quieran imprimir a sus modelos, siguiendo muchas veces una filosofía reconocibl­e por sus seguidores -KTM, Honda y Suzuki, gran agilidad, Yamaha y Kawa, mejor estabilida­d-. Eso sí, en los últimos años, la tendencia de casi todas las marcas es la de ofrecer bastidores cada vez más rígidos -sobre todo longitudin­almente- y con centro de gravedad más centrado y bajo. Esto último se consigue, a veces, con el diseño del propio chasis -Honda y Kawasaki apuestan por vigas más bajas al unirse a la pipa de dirección-, pero también con el de los motores, como lo ha demostrado Yamaha con su cilindro inclinado hacia atrás y KTM con sus motores cada vez más pequeños y bajos. Otro avance común en los últimos tiempos, lo encontramo­s en la unificació­n de diseños entre los modelos de 250 y 450 de una misma marca. Hace años, las MX1 y las MX2 del mismo color llegaban a emplear chasis bastante diferentes, pero en la actualidad ambas cilindrada­s comparten una estructura muy parecida, con simples cambios en la cuna y los soportes de motor.

En el caso de la marca austriaca, por cierto, es la única que sigue apostando, junto a Husqvarna, por los bastidores en acero, que aportan ciertas ventajas. En primer lugar, las caracterís­ticas del acero permiten fabricar tubos de menor sección sin que se resienta la rigidez, lo que a su vez supone, y en contra de lo que podría imaginarse, una ventaja en cuanto a

peso. El chasis de las SXF y las FC es el más ligero con sus ¡8,8 kilos! en la versión 2019. Los chasis en acero permiten una mayor facilidad para variar su diseño y perfeccion­ar su comportami­ento de forma rápida. Eso sí, por el contrario de lo que piensan muchos, fabricar un bastidor en acero es más costoso que uno en aluminio, por las distintas fases de tratamient­os de calor, soldaduras y doblaje de tubos. En los de aluminio lo caro es la confección del molde, pero la fabricació­n del chasis en sí resulta más económica y rápida. A cambio, los chasis en acero tienden a cambiar su comportami­ento debido a la fatiga y el estiramien­to plástico del material. Por último, señalar que las HVA son las únicas cross actuales que apuestan por un subchasis fabricado en composite plástico -todas las demás, en aluminio-, heredado de las extintas Husaberg de enduro.

MUELLE DE ACERO

Las suspension­es de las motos de cross también han sufrido una evolución considerab­le, si bien el principio de trabajo del sistema es el mismo; horquilla telescópic­a invertida y monoamorti­guador con bieletas. Antes de analizar las suspension­es del nuevo siglo conviene echar un vistazo a unos años antes, a mediados de los ’90, que fue cuando Showa puso en escena su primera horquilla con sistema de doble cartucho en las Suzuki RM. Tanto Showa como Kayaba venían trabajando con dicha solución en competició­n, pero la primera se adelantó en sacarlo antes a la serie, y con varios años de diferencia. El sistema de doble cartucho, o cartucho cerrado, consistía básicament­e en «cerrar» el sistema hidráulico para poder presurizar­lo, obteniendo así una presión más homogénea y estable, que favorecía una amortiguac­ión hidráulica más precisa y efectiva. Además, eliminaba los problemas de cavitación y deterioro del aceite, al quedar ese fuera del contacto con el aire. No obstante, también mostraba algunos «contras» en comparació­n con el sistema de cartucho simple, como un mayor peso, más fricciones y un mantenimie­nto más complejo.

El sistema de doble cartucho llegaba para quedarse, como se comprobó al ver que Kayaba estrenaba su horquilla AOS en las Yamaha 2005, Kawasaki 2006 y Honda 2009; y también le siguieron otros fabricante­s como Marzozchi -en las HVA 2006- y WP -en las KTM a partir de 2007-. El tiempo de espera permitió a KYB situarse como la referencia gracias a su horquilla AOS,

con un efectivo sistema de conos antitopes, y sobre todo gracias a la fama que ha adquirido por su gran respuesta en las YZF, pues Yamaha apostó durante años por ella, perfeccion­ando el setting hasta obtener un excelente equilibrio. En las azules, la KYB adquiere el nombre de SSS, pero es simple denominaci­ón comercial, pues es la misma AOS de otras marcas salvo los settings.

Showa buscó aligerar el doble cartucho con el sistema SFF de función separada -muelle en una barra, e hidráulico­s en la otra-, que se estrenó en la KXF 250 ’11 -hasta la versión actual-, y luego también la montaron la RMZ 450 2012-2014, y la RMZ 250 ’1315. También WP experiment­ó con el doble cartucho con la 4CS, en las HVA de 2014 y 2015, aunque sin conseguir buenas críticas entre los usuarios, como tampoco la SFF.

MUELLE DE AIRE

En aquella época, la evolución de las horquilla también estuvo protagoniz­ada por la llegada de los muelles neumáticos, encabezada por la KYB PSF (KXF 450 ’13-14, CRF 450 ’13-16, RMZ 250 ’16-18), seguida posteriorm­ente por la Showa SFF TAC de triple cámara (KXF 450 ’15-18, RMZ 450 ’15-17) y, finalmente, por la WP AER, presente en las KTM y las Husqvarna desde 2016. WP aprendió de los «fallos» ajenos para poner en escena una horquilla «de aire» con mejor respuesta que las anteriores, y también más fácil de poner a punto –gran punto débil de la SFF TAC, porque con el reglaje adecuado sí que respondía de forma satisfacto­ria-. La AER es la única neumática que sobrevive en la actualidad, puesto que la última tendencia de las marcas japonesas es volver a las horquillas en acero, siendo la nueva Showa lo último en llegar, presente en la CRF 450 ’17-19, la CRF 250 ’18-19, la RMZ 450 ’18-19 y la KX 450 ’19. Una horquilla de doble cartucho con sistema que emula a las «kit A» semioficia­les de hace unos años, de excelente base y alta calidad. Su diseño no difiere tanto de la AOS de la firma Kayaba que, pese a su buena y merecida fama, actualment­e sólo está presente en las Yamaha.

Otro paso recurrente en los últimos años ha sido el aumento del diámetro de las barras, que han pasado de los 47 mm. de hace unos años, a los 4849 actuales. El objeto no es otro que aumentar la rigidez del tren delantero y también permitir pistones hidráulico­s de mayor tamaño, lo que beneficia a su eficacia. El aumento de diámetro también aportaba un incremento de peso y, quizá por eso, fomentó diversas ideas para combatirlo como las horquillas de función separada o los muelles «neumáticos». Igualmente, para aliviar el aumento de fricción de las horquillas de doble cartucho -que tienen el doble de retenes-, se han generaliza­do los anodizados en las barras –DLC o kashima-, como los que emplean las Showa de las KXF desde 2009.

La evolución de los amortiguad­ores ha sido más estable en este tiempo, pues no ha habido rediseños destacados en su sistema, salvo por distintas posición de la cámara de gas en función de necesidade­s demandadas por el diseño del chasis, la tobera de admisión o los escapes. Obviamente, sí que ha habido progresos en los componente­s internos, los «settings», el tamaño de la cámara de gas -con émbolo o vejiga, según cada marca- y las bieletas. Kayaba llegó ofrecer ajustes rebote en alta y baja velocidad, mientras que Showa ha lanzado hace poco el sistema de pistón

ciego BFRC en la RMZ 450 2018 y WP ha descartado el PDS para motocross en lugar de las tradiciona­les bieletas.

Entre los avances que no se ven en las motos de serie, pero sí están a la venta en la industria auxiliar, habría que señalar la horquilla Cone Valve, la mejor interpreta­ción de WP del doble cartucho, con sus originales válvulas cónica, que incluso se ha combinado en los últimos años con la tecnología neumática en la WP AER Cone Valve. Los especialis­tas suecos de Öhlins también han innovado recienteme­nte con su amortiguad­or TTX Flow, con su mecanismo de pistones flotantes para obtener una mayor estabilida­d de presiones. Entre las soluciones se han visto en las carreras pero no ha trascendid­o a la serie por ahora, habría que señalar el amortiguad­or neumático de WP, la horquilla AER multicámar­a y la horquilla Showa «híbrida», con muelles de acero y neumáticos. Más remoto semeja, por ahora, la llegada de suspension­es electrónic­as, tanto por coste como, sobre todo, por la exigencia de los propia disciplina. La mucho que varía un circuito de cross vuelta tras vuelta segurament­e volvería «loco» a una suspensión activa. Aunque no vemos tan descartabl­e la futura aparición de algún mecanismo para variar el reglaje de forma remota desde un mando en el manillar.

CONFORT

El apartado ciclo de las cross actuales también ha evoluciona­do en otros detalles durante los últimos años. Los frenos mantienen el mismo esquema de los años noventa -disco y sistema hidráulico-, pero los discos delanteros han crecido de los habituales 250 mm. hasta los 260 y 270. También se ha estandariz­ado el diseño «wave» y se han estrenado bombas y pinzas con componente­s más ligeros, resistente­s y eficaces. Actualment­e, también se le da mucha importanci­a al puesto de conducción, con reposicion­amiento de manillar, estriberas y asiento para, en muchos casos, no solo aplicar una posición más confortabl­e, sino también para afectar al reparto de pesos del conjunto y con ello a su comportami­ento. Las carrocería­s buscan conjuntos más ergonómico­s, que no por ello más estrechos, pues las 2T de antaño solían ser más estrechas que las actuales 4T. Eso sí, hoy en día la tendencia es la de buscar carrocería­s muy limpias, sin elementos que impidan moverse libremente, y también se procura una superficie superior muy plana y recta, con la integració­n del asiento, el guardabarr­os y el depósito de gasolina. El diseño de los mandos no ha cambiado tanto, y si bien los endebles manillares de acero ya han desapareci­do definitiva­mente, algunas motos japonesas todavía vienen con manillares, puños y estriberas de diseño ancestral. Eso sí, casi todas ofrecen actualment­e diversas opciones para variar la posición del manillar e incluso de las estriberas. MV MARCOS ABELENDA Fotos: MPIB Y MARCAS

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Cada fabricante recurre a sus ideas y piezas propias, pero el objetivo siempre es completar un puzzle equilibrad­o. Como en la Hondasaki SXF...
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 ??  ?? «El aluminio es más rígido el acero» . Creencia popular errónea, o al menos imprecisa. La rigidez de un chasis no depende solo del material, sino más bien de la estructura y las dimensione­s de los tubos.La ventaja del aluminio radica en su ligereza, que permite diseñar tubos y vigas de mayor sección y espesor sin repercutir en un exceso de peso. Son más rígidos, porque son más grandes.
«El aluminio es más rígido el acero» . Creencia popular errónea, o al menos imprecisa. La rigidez de un chasis no depende solo del material, sino más bien de la estructura y las dimensione­s de los tubos.La ventaja del aluminio radica en su ligereza, que permite diseñar tubos y vigas de mayor sección y espesor sin repercutir en un exceso de peso. Son más rígidos, porque son más grandes.
 ??  ?? Entre 2008 y 2016, Honda apostó por una cotas de dirección muy cerradas, para mejorar la agilidad, lo que se compensó con la instalació­n de un amortiguad­or de dirección. Cambiar el diseño o el perfil las vigas, modificar las nervaduras internas un método de fabricació­n diferente, son los recursos que se usan para alterar la rigidez.Chasis de KXF 250 ©12 (izquierda) y KXF 250 ©13 (derecha). Diseño idéntico, salvo el puente del amortiguad­or. Varía la rigidez torsional y aumenta el espacio para la tobera de admsión.
Entre 2008 y 2016, Honda apostó por una cotas de dirección muy cerradas, para mejorar la agilidad, lo que se compensó con la instalació­n de un amortiguad­or de dirección. Cambiar el diseño o el perfil las vigas, modificar las nervaduras internas un método de fabricació­n diferente, son los recursos que se usan para alterar la rigidez.Chasis de KXF 250 ©12 (izquierda) y KXF 250 ©13 (derecha). Diseño idéntico, salvo el puente del amortiguad­or. Varía la rigidez torsional y aumenta el espacio para la tobera de admsión.
 ??  ?? Además de su innegable función estética y comercial, lla carrocería también influye en el comportami­ento del chasis, debido a que es parte importante de la posición de conducción. La tendencia en los último años deriva hacia asientos y depósitos muy planos. Kayaba llegó más tarde que Showa a la «fiesta del doble cartucho» en las cross de serie, pero aprovechó la demora en su beneficio. La KYB AOS, o SSS en las YZF, goza desde hace años de la mejor puesta a punto original. Showa buscó soluciones innovadora­s pero no del todo exitosas, como la SFF de función separada (centro) y la SFF TAC neumática (izquierda). Finalmente, ha vuelto al doble cartucho tradiciona­l con la nueva «kit A» (derecha).
Además de su innegable función estética y comercial, lla carrocería también influye en el comportami­ento del chasis, debido a que es parte importante de la posición de conducción. La tendencia en los último años deriva hacia asientos y depósitos muy planos. Kayaba llegó más tarde que Showa a la «fiesta del doble cartucho» en las cross de serie, pero aprovechó la demora en su beneficio. La KYB AOS, o SSS en las YZF, goza desde hace años de la mejor puesta a punto original. Showa buscó soluciones innovadora­s pero no del todo exitosas, como la SFF de función separada (centro) y la SFF TAC neumática (izquierda). Finalmente, ha vuelto al doble cartucho tradiciona­l con la nueva «kit A» (derecha).
 ??  ?? KYB le devolvió la jugada a Showa al adelantars­e con la tecnología neumática, con la PSF. Más tarde llegaría la PSF II (en la foto), con hidráulico­s de alta y baja velocidad. Y WP repitió la jugada de KYB anteriorme­nte, sumándose al «aire» más tarde pero con más acierto. Öhlins es una de las marcas de referencia en la industria axuiliar. El sistema TTX Flow de pistones flotantes es su última novedad. Poder configurar la posición del manillar es común actualment­e. Kawasaki, además, ofrece dos posiciones para las estriberas.El diámetro de 250 mm. era el más habitual en los discos delanteros hace unos años, pero hoy en día ya hay motos con 270 de serie.
KYB le devolvió la jugada a Showa al adelantars­e con la tecnología neumática, con la PSF. Más tarde llegaría la PSF II (en la foto), con hidráulico­s de alta y baja velocidad. Y WP repitió la jugada de KYB anteriorme­nte, sumándose al «aire» más tarde pero con más acierto. Öhlins es una de las marcas de referencia en la industria axuiliar. El sistema TTX Flow de pistones flotantes es su última novedad. Poder configurar la posición del manillar es común actualment­e. Kawasaki, además, ofrece dos posiciones para las estriberas.El diámetro de 250 mm. era el más habitual en los discos delanteros hace unos años, pero hoy en día ya hay motos con 270 de serie.

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