SECRETOS VERDES
Evolución de la saga Kawasaki KXF.
La marca Kawasaki ha tenido siempre una gran tradición en el segmento de las motos de cross, tanto en lo respectivo a la competición como en el desarrollo de modelos de serie. La gama de la marca de Akashi creció a principios del nuevo siglo con la llegada de la saga KXF con motores de cuatro tiempos en cilindradas de 250 y 450. Repasamos la línea evolutiva de los «pepinos verdes».
La primera Kawasaki de cross con motor de cuatro tiempos de concepción moderna vio la luz en la temporada 2004. En realidad aquella KXF 250 primigenia no era una montura ciento por ciento Kawasaki, ya que aquel modelo fue fruto de la famosa «joint venture» entre la marca de Akashi y Suzuki. Ambas se habían visto sorprendidas y con el pie cambiado por sus vecinas Yamaha, en primer lugar, y Honda, poco después, que ya habían puesto en liza sus nuevas 4T: YZF 400 ’98, YZF 250 ´01 y CRF 450 ’02.
GENERACIÓN 0 (2004-2005)
Así fue como en 2001, Kawasaki y Suzuki iniciaron el diseño de una 250 4T, dividiéndose el trabajo de desarrollo, pues la primera se encargaría del bastidor y la segunda del motor. Las dos marcas estrenaron los prototipos de competición en 2003, pero no fue hasta 2004 que se incorporaron como modelos de serie en sus respectivos catálogos. Es por eso que la KXF 250 ’04 -y su hermana amarilla- equipaba un bastidor en acero de tipo perimetral, estructura que ya venía siendo seña de identidad de las Kawasaki de cross desde las KX 250 de 1990, aunque lógicamente adaptada a las necesidades de una mecánica de válvulas. El chasis también copiaba a las KX en su perfil rectangular, aunque solo hasta la mitad de las vigas principales, a la altura del soporte del amortiguador, pues desde ese punto hasta la pipa de dirección empleaba un perfil oval.
La marca de Akashi también fue la responsable de desarrollar la carrocería, el depósito y el asiento, aunque los plásticos, lógicamente, lucían un aspecto diferente en la versión verde y en la versión amarilla -aunque tampoco demasiado-. Las suspensiones empleaban material Kayaba, con amortiguador con sistema de bieletas Uni-Trak y horquilla delantera con barras de 48 mm y sistema hidráulico de doble cartucho. Un dato curioso, pues resulta que son las mismas especificaciones que la nueva horquilla de la KXF 250 ’20, aunque, como es lógico, con unos componentes más evolucionados. Los frenos Nissin completaban un apartado ciclo que, cómo no, destacaba por su gran estabilidad.
Por su parte, la mecánica desarrollada por Suzuki presentaba una culata DOHC con cuatro válvulas, diámetro x carrera de 77 x 53,6 mm., lubricación por cárter seco, caja de cambios de cinco marchas y alimentación mediante un carburador Keihin FCR de 37 mm con TPS electrónico y bomba de aceleración.
En acción, el motor ofrecía unas prestaciones competitivas entre las 250 4T de entonces, destacando incluso por su eficacia en bajos y medios, aunque su fiabilidad resultaba bastante delicada,
LA PRIMERA KAWASAKI 4T DE CROSS FUE LA KXF 250 DE 2004, QUE SE HIZO REALIDAD GRACIAS A LA JOINT VENTURE FORMADA CON SUZUKI