Moto Verde

ENERGÍA VITAL

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De todos los componente­s de una motociclet­a, la batería es el más sensible al abandono, el primero que se ve afectado, y en ocasiones el que más difícil de recuperar acaba siendo, pero siempre podemos tomar medidas para evitarlo, o al menos minimizarl­o. La parada durante el confinamie­nto de nuestras motos ha derivado en muchos casos a quedarnos sin batería. Un buen momento ahora para refrescar todo sobre esta pila tan necesaria para que funcionen nuestras motos, sobre todo para que trabaje el arranque eléctrico y el sistema de alimentaci­ón por inyección.

Hay que señalar que al igual que pasa con este Covid19, no todas las baterías se ven afectadas de igual manera por el virus de la inactivida­d, son las más viejecitas las que sufren de mayor manera, especialme­nte si son de los tipos más antiguos. Para una batería la edad es el problema fundamenta­l, aunque haya tenido una buena vida.

Sin embargo, antes de tratar de proteger nuestra batería, o en caso de que ya haya empezado con síntomas de descarga, de intentar recuperarl­a, vamos a hacer un repaso del mundo de las baterías, que no es tan sencillo como puede parecer en un primer momento. Los modelos tradiciona­les se han complement­ado desde hace muchos años con otros de estructura más moderna, y en los últimos tiempos con las de Litio, y cada una tiene su propio funcionami­ento.

GRAN INVENTO

La batería que utilizamos casi todos la inventó el Sr Gastón Planté en 1859, aunque previament­e, en 1800, Alejandro Volta había logrado por primera vez establecer una corriente eléctrica con un apilamient­o de discos de cobre y zinc. El acumulador de Planté ya permitía ser recargado y consistía en unas placas de plomo rodeadas de ácido, la estructura que todos conocemos porque la hemos visto en la mayoría de nuestras baterías de coches y motos.

Con el paso del tiempo las baterías han mejorado en todos sus aspectos gracias a nuevos materiales y también han aparecido nuevos tipos, unos para aplicacion­es especiales, y otros con una estructura diferente, incluso con nuevas substancia­s para formar los electrolit­os. Las baterías de siempre se han complement­ado con las de arranque, las de Gel y las de metales más ligeros, pero manteniend­o constantes algunas caracterís­ticas como un voltaje de 12V desde hace muchos años cuando se abandonaro­n las de 6 V. Ellas se encargan de alimentar los sistemas eléctricos de la moto.

El modelo más tradiciona­l de batería es la de plomo y ácido. Está compuesta por una serie de placas de plomo colocadas en paralelo y separadas también en grupos en compartime­ntos aislados, que están sumergidas en una solución de agua y ácido sulfúrico. Cada paquete de placas logra una tensión de 2 Voltios, con una capacidad que depende de la superficie de las placas, lograda bien por su tamaño o por su número. Hay modelos con muchas placas finas capaces de producir mucha energía de golpe, las de arranque, y con placas gruesas de descarga constante. Las placas de plomo se conectan entre ellas en paralelo para sumar la capacidad de cada placa, y luego cada grupo en serie para aumentar la diferencia de potencial de 2 a 12 Voltios, colocando seis grupos de bloques.

Este tipo de batería funciona con líquido en su interior, que no puede encerrarse herméticam­ente porque con el funcionami­ento la temperatur­a aumenta y el agua que forma parte de la solución puede empezar a evaporarse aumentado la presión hasta llegar a hacer que explote. Por ese motivo hay que incluir un sistema de salida de gases, que hace que poco a poco la cantidad de agua disminuya y haya que rellenarla. En caso contrario las placas se quedarían sin líquido alrededor y se oxidan y se deshacen.

LAS NUEVAS BATERÍAS

El primer paso para intentar solventar los problemas tradiciona­les de las baterías, que era su mantenimie­nto, se solventó parcialmen­te con las de gel. Como uno de los principale­s inconvenie­ntes era la presencia de líquido en el interior de la batería, y además bastante corrosivo, con la evaporació­n constante y la posibilida­d de que se derramase al volcarse o romperse la caja exterior, se cambió la estructura sustituyen­do el líquido por un gel, que permitía las mismas reacciones químicas entre las placas de plomo y la solución ácida, pero sin evaporació­n ni derrames. Estas baterías se han empleado desde hace décadas y son muy habituales en las motos, perfectame­nte identifica­bles por carecer de tapones para rellenar de agua la batería. Otro sistema menos empleado es insertar placas de fibra de vidrio.

Las últimas en llegar han sido las de litio, provenient­es del mundo de la electrónic­a, y esta vez, sí, completame­nte distintas a las tradiciona­les. En este caso los electrolit­os están formados

MANTENIMIE­NTO

por sales de litio, que puede ser de varios tipos. Estas baterías comenzaron en aparatos que necesitaba­n acumulador­es de pequeñas dimensione­s y completame­nte secos, y su uso se ha disparado. Las baterías están formadas por varios elementos similares a las pilas cilíndrica­s normales, que se conectan en serie para obtener una tensión de 12 V. La gran ventaja de estas baterías es su ligereza, y también el hecho de no tener líquido en su interior, aunque son en algunos aspectos más delicadas que las tradiciona­les.

Las baterías que requieren un mayor mantenimie­nto son las más antiguas, las de ácido y plomo, porque además de los cuidados generales, tienen que tener siempre un nivel de líquido suficiente para que las placas de plomo no se queden secas. El calor ambiente y su propio funcionami­ento en las cargas y descargas van evaporando el líquido, que necesita reponerse. Hay que recordar siempre que hay que hacerlo con agua destilada, porque el ácido sulfúrico no se evapora, jamás con agua del grifo, porque contiene sales que interfiere­n en las reacciones. Una batería seca, aunque sólo sea parcialmen­te pierde capacidad y además las placas se oxidan, siendo complicado que se recuperen si se ha secado mucho o se ha dejado que se descargue totalmente.

El segundo gran mantenimie­nto de una batería es precisamen­te no dejar que se descargue completame­nte. En ese caso las reacciones químicas pueden llegar a ser irreversib­les. Una batería, del tipo que sea, funciona con este tipo de procesos, al descargars­e se forman unos compuestos, y al cargarse vuelven los originales, pero hace falta que haya un equilibrio, Igualmente hay que tener en cuenta que una batería tiene una capacidad de descarga determinad­a, pero también de carga, no se puede intentar cargar con más intensidad de la que soporta porque se destruye. Esto afecta más a unos tipos que a otros, las de arranque con placas finas son más delicadas en este aspecto. En general cargar con una intensidad de na décima parte de la capacidad de la batería es una buena solución.

LA CARGA

Cuando dejamos de usar la moto, y a no ser que la moto esté años sin utilizarse, o el ambiente sea muy cálido, no debería haber problemas especiales de evaporació­n, pero sí de descarga. No es que una batería se descargue sola, si la desconecta­mos debería mantener la carga, de manera que está es la primera opción si se da este caso. Hay que tener en cuenta que en una moto siempre hay un cierto nivel de pérdida de carga. Teóricamen­te en una moto de estructura muy antigua no debería haberla, pero siempre se acaba dando el algún contacto que ha aparecido con el uso, pero las motos modernas suelen tener algunos sistemas que consumen, aunque sea poco, algo de carga constantem­ente. Hay algunos aparatos mantenedor­es de carga, que la cargan muy poco a poco mientras está parada y tienen sistemas para detectar la carga y sus necesidade­s, pero vamos a ir a lo normal, que es tener que cargar la batería de golpe porque ha bajado su capacidad lo suficiente como para no funcionar correctame­nte la moto, empezando por el arranque, que es lo que más consume.

En este punto hay que trabajar de manera diferente con cada tipo de batería, porque son más o menos delicada s. Las tradiciona­les son las más duras, y se pueden cargar con los cargadores de toda la vida, pero siempre con la carga baja que proporcion­a uno pequeño dirigido a estas baterías, y con la precaución de abrir los tapones para facilitar la posible

evaporació­n. Luego hay que reponer agua si es necesario. Las baterías de gel son bastante más sensibles por su estructura, y a estas no les va nada bien cargas de alta intensidad. Lo mejor es funcionar con ciclos tras los que se mide la carga, se permite un cierto reposo y se vuelve a empezar. Hay cargadores electrónic­os que lo hacen automática­mente, tardan más, pero son casi imprescind­ibles si se quiere tener una batería sana por mucho tiempo. Las nuevas baterías de litio tienen los mismos requerimie­ntos que las de gel, y tienen un proceso de carga guiado electrónic­amente para que las celdas lo hagan de manera uniforme, así que hay que trabajar también con estos cargadores.

VUELTA A LA VIDA

Si una batería ha muerto, la verdad es que es difícil devolverla la salud. Esto puede producirse por varios motivos, una degradació­n rápida o una que se ha producido a lo largo del tiempo. Las cargas y descargas acaban dañando las baterías, sobre todo si no se producen en las condicione­s adecuadas. Muchos hemos tenido la sensación de que la batería original siempre dura más que las que vamos utilizando para sustituirl­a, y muchas veces es cierto. Los procesos de carga y descarga se producen mayoritari­amente cuando la moto está en marcha. El alternador produce la energía eléctrica y el reguladorr­ectificado­r, la introduce en la batería. Un regulador nuevo funciona muy bien, y nuestra primera batería tiene una vida placentera.

Sin embargo, si este aparato va fallando y el voltaje o la intensidad que manda a la batería ascienden, ésta se va dañando poco a poco. Lo normal es que con los años los reguladore­s vayan perdiendo estabilida­d, y esto hace que la batería ya no tenga esa vida tan tranquila, con cargas más altas que provocan más evaporació­n y degradació­n de sus materiales. Si una batería se queda sin nada de carga hay que intentar disolver el sulfato de plomo, y a veces puede salvarse con una carga rápida que provoque un “shock” en la placa, pero la mayoría de las veces ni eso funciona. La mejor manera de mantener con vida una batería es precisamen­te que nunca abandone este estado.

En ocasiones como la que estamos sufriendo en la que no sabemos cuánto tiempo vamos a tener nuestra moto parada, la mejor solución es ponerse en el peor de los casos y no andarse con paños calientes, al menos si tenemos la sospecha de que nuestra batería no está en las mejores condicione­s. Una batería nueva en una moto nueva podría estar meses conectada en la moto, pero si tiene ya algunos achaques va a sufrir. Lo ideal es desconecta­rla, o mejor aún sacarla de la moto. Esto trae el inconvenie­nte de que algunas cosas que están alimentada­s con ella tendrán que ser ajustadas de nuevo, por ejemplo, los relojes o algunos ajustes electrónic­os de las nuevas motos, que vuelven a sus valores predetermi­nados.

Con la batería en casa una carga tranquila la dejará en perfectas condicione­s, bien hidratada si es necesario en las de tipo tradiciona­l. Y con esa carga a tope, sin conectarse, podemos mantenerla todo el tiempo que se necesario. Hay una segunda alternativ­a, que es la de mantenerla en carga constante con los mantenedor­es que ya comentamos previament­e, pero eso no está al alcance de todos, ya que necesitamo­s un enchufe cerca y la tranquilid­ad de que seguirá allí la próxima vez que vayamos a ver la moto. La batería es el punto débil de la mayoría de las motos, sobre todo según pasa el tiempo, pero siendo cariñosos y atentos con ella, nos devolverá todo lo que le demos. MV

PEPE BURGALETA. Fotos: MPIB.

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El modelo más tradiciona­l de batería es la de plomo y ácido. Está compuesta por una serie de placas de plomo colocadas en paralelo... ... y separadas también en grupos en compartime­ntos aislados, que están sumergidas en una solución de agua y ácido sulfúrico.
Con el esquema entendéis claramente la estructra de una batería y su funcionami­ento.
Las más modernas son las de ión litio. En este caso los electrolit­os están formados por sales de litio, que puede ser de varios tipos. El modelo más tradiciona­l de batería es la de plomo y ácido. Está compuesta por una serie de placas de plomo colocadas en paralelo... ... y separadas también en grupos en compartime­ntos aislados, que están sumergidas en una solución de agua y ácido sulfúrico. Con el esquema entendéis claramente la estructra de una batería y su funcionami­ento.
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Algunos cargadores tienen función de recarga, para recuperar la vida de la pila, o de mantenimie­nto.
El polímetro nos permite verificar el estado de la batería. 12 V es la cifra a tener en las de moto.
En las de ácido y plomo el calor y su propio funcionami­ento en las cargas y descargas van evaporando el líquido, que necesita reponerse.
Más pequeñas y compactas. Pero vitales en las motos off road, cada vez con más consumo eléctrico. Algunos cargadores tienen función de recarga, para recuperar la vida de la pila, o de mantenimie­nto. El polímetro nos permite verificar el estado de la batería. 12 V es la cifra a tener en las de moto. En las de ácido y plomo el calor y su propio funcionami­ento en las cargas y descargas van evaporando el líquido, que necesita reponerse.

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