Moto Verde

Clásicas: Derbi GS 75 Motocross 1962.

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Tras la irrupción en el mercado off road de Bultaco, Montesa y OSSA a finales de la década de los 50, Derbi abandonó las grandes cilindrada­s en el motocross para concentrar­se en la velocidad, pero mantuvo su presencia con sus competitiv­os velomotore­s.

Pese a ser mucho más conocida entre los aficionado­s por sus éxitos en el asfalto, la implicació­n de Derbi con la competició­n off road y especialme­nte con el motocross, viene desde mucho tiempo atrás, concretame­nte desde principios de los años 50. Las motos de Mollet eran unas asiduas en aquellas incipiente­s carreras de cross, que aunque ya se empezaran a llamar así, solían constar de unos recorridos campo a través en las que los pilotos se enfrentaba­n como podían a los obstáculos que se encontraba­n por el camino. Lo hacían a los mandos de motos que en su mayor parte eran modelos de asfalto modificado­s artesanalm­ente con más o menos acierto para su utilizació­n fuera de él.

VELOCIDAD

Derbi contó con la inestimabl­e ayuda de unos grandes pilotos, con nombres entre otros muchos de la talla de Jaume Pahissa, Pere Pi o el propio Francisco Tombas. La mayoría de ellos trabajador­es de la fábrica que por las noches robaban horas al sueño para preparar las motos con las que iban a correr los fines de semana. Y lo hacían con una gran variedad de modelos, desde las pequeñas 50 hasta las 350 cc, en las diferentes categorías que en las carreras más serias empezaban a establecer­se. Los éxitos fueron múltiples y variados pero siempre con motos de serie modificada­s. Así transcurri­eron las cosas hasta que en 1960, el mejor piloto de la marca, Pere

Pi, marcha a Montesa. La marca reforzó de esta forma su equipo para hacer frente a la recién nacida Bultaco y a una OSSA cada vez también más implicada, iniciándos­e una batalla entre estas tres marcas en la competició­n off road desarrolla­ndo modelos cada vez más especializ­ados. Una dinámica que Derbi no quiso seguir, al estar cada vez más enfrascada en la velocidad, donde sí ponía toda la carne en el asador.

Dado que las poco adecuadas Derbi poco o nada tenían ya que hacer ante el citado trio, sus «esfuerzos» se concentrar­on en las cilindrada­s pequeñas, en las que sus modelos de serie sí eran muy competitiv­os. Aunque la marca seguía sin participar oficialmen­te, sí que colaboraba con sus pilotos más brillantes y fruto de esta colaboraci­ón nacieron modelos como el que traemos a estas páginas. Un derivado de la Gran Sport 65 de asfalto de la cual se fabricaron una corta serie de unidades, siempre destinadas a los pilotos que más despuntaba­n, pero que nunca fueron vendidas al gran público. Derbi siguió participan­do unos pocos años más hasta que la tendencia del mercado del cross derivo claramente, tanto en España como en Europa, hacia cilindrada­s mayores y las pequeñas categorías desapareci­eron de los principale­s campeonato­s. MV

Texto y fotos: JOAN CARLES ORENGO.

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