MOTOCICLISMO

El suelo y la Bestia

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Moto3 inauguró la jornada en el Circuit con una carrera de superviven­cia. Solo acabaron 17 pilotos en pie, y seis se cayeron en el grupo delantero. Entre ellos, muchos favoritos, como Martín, Canet o Migno. El piloto madrileño fue el primero en caer de los hombres fuertes. Después de una salida estratosfé­rica, quería repetir la victoria de Mugello, donde rompió el grupo desde la salida. Nada más apagarse el semáforo, Martín tomó unos metros y solo se llevó a su rueda a Tatsuki Suzuki. Sin embargo, dilapidó sus opciones en la novena vuelta cuando se fue al suelo después de perder la rueda delantera. Era la tercera caída del fin de semana y también el tercer cero de la temporada, para el piloto más rápido de Moto3, pero al que sus altibajos le están penalizand­o. Sin el hombre fuerte de la categoría, la lucha por la victoria se abrió. Diez pilotos luchaban en el grupo delantero, que quedó reducido a cinco después de dos montoneras. En la primera se vieron afectados Bulega, Canet y Arenas, después de que un error de éste último la provocase. Más tarde el español sería sancionado por el Panel de Comisarios con seis posiciones en la parrilla de Assen. Más tarde, los se fueron al suelo Masiá y Migno, de nuevo con responsabi­lidad española, aunque en este caso las árbitros no vieron nada punible en la acción, ya que Masiá se había tocado en la recta con McPhee. Entre Bastianini, Bezzecchi, Rodrigo, McPhee y Suzuki se iban a jugar una victoria, que fue para el poleman del sábado. “La Bestia” se colocó en cabeza en la última vuelta. Era el único con el neumático duro detrás y tenía un plus. Impuso un ritmo que fue imposible de seguir para sus rivales, y lograba su primera victoria de la temporada, poniendo fin a un año y medio de sequía. Sobre la línea, Bezzecchi le robó la cartera a Rodrigo, y su segundo puesto le afianzaba aún más en lo alto de la tabla. El joven piloto italiano está teniendo esa regularida­d que no han tenido sus rivales. Mientras que Rodrigo conseguía el primer podio de su vida, muy perseguido después de haberlo rozado tantas veces con la yema de los dedos. En el podio, todos homenajear­on al pequeño Andreas Pérez, cuya memoria se hizo eterna en el Circuit.

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