El homenaje pendiente
Aprovechamos el Gran Premio de Cataluña para presentar nuestro último número especial, "50 Años de Victorias". Este evento terminó convirtiéndose en un homenaje pendiente del motociclismo español con Salvador Cañellas, autor del primer triunfo.
EL PASADO 5 DE MAYO SE CUMPLIERON CINCUENTA AÑOS DE LA PRIMERA VICTORIA
española en el Mundial. Tardamos veinte temporadas en lograr el primer triunfo, y cincuenta años después el motociclismo español se ha convertido en la primera potencia mundial de este deporte. Aprovechando la llegada del Mundial al Circuito de Cataluña consideramos que ése era el lugar idóneo para rendir homenaje a los pilotos españoles por este hito, y además organizamos un evento para presentar nuestro especial, "50 Años de Victorias".
Y allí que nos fuimos. Y qué mejor manera de conmemorar este éxito que con dos figuras trascendentales en nuestro deporte. Uno es Salvador Cañellas, el autor de ese primer triunfo, y el otro Alex Crivillé, que con su victoria en 500 en el Gran Premio de Holanda de 1992 marcó un nuevo hito en la historia del motociclismo español, dando paso a una nueva etapa. Estuvimos acompañados de otros campeones y otros ganadores, y echamos en falta a los que ya no están con nosotros, como Ángel Nieto, imprescindible si hablamos del motociclismo español.
Ha sido emocionante poder compartir esa jornada con Cañellas, que en cierto modo se vio sorprendido por la capacidad de convocatoria y la respuesta que ha recibido de todos, aficionados y medios de comunicación, en esta celebración. De alguna manera, toda esta atención que ha recibido en estos días debe servir de desagravio por la poca importancia que históricamente se le ha dado a su victoria, quizás por ser la primera y ya lejana, perdida en entre cientos de triunfos. Pero es muy importante. Es probable que ahora, con el paso del tiempo, le demos más valor a su triunfo que el que en su día obtuvo, aunque Cañellas no le da mayor importancia.
ª Quizás en ese momento no me di cuenta de lo que representaba esa primera victoria, pero ahora veo lo que realmente representa en este medio siglo de victorias. Sin em-
PILOTOS Y PERIODISTAS RINDIERON HOMENAJE A LOS PROTAGONISTAS
bargo, tengo que decir que el motociclismo español no empezó conmigo, que empezó mucho antes, y a lo largo de este tiempo mucha gente ha puesto su granito de arena para que el motociclismo español creciera hasta donde está ahora º , comentó Cañellas con mucha humildad.
La figura de Cañellas es muy especial. No sólo por su faceta como piloto de velocidad, con dos victorias en GG. PP., sino también por su versatilidad: tres veces ganador en las 24 Horas de Montjuic, vencedor de una edición del Bol d'Or en la clase Siluetas, destacado pilotos de circuitos y rallyes ( fue cuarto en un Montecarlo con SEAT), disputó el Europeo de camiones con Pegaso, y también ganó el Dakar en su categoría con otro Pegaso ¼ Por eso su visión de la historia del motociclismo español y del motor en general es de un valor incalculable.
Echando la vista atrás, Cañellas recuerda aquella jornada, en la que nadie, ni él mismo, contemplaba un desenlace semejante. Había sido cuarto en entrenamientos, a más de siete segundos de Read
CAÑELLAS ABRIÓ LA CAJA DE LOS TRUENOS DEL MOTOCICLISMO ESPAÑOL
e Ivy, y lo más a lo que se planteaba aspirar era al tercer puesto, por el que tendría que batirse con Kent Andersson y su MZ, y sus compañeros de marca, Ginger Molloy y Tommy Robb, mucho más experimentados que él. ª Nadie esperaba que yo ganara estando en pista las Yamaha oficiales y pilotos como Molloy o Robb, con mucha más experiencia º , admite.
Pero el caso es que Cañellas se afianzó en una sólida tercera posición, ª el siguiente rodaba a más de 30 segundos de mí º , recuerda, y las Yamaha se rompieron una detrás de otra, enfrascados en un pique demencial que provocaría sus averías, algo que ya les había pasado en alguna otra ocasión tanto en 125 como en 250.
De lo que apenas se habla, ni el propio Cañellas lo hace, es de que aquella no fue la única carrera que disputó ese día en Montjuic. Estaba inscrito en 125, 250 y 500, en todas con Bultaco, y después de ganar en 125 ya no tuvo ni un respiro en todo el día. Tanto en 250 como en 500, donde corría con una TSS 350 subida a 351 ( Molloy estrenó ese día la nueva 360 oficial), empezó bien colocado, pero sendas roturas le dejaron fuera de carrera cuando rodaba sexto y noveno, respectivamente. Pero al menos se fue a casa con la satisfacción del trofeo de 125 y un premio en metálico de 8.000 pesetas de la época.