PONSSON Y EL BENEFICIO DE LA DUDA
Reale Avintia ya realizó una sustitución así en MotoGP, pero ni Del Amor ni Jones recibieron las críticas de Ponsson en Misano.
El caso de Christophe Ponsson me ha hecho replantearme el tema del que quería hablar hoy, y he decidido que no era el momento de evocar los viejos y buenos tiempos de la Mototemporada Romagnola. Se ha criticado mucho la presencia del piloto francés en MotoGP, sin dar tiempo al propio Ponsson a demostrar si es apto o no para correr en esta categoría.
Desde mi punto de vista, Ponsson se merecía el benefi cio de la duda porque estaba más que cualifi cado por su experiencia. No es un “amateur” que hace carreras por afi ción: en las últimas temporadas ha competido en Superstock, en la Copa del Mundo, en el FIM CEV, y ahora en los campeonatos nacionales de España y Francia en posiciones delanteras. Es decir, que sabe lo que es subirse en una moto de más de 200 CV. No cuenta con un palmarés de campanillas, pero tiene ofi cio más que de sobra para meterse en un GP. Además, si tú fueras un piloto profesional de 22 años, ¿ rechazarías subirte a una MotoGP?
Sin duda que es un desafío muy grande, y más hacerlo directamente en un Gran Premio. Lo ideal para Ponsson y para cualquier debutante en la categoría sería hacer una toma de contacto previa, una prueba, aunque sólo fuera de veinte o treinta vueltas, pero las circunstancias no lo permitieron. Sinceramente, no hay un solo piloto que esté preparado para un debut así, nadie, porque el único campeonato en el que se emplean frenos de carbono y neumáticos Michelin ( por citar dos de las principales difi cultades de la categoría) es MotoGP, así que Ponsson o cualquier otro debutante se tendría que enfrentar al mismo reto.
Por encima de cualquier planteamiento a favor o en contra de su presencia existe la norma del 107%, el tiempo mínimo exigido a cualquier piloto para clasifi carse para una carrera. Y Ponsson ha entrado dentro del porcentaje en la segunda sesión. Y a lo largo de los entrenamientos y durante la carrera Ponsson ha hecho su trabajo sin molestar ni incordiar a nadie, no más que los pilotos experimentados lo hacen en diferentes circunstancias. Ha terminado doblado, a una vuelta de Dovizioso y cediendo más de dos minutos con el italiano.
Lo que más me sorprende es cómo se ha alzado la voz contra Ponsson y contra el Reale Avintia por este tema. Curiosamente, esta escudería no es la primera vez que recurre a una elección así. En 2016, Héctor Barberá fue sustituido en Japón por un desconocido Mike Jones, cuya única tarjeta de presentación era ser el protegido de Troy Bayliss. Empezó tan atrás como Ponsson y terminó doblado, a más de dos minutos del ganador. Y tres años antes, el cambio fue aún más apurado: Barberá se lesionó en la tercera sesión del GP de Cataluña y entró en su lugar un ya retirado Javi del Amor, que alcanzó el 107% por los pelos, terminó último y doblado, pero 15 º a más de tres minutos del primero. En esas ocasiones, ni Jones ni Del Amor recibieron las críticas que ha recibido a lo largo del fi n de semana el francés.
El caso Ponsson ha dado pie también a críticas contra el Reale Avintia. Años atrás, cuando aún se llamaba BQR, el equipo fue pionero en la introducción de las denominadas “plazas comerciales”. Puede gustar más o menos, pero se debe tener presente que correr cuesta dinero y alguien ha de pagar la fi esta: un piloto con dinero o un patrocinador. Que nadie olvide cómo se abrió camino Mike Hailwood en las carreras: su millonario padre, Stan, alquiló a Honda motos de 125 y 250 cc para que su hijo disfrutara del mismo material que los ofi ciales Phillis y Redman. Luego hay que tener manos y talento para ser campeón, y Hailwood los tenía.