Columna Mela Chércoles.
La de 2018 fue otra gran cosecha. Cayeron dos títulos para los nuestros y uno para los italianos que no tiene discusión alguna. Sin embargo, a la hora de repasar la temporada, voy más allá de los resultados y con la perspectiva que le doy a las cosas desde este BOX34 me salen muchas cosas buenas y también alguna mala. Así que ahí va un podio de “lo más” y “lo menos” del curso, las tres cosas en positivo y en negativo que siempre recordaré:
Fue todo un puntazo arrancar la temporada en Qatar con el anuncio de la renovación de Rossi por dos años más. Lo anunció con 39 años recién cumplidos y eso hará que esté sobre la Yamaha hasta los 41 inclusive, si no le aburren antes. Nos dijo allí que no podía asegurar que estuviera ante su último contrato y le pregunté luego si lo había dicho en broma, a lo que contestó que no, que iba en serio y que ya lo vería más adelante. Le sugerí entonces que siguiera renovando hasta los 46... Se rio y respondió con un “¿ por qué no?”. Si algún piloto debería ser eterno, ése es él.
En Le Mans cayó la primera victoria mundialista de Arenas, enrolado en el Ángel Nieto Team, y eso que no cruzó primero la meta y que a dos curvas del fi nal iba cuarto. Las caídas de Bezzecchi y Martín le permitieron ascender a la segunda plaza, lo que ya era su primer podio, y durante la vuelta de honor se conoció la sanción de tres segundos al ganador, Di Giannantonio, porque había acortado a seis vueltas del fi nal en la curva 9. El sofocón del italiano dio paso a la alegría del español y a la de su equipo, que lograba así su primera victoria con su nuevo nombre, el del Maestro. Media hora después me llamó Aspar emocionado para decirme que “el Jefe nos ha ayudado desde arriba. No podían pasar más cosas de las que han pasado para que ganáramos la carrera…”. Tal cual, y todo un subidón.
Se acaba el podio de lo más y podrían entrar en él Tailandia y su gran debut en el calendario de lo que Torres bautizó como “el Albacete asiático”. O los 97.201 héroes que poblaron las gradas del Ricardo Tormo, con los tres títulos decididos y bajo la lluvia. Pero no puede faltar la conversación en la SER con Roser Alentà, la mamá de Marc, a pocas horas de que su hijo lograra el título en Japón. Estuvo sembrada cuando se la preguntó qué tenía que decir a los que consideraban que su hijo era demasiado agresivo: “Todos han tenido 20 años, 21, 25 o 23 entonces, claro, lo que les jode un poco es que les gane y entonces pues tienen que decir algo”. Se puede decir más alto, pero no más claro.
Para “lo menos” hay que empezar con el despropósito del nuevo asfalto de Silverstone. En un país tan acostumbrado a la lluvia como es Inglaterra, y sin que tampoco lloviera una barbaridad, la falta de drenaje obligó a la suspensión de las carreras el domingo. Un desastre.
Tampoco fue bueno que un piloto con la calidad de Bautista se viera obligado a buscar refugio en las SBK al quedarse sin sillín en MotoGP, quedándose en cambio en la parrilla pilotos con peor palmarés y potencial que él.
Y por último, no se me van de la cabeza los pitos a Márquez después de caerse en Misano, donde el jueves, por cierto, Rossi le negó la mano. No es nuevo que le piten al campeón, pero jode aún mucho más ver que lo hacen en un circuito en el que Tomizawa perdió la vida hace ocho años y que, además, lleva el nombre de otro malogrado, el del añorado SuperSic. Qué burros.
Fue todo un puntazo arrancar la temporada en Qatar con el anuncio de la renovación de Rossi por dos años más