Reportaje: Moto Guzzi Experience.
Cuatro días para rodar por las carreteras del sur de Cerdeña. Curvas y más curvas alternando paisajes de montaña y mar. Suena bien, ¿ verdad? Esto y mucho más es lo que pudimos disfrutar de la mano de Moto Guzzi.
El pasado mes de octubre tuve la ocasión de asistir a la 7th Moto Guzzi Experience. Unas jornadas increíbles en las que un grupo de treinta ª guzzistas º de todo el mundo disfrutan de la oportunidad de probar cualquier modelo de la gama por las reviradas carreteras de la preciosa isla mediterránea.
No se trata del típico evento al que uno acude con su moto. Aquí la inscripción incluye el vuelo de ida y vuelta desde Milán o Roma hasta Cerdeña, traslado al hotel en Is Molas, pensión completa y la Moto Guzzi que tú elijas.
En mi caso, me decanté por la V7 Rough, aunque también rodé con la Carbon, y puedo asegurar que con las dos disfruté al máximo de las rutas que hicimos, y resultaron ser una elección acertada, tanto por su comodidad y ligereza, como por la suavidad y facilidad con la que se enfrentaron a los casi setecientos kilómetros de recorrido.
Por suerte, el clima nos brindó una tregua, después del fuerte temporal que sufrió la isla los días precedentes, y nos regaló unas jornadas prácticamente primaverales. El ritmo con el que nos movíamos era moderado, y nos permitía disfrutar de las vistas: verdes montañas, abruptos acantilados y evocadoras playas hicieron que los kilómetros pasaran sin hacerse notar. Las paradas que íbamos realizando no tenían desperdicio, especialmente la visita a las minas de Porto Flavio, y cada vez que bajábamos de la moto era una ocasión para entablar conversación con algún compañero de viaje y comentar la jornada, aún a costa del esfuerzo que suponía tratar de entenderse con alguien de otro país, aunque, bien mirado, esto resultaba bastante divertido.
Una experiencia única, que nos hizo disfrutar de un mar de sensaciones en una isla de ensueño.
NO SE TRATA DEL TÍPICO EVENTO AL QUE UNO ACUDE CON SU MOTO