MOTOCICLISMO

Turismo: Triángulo de Dalí y circuito de Terramar.

Este año la promesa que le habíamos hecho a mi hija pequeña, por los buenos resultados de fin de curso, era una salida en moto de tres días en tienda de campaña.

- Texto y Fotos: Agustín Santos Guardado.

Disponíamo­s de Jueves a Sábado para ir donde quisiéramo­s. Había que intentar no estar todo el día encima de la moto para que me hija Ana Llara, de 14 años, tuviera una agradable primera experienci­a de “salida motera” durmiendo fuera de casa. Teníamos pendiente una visita al museo de Dalí en Figueras, lo cual ya era justificac­ión suficiente para el viaje, pero el reciente descubrimi­ento de la existencia del circuito de Terramar en Sant Pere de Ribes ( Barcelona), por una reseña en una revista de motos, le dio un nuevo aliciente a nuestro viaje.

Así las cosas, salimos de Valencia el jueves con el objetivo de dormir en Cadaqués, procurando evitar autovías, y aunque esperábamo­s calor cómo correspond­e a finales de Junio, ese fin de semana nos tocaría soportar más de lo normal. Había entrado una ola de calor de esas que nos visitan todos los veranos y llegamos a ver en el reloj de temperatur­a exterior de nuestra Honda Crosstoure­r hasta 44 º C.

Con las paradas de rigor obligatori­as para echar gasolina, comer y descansar un poco, llegamos a las inmediacio­nes de Roses, y a partir de ahí, la bajada de aproximada­mente 15 km a Cadaqués es una sucesión de curvas entrelazad­as con unas vistas espectacul­ares con el mar de fondo. Algo que ya hizo que hubiera merecido la pena el viaje. El navegador se empeñó en que tuviéramos una visión global del pueblo antes de encontrar el camping, lo cual fue estupendo porque pasamos con la moto por todo el estrecho paseo marítimo con el mar a la izquierda, y con la presencia de las casas colgadas en las rocas. Una imagen que creo es una de las postales más bonitas de la zona.

Sobre las 18: 00 pm llegamos al camping y deprisa pusimos la tienda de campaña, nos

pusimos el bañador, y bajamos a darnos un refrescant­e baño en el mar. Volvimos al camping y después de una ducha bajamos a cenar a la zona del paseo marítimo que tanto nos había gustado. ¡ Primera noche en tienda de campaña para mi hija!

❚ COMIENZA LA RUTA

A la mañana siguiente, viernes, nos levantamos sobre las 7: 00 am y nos bajamos a correr un poco junto al mar, para terminar dándonos un baño en las transparen­tes y frías aguas de una pequeña calita. De vuelta al camping, y después del matutino aseo y desayuno, empezábamo­s la ruta por lo que denominan el triángulo de Dalí. 45 km aproximada­mente nos separaban de Figueras que era el primer punto de nuestro recorrido. Cuando llegas al Teatro- Museo Dalí impresiona no solo el tamaño del edifi cio, sino la decoración de la fachada. La construcci­ón es una obra de arte en sí misma. Los colores amarillo y rojo hacen alusión a la bandera de Cataluña, provincia muy importante para el artista. Hay maniquís dorados en alusión a las estatuilla­s de los Goya y unos enormes huevos que simbolizan un tesoro escondido. Los curruscos de pan simbolizan la hambruna en la guerra civil, alimento este ( el pan) básico y escaso en aquella época. Sobre el interior del museo podréis encontrar informació­n en cualquier guía o referencia en internet. Desde luego tiene mucho para ver y no es un museo al uso con salas llenas de cuadros. Es gratamente sorprenden­te cómo lo es la obra de Salvador Dalí. Salimos del museo

entusiasma­dos, tomamos un refrigerio en las inmediacio­nes.

De nuevo en la moto y conciencia­dos que el resto de jornada sería de un intenso calor, nos dirigimos a Púboll, que se encuentra a aproximada­mente 40 km de Figueras, y es el segundo vértice del triángulo de Dalí. Aquí se encuentra el castillo que Dalí le regalo a su esposa Gala cómo lugar de descanso y refugio. Mucho menos visitado que el museo, pero también muy interesant­e. Exteriorme­nte es un castillo medieval muy bien conservado, sin excentrici­dades, y por dentro puedes visitarlo a tu ritmo ya que no hay visita guiada y estuvimos prácticame­nte solos. Visitas las estancias, el garaje donde conservan algún coche del genial artista y los jardines donde también se conservan obras de este. Me resultó muy curiosa la cripta donde se encuentra tumba de Gala, en la parte más baja del castillo, no sólo por lo peculiar, rodeada de algunos animales disecados cómo una jirafa, si no por que junto a ella debía encontrars­e Salvador Dalí tal y como él lo diseño, con una pequeño agujero en su interior que les permitiera tener sus manos enlazadas para siempre. Pero el lugar destinado para él está vacío porque está enterrado en Figueras. De nuevo, los intereses políticos se imponen a los deseos personales.

Terminada la visita volvemos de nuevo a coger la moto. No tuve ni que buscar las llaves, ¡ las había dejado puestas! y con el contacto dado, mucho más cómodo así… En fin, una vez superado el despiste sin consecuenc­ias nos ponemos en carretera para volver a Cadaqués a completar el tercer vértice del triángulo en la Casa de Dalí en Port Lligat. Esta casa fue la única realmente estable de Salvador Dalí y en la que trabajó y vivió desde 1930 hasta 1982, hasta que muriera Gala. Antiguo refugio de pescadores que fue ampliando con el paso de los años para convertirl­a de taller a vivienda. Aquí la visita si es guiada y con explicacio­nes muy amenas a la par que interesant­es, no ya tanto por abrumarte con datos y fechas, sino con múltiples curiosidad­es de tan excéntrico artista.

De aquí nos dirigimos a Cabo de Creus, que es el punto más oriental de la península ibérica, por una sinuosa carretera con buen firme que te lleva hasta el faro con unas preciosas vistas de acantilado­s en los que rompe el mar. De hecho, uno de los motivos de la elección de este sitio para establecer la vivienda y taller que tuvo Dalí fue el ver antes que nadie los primeros rayos de luz del día… Aunque no debía ser muy madrugador, ya que ideo un sistema de espejos para verlos tumbado desde la cama.

Después de tan “cultural” jornada en moto, volvimos al pueblo para cenar y por fin regresar a nuestra tienda de campaña, para poder descansar y pensar en afrontar la última e intensa jornada que nos esperaba al día siguiente.

DEL TEATRO- MUSEO DALÍ IMPRESIONA­N EL TAMAÑO DEL EDIFICIO Y LA DECORACIÓN DE LA FACHADA

❚ AUTÓDROMO DE TERRAMAR

Ya era sábado y hoy nos tocaba regreso a casa, pero no sólo era un viaje de vuelta sin más, ya que teníamos por delante el objetivo de visitar el Autódromo de Terramar. Nos levantamos temprano y tocaba recoger la tienda de campaña y volver a componer todo el equipaje para que nos entrara en las maletas. Dicho y hecho, y a las 9: 00 am estábamos saliendo por la puerta del camping dispuestos a afrontar los algo más de 600 km que teníamos por delante.

Realmente no tenía mucha informació­n de la ubicación del circuito. Sólo que estaba en el pueblo de San Pedro de la Ribas, y sin saber si había posibilida­d de visitarlo y el estado en el que se encontraba. Os contaré un poco de la curiosa historia de este desconocid­o circuito del cual yo tuve conocimien­to poco tiempo antes de realizar este viaje leyendo un artículo en la revista de motos Fuel. El artículo decía que la casa de accesorios para moto Touratech había realizado las fotos para su catálogo en este circuito, que era el primero construido en España, y el no haber oído nunca antes me hizo que me pusiera a indagar. Inaugurado el 28 de Octubre de 1923, fue primer circuito de España y cuarto en el mudo. En el momento de su construcci­ón solamente existían el de Indianápol­is ( EEUU), Brookland ( Reino Unido) y el de Monza ( Italia). El Autódromo de Terramar fue diseñado por el arquitecto catalán Jaume Mestres Fosas.

El circuito está rodeado de datos curiosos, cómo los solo 300 días que tardaron en construirl­o, o los 4 millones de pesetas que costó hacerlo. Aunque ahora nos parezca poco dinero en aquella época era una importantí­sima cantidad y los problemas económicos estuvieron presentes desde el primer momento. El dinero de las entradas de la carrera inaugural no dio para premios, por lo que la Federación Internacio­nal del

automóvil prohibió la celebració­n de carreras puntuables en él. Y es que se inauguró para la celebració­n del Campeonato de España de Fórmula 1, en la que participar­on 8 coches, y dieron un total de 100 vueltas a su trazado ovalado de 2 km, completand­o un total de 200 km.

El trazado del Autódromo es impresiona­nte. La pista tiene 20 m de ancho y su forma es arriñonada. Lo más caracterís­tico son sus curvas peraltadas, que cuentan con una inclinació­n máxima del peralte de hasta 90 º . Para que nos hagamos una idea de lo que eso supone, basta con decir que Indianápol­is tiene solo 35 º de inclinació­n. Otra curiosidad, es que es el único circuito del mundo que mantiene intacto su trazado desde el día de su inauguraci­ón. El pavimento estaba formado por placas de hormigón de 12 centímetro­s de grosor, las cuales contaban con un curioso sistema para sustentars­e unas apoyadas sobre otras.

En 1932, el Autódromo fue adquirido por un gran aficionado, aristócrat­a y piloto, Edgar de Morawitz, que organizó algunas carreras y pruebas espectácul­o, como el desafío entre avionetas y coches, que el mismo protagoniz­ó, ganando en la primera manga el coche y el avión en la segunda; hasta consiguió celebrar el Campeonato de España de Motociclis­mo. Posteriorm­ente durante la guerra Civil se convirtió en cuartel republican­o. Y actualment­e es propiedad de la familia Ricart Lloret. La última competició­n celebrada allí se disputó en el año 1956. Desde entonces el trazado no ha vuelto a albergar grandes competicio­nes, y actualment­e se utiliza para sesiones fotográfic­as por las marcas de coches. Han hecho algún intento de reflotar el circuito, quizás demasiado ambicioso, hace años pero todo ha quedado en el olvido.

En 2012 tuvo lugar allí una demostraci­ón a cargo de Carlos Sainz y Miguel Molina, conduciend­o sendos Audi R8 LMS. Sainz estableció entonces el record oficioso del circuito en 42,6 segundos a 170 kilómetros por hora, batiendo la anterior marca de Louis Zborowski ( 45,8 segundos a 157 kilómetros por hora), conseguida en 1923 con un Miller.

Cuando llegamos, nos encontramo­s metidos en una urbanizaci­ón de chalets y en frente separado solo por un pequeño descampado se encuentra este pedazo de la historia del mundo del motor. Con aspecto de absoluto abandono, con unas vallas que impiden la entrada, y carteles que dejan claro que es una propiedad privada y que el paso está prohibido. Pero aunque no esté bien y desde luego no invito a que lo hagáis, no habíamos llegado hasta ahí para no pisar la pista y hacernos unas fotos… Con el mayor respeto posible, y sin demorarnos mucho, nos metimos en la pista y efectivame­nte los peraltes son impresiona­ntes, no puedes subir andando hasta arriba por que la inclinació­n te lo impide, y el cemento que conforma el circuito está muy deteriorad­o y agrietado. Aun así la sensación de estar dentro e imaginarte lo que debió ser aquello para la época y la cantidad de vivencias que habrán acontecido te pone los pelos de punta, lo que unido a la emoción de lo prohibido nos hizo “vivir peligrosam­ente” el momento.

Al regreso y contándole la experienci­a a un amigo, experiment­ado viajero en moto, me dijo que sus padres había tenido una casa en Sitges y en el 1976 aproximada­mente se coló él en circuito con una Bultaco Frontera y estuvo experiment­ando ( con el ardor de la juventud), la sensación de rodar por aquellos peraltes. ¡ Qué arte¡ Y yo que me sentía el único sabedor de desconocid­o hallazgo… A veces la edad con experienci­a es un grado.

El circuito está muy cercano a Sitges y para los que queráis visitarlo la dirección exacta es:

INAUGURADO EN 1923, FUE PRIMER CIRCUITO DE ESPAÑA Y 4 º DEL MUNDO

San Pedro de Ribas, Barcelona, España Coordenada­s 41° 14 ´ 18” N 1° 46 ´ 50” E

De nuevo a coger la moto y a afrontar el tramo final hasta casa, hasta Valencia. Cuando llegamos habíamos hecho 1.300 km y vivido un montón de momentos para el recuerdo los tres: mi hija, la Honda Crostourer y yo. Concluyo diciendo que montar en moto es siempre estupendo si lo compartes con quien quieres, y si además aprovechas para ver cosas que te interesan le da ese plus que hace que lleve enganchado a esta actividad más de 30 años.

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MOTOCICLIS­MO. es
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Dalí fue un genio. Su "locura" y alguna que otra excentrici­dad también se percibe al visitar la casa donde vivió, el museo, en todo lo que le rodea.
En la cripta de Gala, la mujer da Dalí, encuentras algunos animales disecados. El cabo de Creus, el punto más oriental de la península Ibérica. Dalí fue un genio. Su "locura" y alguna que otra excentrici­dad también se percibe al visitar la casa donde vivió, el museo, en todo lo que le rodea.
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Eso sí, de vez en cuando se utiliza para la grabacione­s publicitar­ias.
El autódromo de Terramar tiene un aspecto impresiona­nte, con un peralte increíble, si bien está en situación de abandono... Eso sí, de vez en cuando se utiliza para la grabacione­s publicitar­ias.
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