El mediano de la familia
El segmento de los tres ruedas de tipo L5e es un tanto especial. Se trata de vehículos apoyados en tres puntos, pero cuyo funcionamiento realmente es similar al de una moto convencional. En las curvas hay que inclinarlos y sus reacciones son básicamente las mismas. Sin embargo, para conseguirlo necesitan una tecnología particular que cada fabricante ha tenido que desarrollar, y además contar con una serie de aditamentos que el usuario exige a partir de un cierto nivel de cilindrada, como es el caso del bloqueo de la inclinación cuando el triciclo está parado.
LLENADO EL HUECO
Yamaha es la única marca japonesa que de momento se ha interesado en un sector que todavía supone un segmento marginal, alrededor de 20.000 unidades en Europa. En España no llega al 3% su peso, pero tiene una incidencia superior a la media en algunas ciudades, y especialmente en Madrid. Hasta ahora Yamaha participaba en este campo con su Tricity 125, que tiene un 16% del mercado, y también tiene en su catálogo la Niken con el motor de tres cilindros CP3 de la marca, que no puede conducirse con el carnet de coche. En ambos casos jugaba fuera del gran terreno de ventas, que son las cilindradas entre los 250 cc y el medio litro. No era algo difícil de hacer teniendo en cuenta que Yamaha ya tenía la tecnología necesaria para el tren delantero, pero tenía que desarrollar un sistema de bloqueo de la inclinación, algo que el cliente exige en modelos de esta cilindrada.
El Yamaha Tricity 300 apareció como un prototipo en el salón de Milán de 2018 y un año más tarde fue presentado en la misma cita. Obviamente se trata de un modelo basado en los que la firma ya tiene en el mercado, con el mismo sistema de tren delantero que utiliza un par de horquillas telescópicas dobles en cada rueda y un paralelogramo deformable. Además de un sistema de dirección con paralelogramo de tipo Ackerman, que permite que la rueda que va por el interior de la curva se tuerza