Una custom de estilo propio
TRAS LA ACTUALIZACIÓN DEL RESTO DE LOS MODELOS DE HONDA DOTADOS DE SU MOTOR BICILÍNRICO DE 500 CC, LE LLEGA EL TURNO A UNO DE LOS MÁS ESPECIALES, LA REBEL, LA VERSIÓN DE DISEÑO MÁS PARTICULAR.
La CMX500 Rebel está catalogada como la versión custom de la serie CB500 y su arquitectura general la debería incluir de lleno en el segmento, tiene un asiento muy bajo, llantas de pequeño diámetro y es relativamente larga. Sin embargo, su creador Keite Mikura se ha encargado de añadir ciertas particularidades que la convierten en una moto que realmente no se integra en ninguna tendencia concreta, o en varias a la vez, dentro de ese estilo. La versión 2020 ha llegado con el fin de integrarse en la homologación Euro5 ya vigente, y con este fin su propulsor de dos cilindros ha sido modificado con un nuevo sensor de gases en el escape, además de variaciones en el sistema de distribución, encendido y programación electrónica. Al igual que en el resto de los modelos con los que comparte el motor, también se ha instalado un nuevo embrague con limitador de par para evitar rebotes en las reducciones. Estos cambios no han afectado al rendimiento que se mantiene inalterado en 34 kW, rozando el límite del carnet A2 para el que ha sido creada.
ESTILO PROPIO
La Rebel se caracteriza por ser una moto muy baja en la parte trasera, todo lo contrario que en la delantera, en la que el depósito sobre los tubos ascendentes del chasis se eleva. El chasis de tubo redondo es protagonista del exterior de la moto y el basculante de tubo redondo de gran sección proyecta la rueda hacia atrás. Un asiento tan bajo obliga a un recorrido de suspensión trasera reducido, y esto se deja notar en los baches, aunque esta versión mejora la anterior gracias a unos amortiguadores de gas con nuevos muelles más confortables. Esta misma operación se ha realizado en la horquilla, que tiene nuevos muelles y volumen de aceite.
La versión estándar se complementa con esta Special Edition que dispone de una cubierta en la nueva óptica delantera formada por cuatro LED, fuelles de horquilla, tapas y un asiento con costuras en diamante, y que cuesta 350 € más. También es nuevo este año el indicador de la relación de cambio engranada.
Sobre la Rebel te sientes como en una moto más pequeña, incluso de menor cilindrada. El asiento tan bajo recoge las piernas, aunque las manos están relativamente altas. La rueda delantera se ve ancha y como el cuadro es pequeño, tienes mucha visibilidad de lo que hay por delante. El motor ha ganado bajos respecto al de sus hermanas y en ciudad acabas circulando a bajo régimen en marchas largas y parando en los semáforos en tercera, que era la relación de cambio a la que ibas casi a ralentí con el motor girando sin quejas. Esto engaña respecto a su potencial, porque al final los 46 CV están presentes y la Rebel acaba llegando casi a 160 km/ h en llano. Obviamente es una moto de personalidad tranquila, pero eso no quita para que también sea ágil en su