No te acuestes sin...
A las afueras del pequeño pueblo rural de Breganze, en el Véneto italiano, los campos de cereales y viñas centellean con la oblicua luz de la tarde como el vello en la piel de una muchacha. Mientras recorremos las largas y estrechas carreteras que vertebran su extensa área agrícola, descubrimos aquí y allá grandes cosechadoras en el horizonte, pequeños tractores en los viñedos, al contraluz del ocaso como fabulosas criaturas de acero avanzando lentamente en un tiempo que parece inalterable.
Son precisamente esas cosechadoras, vestigio y presente industrial de Breganze, familiares lejanos de alguna de las motocicletas más deseadas por los viejos moteros: hablamos de Laverda.
Las raíces de Laverda se remontan a 1873, cuando Pietro Laverda funda el primer taller para la fabricación de aperos agrícolas y máquinas enológicas. En 1905 la producción cubre las exigencias de una agricultura que empieza a conocer la mecanización. Y en 1945 la marca es ya un referente internacional en cosechadoras autopropulsadas.
En octubre de 1949, con un renovado espíritu de empresa y observando la oportunidad de participar en la motorización masiva de la Italia de posguerra, el nieto de
LAVERDA: LES MOTOS MYTHIQUES DE BREGANZE
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Editorial
Jean- Louis Olive cartoné, 25 x 25cm. 176 págs. 49 €
9781028303860
ETAI
Disponible en
www. editions- etai. fr
Pietro Francesco funda Moto Laverda. Su primer modelo comercial, la Laverda 75, sale a la calle en 1950.
Con modelos legendarios como la 750 SFC, campeona de resistencia a principios de los setenta; la V6 1000 ( un arma para derrotar a los japoneses que dominaban la competición con sus Superbikes); o tricilíndricas deportivas como la Jota, Laverda, cuyos principios absolutos fueron la singularidad de sus máquinas y el espíritu deportivo, ingresó definitivamente en el salón de fabricantes excepcionales. Luciendo su color “naranja agro” por todo el mundo, Laverda supo cuidar bien su imagen: la puso en manos del prestigioso Studio Vajenti, dinastía italiana de artistas y fotógrafos cuyo trabajo ha dejado una indeleble huella pop en la memoria y es un verdadero ejemplo de las corrientes de marketing de mediados de los setenta.
Este libro de Jean- Louis Olive, ilustrado con más de cuatrocientas fotos y documentado al detalle, descubre la historia de los hombres que desarrollaron aquellas máquinas, creaciones altamente interesantes fruto de la pasión de Massimo Laverda y sus ingenieros, con Luciano Zen a la cabeza. En sus páginas se recoge la mejor parte del legado clásico de la marca hasta su desaparición en 1985.