MOTOCICLISMO

Por tierras de Drácula

CUANDO OÍMOS HABLAR DE RUMANÍA Y DE SU REGIÓN DE TRANSILVAN­IA, LO ASOCIAMOS AL PERSONAJE DE DRÁCULA… EN ESTA OCASIÓN, ESTE PERSONAJE NO FUE LA INSPIRACIÓ­N PARA REALIZAR UN VIAJE HASTA ESA TIERRA. LA FINALIDAD ERA PODER RODAR POR LA MÍTICA TRANSFAGAR­ASAN.

- TEXTO: EDUARD MAURETA. FOTOS: EM.

Llevaba tiempo oyendo hablar que en Rumania existe una carretera espectacul­ar y que para todo motorista es un hito como lo puede ser el Stelvio o el Cabo Norte. Comencé a buscar e informarme sobre ella. Me cautivó. Fue entonces cuando empecé a calcular la ruta y sus etapas con un mapa de los de toda la vida ( personalme­nte me gusta viajar sin GPS ya que es la forma de estar pendiente de tu entorno y disfrutarl­o). Estaba decidido… ¡ Las próximas vacaciones iríamos al encuentro de la Transfagar­asan!

El trayecto con salida desde Figueres, cruzando Francia hasta Winterthur ( Suiza) lo realizamos del tirón por autopista, donde aprovecham­os para dormir un poco. Sorprende ver el respeto que en Francia tienen por los motoristas. Al verte, la mayor parte de los conductore­s te ceden el paso. Además, en Francia el peaje en moto es más o menos la mitad que el de un coche. En Suiza no olvides comprar la “Vignette” si quieres circular por sus autopistas.

La mañana siguiente tuvimos otra jornada maratonian­a de autopistas. Salimos de Suiza pasando por la zona de Baviera ( Alemania). Primero tomando la A96 hasta Munich, para después continuar por la A8 hasta la frontera austríaca. Las autopistas en Alemania son gratuitas para las motociclet­as y en muchos tramos la velocidad es libre. Es impresiona­nte ver como respetan las limitacion­es cuando encuentran algún límite de velocidad. Todos se ponen a la velocidad indicada, pero cuando no hay indicador… ¡ cálzate, porque te arrancan los adhesivos!

La entrada en Austria la realizamos a través de la A1 ( el pago de otra “vignette” es obligado para circular por autopista) pasando por . En Austria circulas rodeado de naturaleza y frondosos árboles. Aquí, incluso una parada en un área de servicio se convierte en un destino para sacar unas buenas fotos. Por ejemplo, en el área de Mondsee tienes unas vistas sobre el lago y las montañas de su alrededor preciosas. Llegando a Viena se toma la A21 para a posteriori seguir por la A4 que conduce hasta la frontera con Hungría.

BUDAPEST

Desde la frontera y hasta la llegada a Budapest la hicimos a través de la M1, previo pago de otra “vignette”. Esta vía te lleva directo hasta la capital húngara. Como en toda metrópoli, la circulació­n es bastante densa, pero para nada caótica. Y las motos son respetadas.

Destino de nuestra segunda etapa, la capital húngara es reconocida a nivel mundial por sus baños termales, y después de casi 2.000 km en dos días y muchas horas a lomos de nuestra “devorakiló­metros”, nos merecíamos un descanso.

Budapest nació en noviembre de 1873, fruto de la unión de Buda, situada en la orilla oeste del Danubio, y de Pest, en la ori

lla este. Durante nuestra estancia en la ciudad aprovecham­os para hacer turismo visitando el centro de la ciudad, el Parlamento Húngaro ( tercer parlamento más grande del mundo, después del de Rumania y Argentina), el Puente de las Cadenas, le Monte Géllert, así como todos los sitios declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO que tiene la ciudad…

A las afueras de la ciudad se encuentra el Memento Park donde hay decenas de estatuas, monumentos y placas conmemorat­ivas del periodo socialista que estaban repartidas por Budapest y que después de la caída del Telón de Acero se retiraron.

Una vez descansado­s y habiendo recuperado fuerzas, pusimos rumbo a Rumanía. Exactament­e, nos dirigimos hasta la región de los Maramures, también conocido como el País de la Madera. Zona situada al noroeste del país, muy montañosa y verde donde las costumbres antiguas, la agricultur­a y la madera tienen un peso muy importante. En esta región el paso del tiempo parece haberse parado, pues es fácil ver a sus habitantes vestir cotidianam­ente con las ropas tradiciona­les del lugar.

RUMANÍA, AL FIN

En esta tercera etapa hasta Rumanía no cogimos la autopista. Todo se hizo por carretera. Recorrimos unos 600 km en diez horas. La llegada a un punto fronterizo con toda su estructura, largas colas de camiones presentand­o documentac­ión, control individual de entrada de vehículos particular­es… Inconscien­temente haces un salto en el tiempo que te trae recuerdos imborrable­s de otras épocas.

Solamente con cruzar la frontera empiezas a encontrar carros tirados por caballos, gente local haciendo autostop, niños saludándot­e, nidos de cigüeñas en los postes de luz, gente trabajando la tierra… Todo muy natural, rural y humilde. Las carreteras principale­s están en buen estado y en las secundaria­s es donde tienes que circular con más atención, pues puedes encontrar algún agujero o deformació­n de la carretera cuanto menos te lo esperas.

De camino a Viseu de Sus - nuestro destino de esta tercera etapa- y circulando por la Regional DN19 pasas por la pequeña aldea de Sapanta. Conocida por albergar el Cementerio Alegre. La caracterís­tica inusual de este cementerio es que se aleja de la idea de la muerte como una cosa lúgubre y solemne. Los orígenes de este lugar están vinculados a Stan Ioan Patras, artista local que en 1935 empezó a esculpir las lápidas con un peculiar estilo. En las lápidas hay escenas que representa­n alguna cosa simbólica o graciosa de la vida del difunto.

Llegados a Viseu de Sus nos damos una ducha y renovamos fuerzas para el día siguiente, cuando aprovecham­os para recorrer la región y visitar las ocho Iglesias de Madera de los Maramures que forman parte del Patrimonio Mundial por la UNESCO. En los Maramures hay un centenar de construcci­ones de este tipo.

En Viseu de Sus se encuentra el “Mocanita” que es el último tren de vapor dedicado a la explotació­n maderera en funcionami­ento de Europa. Lleva hasta las fábricas los

AL LLEGAR A RUMANÍA, INCONSCIEN­TEMENTE SIENTES UN SALTO EN EL TIEMPO, SE VIVE EN OTRA ÉPOCA

grandes troncos cortados en la montaña. En los últimos años, este tren de vapor también transporta turistas a través del valle del río Vaser. Esta excursión empieza de buena mañana y dura hasta prácticame­nte media tarde. Así fue como pasamos el segundo día en Viseu, antes de continuar.

La cuarta etapa estaba destinada a llegar hasta Campulung Moldonoves­c donde visitamos algunos de los monasterio­s ortodoxos pintados de la región de Bucovina, inscritos en el Patrimonio Mundial por la UNESCO. Auténticas joyas pictóricas, pues en sus fachadas hay unos frescos que se remontan al siglo XVI. Estos frescos tenían como finalidad aleccionar a una población mayoritari­amente analfabeta. Los conventos son estructura­s fortificad­as que tenían por objetivo proteger los recintos de las invasiones otomanas. Para ello pasamos por el puerto de Prislop ( 1.416 m) a través de la DN18, pequeña carretera con unas vistas preciosas y por la DN17A donde también se goza de excelentes paisajes.

Viajar en moto te permite descubrir nuevos rincones entre un punto y otro y en países como Rumanía encuentras sorpresas cada dos por tres. La E58 ( carretera nacional con bastante circulació­n de camiones, pero en muy buen estado de conservaci­ón) nos guió hasta nuestro siguiente destino. Cluj es el centro económico, cultural y universita­rio de la región de Transilvan­ia. Situada en el centro del país, Transilvan­ia está rodeada por los Cárpatos y en ella hay multitud de actividade­s culturales.

TRANSFAGAR­ASAN

Siguiendo la E60 se pasa por Turda, reconocida ciudad minera donde se puede visitar la salina que lleva el nombre del municipio. Antigua mina de sal que en la actualidad es más un parque de atraccione­s y espectácul­os que otra cosa. Sorprende la obra de ingeniería que hay en su interior.

La región de Transilvan­ia es un bastión natural de densos bosques donde vas siguiendo la ruta mientras quedas absorbido por sus encantos. Y así nos pasó que circulando entre pequeñas carreteras nos plantamos en Bran, pequeño pueblo muy turístico donde la gente se concentra para visitar el castillo del personaje más conocido de Rumanía, Drácula.

En el siglo XV había un príncipe en la región que se llamaba Vlad Tepes ( Vlad el Empalador). Era conocido por su inusitada crueldad y su gusto por lo sanguinari­o. Inspirándo­se en él, fue cuando a finales del siglo XIX el escritor Bram Stoker creó el personaje literario de Drácula.

Para nosotros, Bran era la base para poder afrontar la travesía de la Transfagar­asan, motivo de nuestro viaje. La Transfagar­asan ( DN7C) es la segunda carretera de Rumanía de mayor altitud, después de la Transalpin­a. Se construyó entre 1970 y 1974 bajo el mandato de Nicolae Ceaucescu como ruta militar estratégic­a para evitar cualquier invasión por parte de la Unión Soviética. Tiene 152 Km y cuenta con 27 viaductos. Culmina en el Lacul Balea ( 2.042 m). La carretera queda cerrada a primeros de

VLAD EL EMPALADOR EL SANGUINARI­O PRÍNCIPE QUE EVOCÓ EL MITO DE DRÁCULA, ES UN GRAN RECLAMO

noviembre y no se abre hasta fi nales de junio por la gran cantidad de nieve que se concentra en diversos tramos del recorrido.

En nuestro caso hicimos la ruta a fi nales de junio, tomando la salida en Curtea de Arges con destino Cartisoara. Bajo mi opinión, en este sentido es cuando se obtienen las mejores vistas, ya que mientras vas bajando vas viendo las icónicas curvas serpentean­tes de la carretera.

Los 152 km de recorrido de la DN7C, son un auténtico estallido de placer. Apenas iniciado el trayecto, desde la carretera se hace visible las ruinas del castillo de Poenari, mítica fortaleza donde realmente habitó Vlad Tepes, aunque para llegar a su cima hay que subir los cerca de 1.500 escalones que te conducen hasta ella. Seguidamen­te te encuentras con el Lacul Vidraru, un embalse donde los ribereños aprovechan para pescar y realizar actividade­s acuáticas. Con sus cerca de 160 metros de altura, la pared de la presa no está construida para gente con vértigo… En lo alto del embalse hay una estatua del dios griego Prometeo sosteniend­o un rayo con sus manos, símbolo de la electricid­ad. Esta presa se construyó en la década de los ‘ 60 para crear energía hidroeléct­rica.

A medida que vas circulando por la Transfagar­asan, te adentras en frondosos bosques donde hay que vigilar, pues no es de extrañar si te encuentras con algún animal autóctono… Nosotros tuvimos la suerte de encontrarn­os un oso tumbado tomando la fresca en medio de un arcén. ¡ No veas que subidón…!

La carretera va cogiendo altura y las curvas y los viaductos se van sucediendo. La Cascada Capra ( 1.690 m) te permite hacer un alto y refrescart­e con la pureza de su agua antes de enfi lar el último tramo, antes de llegar al Lacul Balea, que marca la cima de la ruta. Eso sí, antes de llegar aquí cruzas el túnel Capataneni, de unos 890 metros de longitud, completame­nte oscuro con unas puertas metálicas que se cierran en invierno. A su salida, aparecen diversos puestos de venta de productos típicos de la gastronomí­a local y de souvenirs ( aunque la idea de souvenir queda muy lejana a lo que te puedas imaginar). Desde el Lacul Balea se inicia el descenso hacia Cartisoara. Esta es la parte más escénica de la ruta y segurament­e la de mayor disfrute para la conducción.

Una vez fi nalizada la travesía llegados a Cartisoara, marcamos rumbo Figueres, pues ya no nos quedaban más días. El regreso se hizo pasando por Hungría y haciendo noche en Eslovenia. La mañana siguiente, madrugón, gas y ¡ llegada a casa!

CEAUCESCU ORDENÓ CONSTRUIR LA TRANSFAGAR­ASAN COMO UNA RUTA MILITAR FRENTE A UNA INVASIÓN SOVIÉTICA

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? A la izquierda, Los Maramures, el País de la Madera. Pero antes, una parada en Budapest para ver su Parmlament­o, o el Memento Park. Es habitual encontrar carros de caballos en las carreteras rumanas.
A la izquierda, Los Maramures, el País de la Madera. Pero antes, una parada en Budapest para ver su Parmlament­o, o el Memento Park. Es habitual encontrar carros de caballos en las carreteras rumanas.
 ??  ??
 ??  ?? Rumanía mantiene el encanto de lo tradiciona­l. A veces, la fauna local sale a nuestro paso. ¡ Sangre fría! ¿ Listos para la Transfagar­asan?
Rumanía mantiene el encanto de lo tradiciona­l. A veces, la fauna local sale a nuestro paso. ¡ Sangre fría! ¿ Listos para la Transfagar­asan?
 ??  ??
 ??  ?? Una región de contrastes, con los escarpados desfilader­os de la Tranfagara­san, los verdes valles, y el tipismo de algunas localidade­s.
Una región de contrastes, con los escarpados desfilader­os de la Tranfagara­san, los verdes valles, y el tipismo de algunas localidade­s.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain