MOTOCICLISMO

VIAJE A TÚNEZ

HEMOS VIAJADO POR EL PAÍS TUNECINO PARA CONOCERLO A BORDO DE LA TRIUMPH TIGER 1200 DESERT EDITION. DOS COMPONENTE­S, MOTO Y PAÍS, QUE NOS HAN SORPRENDID­O POR LO QUE OFRECEN Y POR LO QUE APORTAN. DESCUBRIEN­DO TÚNEZ Y DISFRUTAND­O DE LA TRIUMPH: UNA GRAN RUTA

- TEXTO: RAÚL GUTIÉRREZ. FOTOS: TONI GUERRERO & RG.

Descubrien­do el país a lomos de una Triumph

Viajar en este tiempo y en esta época que nos ha tocado vivir reporta un sentimient­o especial. Y más si se hace al extranjero como es nuestro caso al acudir a Túnez para conocer el país de la mano de Turismo de Túnez. Conectar moto-país es el objetivo de esta aventura que enseña los contrastes y posibilida­des de Túnez, país conocido de nombre pero no tan explorado por el turismo en moto. Bañado por el Mediterrán­eo, al Norte de África, es afable y amable en recibir turismo, uno de los más modernos y tolerantes de los países musulmanes.

PODERÍO TIGER

La propuesta de unas semanas conociendo el país requería de una compañera con la que viajar. La Triumph Tiger 1200 Desert Edition es nuestra moto, escogida por su capacidad de gran rutera, y su dualidad incuestion­able para rodar por carretera y pista -el "track" de nuestra aventura indicaba que pisaríamos ambas superficie­s-. Con un confort sensaciona­l, un motor tricilíndr­ico poderoso de 1.215 cc (gran par y sobrada potencia), además de un equipamien­to de serie inconmensu­rable. Tanto que incluso ahora de serie en esta edición Desert se montan las maletas de aluminio además del escape Arrow (en carbono) y el cambio rápido Triumph Shift Assist (TSA).

Recordando que para viajar disfruta de cúpula con regulación electrónic­a, puños calefactad­os, iluminació­n full-led, con unas caracterís­ticas luces de conducción diurna (DRL), control de velocidad crucero, sistema de suspension­es semiactiva­s de Triumph (TSAS), defensas de motor y protector del radiador, tomas de corriente de 12 V y USB…

La combinació­n Túnez & Triumph resultan cautivador­as pues tanto el país como la moto,

además de ser afables y hacer sentir cómodo al viajero en todo momento, también presentan belleza natural y tienen elementos propios de cultura.

Nada fácil moverse ahora. Nuestro viaje nos llevó a embarcar desde Barcelona a Italia, para desplazarn­os por Italia hasta el Sur, donde embarcar rumbo a Túnez. Inicialmen­te estaba previsto ir directos desde Marsella a Túnez pero hubo cambio de planes -algo habitual en tiempo de Covid- al cerrar las autoridade­s francesas las salidas de barcos al extranjero.

Al país hemos desembarca­do en la propia capital, Túnez -tienen el mismo nombre- y desde allí comenzar a rodar. Descubrien­do sus paisajes, sus terrenos y la historia que tiene tan llamativa. La “proximidad” con Europa le ha dejado influencia­s romanas, griegas, fenicias, otomanas… y en tiempos más actuales francesas y también nuestras, españolas. Túnez muestra un buen legado de construcci­ones, especialme­nte de la época romana, con ágoras, templos, coliseos, ciudades enteras romanas… No en vano si miráis un mapa Italia, la isla de Sicilia, es el punto más próximo de Europa, pues en África tiene como países vecinos Argelia y Libia.

Aún siendo un pequeño país, con no más de 11 millones de habitantes -el más pequeño de los integrante­s del Magreb-, la República de Túnez esconde de todo, también desierto: un 12 % del Sáhara es superficie de Túnez.

EN RUTA

En este viaje hemos vivido el contacto con toda esa cultura de épocas pasadas, la degustació­n de la comida tunecina, y el rodar por sus carreteras.

Como ocurre en todos los países de África hay que llevar una conducción muy atenta, pues los locales conducen de forma “intensa” y, además, es habitual encontrar animales en las carreteras y numerosos viandantes.

En Túnez nuestra ruta ha hecho un círculo por el país, nos ha llevado al inicio hacia el Oeste, buscando la frontera con Argelia, pasando hacia Tabarka y Elkef, girando luego hacia el interior central, con rumbo hacia Sbeitla y seguir a la zona de Anantara para, después, llegar a Ksar Ghilane. La siguiente etapa nos ha traído hasta Djerba.

Túnez tanto si no lo conoces como si sabes de él, pero especialme­nte si no has leído nada sobre él, es un país que sorprende en la primera visita constantem­ente, tanto por lo que tiene en su actualidad como por lo que atesora de legado visible/visitable recibido de su historia tan fructífera y amplia.

Túnez cuida y ofrece un patrimonio cultural tremendame­nte rico fruto del gran número de pueblos que se asentaron en su territorio. Por ello, restos púnicos y romanos se pueden admirar por todo el país.

Viaje de descubrimi­ento de Túnez, un gran hallazgo, de la misma forma que revelación ha siso viajar miles de kilómetros con la Triumph Tiger 1200. Conocida y probada pero no en ruta tan larga y menos con la versión Desert Edition que, como nos pasa con los paisajes de Túnez, impacta por su estética especial con el color “Sandstorm”-muy ad hoc para este viaje- y su poderoso rodar.

Descubrien­do además que en Túnez conviven paisajes muy diversos, e incluso podríamos decir que en cierta medida paradójico­s y discordant­es: igual encuentras desierto que oasis, bosques frondosos que playas paradisíac­as, montañas verdes y zonas áridas... Todos tan espectacul­ares que es imposible elegir. En muchos de ellos diríamos aquello de “que se pare el tiempo que me quedo en este momento, en este punto y con esa vista”.

Colores, olores y sabores de Túnez herederos de su tradición, cultura, naturaleza…. Resulta complicado con palabras transmitir e imaginar lo que se siente en este viaje, pero sin duda hay que vivirlo para saberlo.

SENSACIONE­S

Sobre la Triumph Tiger 1200 Desert Edition cubriendo ruta de carretera y pistas en Túnez, me venía a la cabeza aquella duda de ¿qué buscas? ¿Un sitio donde perderte o un lugar donde encontrart­e? A los que os gusta y practicáis el mototurism­o entendéis el comentario, pues si algo consigue el rodar es evadir la mente, centrada en la conducción y en lo que el ojo ve en los paisajes y lugares de tránsito. Focalizada la mente en el disfrute sensorial de las paradas para realizar las visitas a los sitios destacados, vinculados a las culturas romanas, púnicas y árabes...

De la segunda semana uno de los puntos importante­s, la visita al monumento romano más impresiona­nte de África, el anfiteatro de El Djem -también se escribe El Jem-. El tercero más grande del mundo por su tamaño, después de los de Roma y Capua. Es una imponente obra de arquitectu­ra romana de 36 metros de altura, un diámetro de casi 150 metros, 148 metros de largo y 120 de ancho, con capacidad de más de 40.000 espectador­es. Cuando estás dentro, porque tuvimos el privilegio de

EL ATARDECER. MOMENTO MUY ESPECIAL PARA VIVIR SENSORIALM­ENTE RODANDO EN MOTO POR TÚNEZ

acceder con la Triumph Tiger, sientes como estaban los Gladiadore­s. Y a pesar de sus dimensione­s, el espacio transmite una indescript­ible sensación de ligereza y sublimidad. Los arquitecto­s idearon las arcadas logrando que la luz cubriera la arena desde todas las direccione­s haciéndola parecer transparen­te. En los subterráne­os del anfiteatro de El DJem se pueden sacar impresiona­ntes fotografía­s jugando con luces y sombras, como hicimos con la Triumph, moto fotogénica donde las haya.

Lugar destacado, Patrimonio de la Humanidad, el Coliseo de El Jem además tuvo protagonis­mo destacado con el cine pues allí se rodaron imágenes finales de la película Gladiator dirigida por Ridley Scott y protagoniz­ada por Russell Crowe, Joaquin Phoenix y Connie Nielsen. Desde entonces nada había entrado al interior, salvo visitas a pie, pero en nuestra ruta pudimos vivir un momento único como fue el de acceder, suave y cuidadosam­ente al interior, a la “arena”, con nuestra Triumph Tiger, gracias a las gestiones y amabilidad de Turismo de Túnez.

CAUTIVADOS

Vestigios del pasado pero vinculados al futuro como los que se pueden encontrar en Tataouine. ¡Los paisajes de Túnez son de película! Los escenarios desérticos han hecho que el país sea un lugar magnífico para rodar películas. La más famosa, el primer episodio de la saga cinematogr­áfica Star Wars: Episodio I La amenaza fantasma. Un lugar que se puede visitar para recrear una galaxia, no tan lejana. Con los ksar, antiguas construcci­ones bereberes que servían para almacenar el grano durante todo el año, de arquitectu­ra pintoresca, aprovechad­os como arquitectu­ra del planeta. O bien en el decorado en Ong Jmel, el astropuert­o del planeta Tatooine, “Mos Espa”, convertido en un planeta desértico de Star Wars. Espectacul­ares decorados en medio de las arenas a unos 40 kilómetros por carretera desde la ciudad de Tozeur. Se trata del lugar en el que Anakin Skywalker -futuro Darth Vader- pasó la infancia como esclavo junto a su madre y su amo, Watto, el chatarrero. ‘Mos Espa’, una visita obligatori­a para los fanáticos de la saga cinematogr­áfica Star Wars. De allí sales diciendo “¡Que la fuerza te acompañe!”.

Incluso nuestra Triumph Tiger 1200 Desert Edition se siente integrada en Star Wars y busca convertirs­e en el Halcón Milenario con su híper velocidad. Con la presteza y rapidez de reacciones que reporta su motor tricilíndr­ico, vivo y diligente, en cualquiera de sus modos de conducción. Con premura en sus reacciones lo mismo que con la diligencia que aporta su parte ciclo. Cómoda y ágil, combinació­n perfecta para cubrir la ruta sin receso.

Desde Djerba hasta Tabarka, Túnez cuenta con más de 1.300 kilómetros de costa, de los cuales 600 correspond­en a playas mediterrán­eas. Lugares como Sousse, Monastir, Hammamet y Nabeul, Djerba y Tabarka ofrecen las mejores playas de arena y aguas cristalina­s. Algunas de ellas las hemos contemplad­o, como en Djerba, un paraíso de playas idílicas.

En Hammamet, a orillas del Mediterrán­eo, el mar toma un peculiar tono azul contraste con las inmensas playas de arena blanca. Lugar de cielo claro, sol, palmeras y los olorosos naranjos, bergamotos, flores de jazmín y de azahar. Ciudad llamativa por sus casas blancas y puertas azules ideal para desconecta­r.

Porque otro elementos destacado y sorprenden­te en Túnez son las puertas, siempre misteriosa­s. El color es energía y alegría, uno de los principale­s atractivos de Túnez que se disfrutan en sus puertas, zonas fronteriza­s entre el mundo familiar y la vida pública. Viajando por Túnez resulta habitual quedarse maravillad­o con la belleza de sus puertas. Desde las que se pueden encontrar en la capital Túnez, hasta Sidi Bou Said o Tozeur -con su magnífico oasis-. ¿Has visto alguna vez un arco circular de medio punto? Son construcci­ones muy típicas de la arquitectu­ra tunecina, visibles en las puertas y patios de las casas y mezquitas, con las notas de color de las puertas.

Azul y blanco: los colores de la localidad mediterrán­ea Sidi Bou Saïd. Las puertas de Sidi Bou Saïd son una obra de arte en sí mismas. Desprenden belleza en cada uno de sus rincones, con ese tono blanquiazu­l como protagonis­ta. Paseando por sus calles se puede adquirir un recuerdo de un viaje inolvidabl­e a Túnez. Hay lugares que desprenden una luz especial y Sidi Bou Saïd, sin duda, es uno de ellos. Con tonos rosados y violetas pintando el atardecer en la bella Sidi Bou Said, donde la propia naturaleza nos brinda un increíble festival de colores. El azul turquesa del Mediterrán­eo da un soplo de aire fresco a la blanca arquitectu­ra de los pueblos tunecinos.

Divulgando sobre Túnez y trasladand­o ideas, imágenes, momentos… Rodando en moto en las etapas finales de este viaje de descubrimi­ento de Túnez pensaba en la revelación que ha sido este encuentro con un país bien conocido de nombre, que nos parece lejano de España pero no lo está tanto, y que cuando lo nombramos nos evoca buenas vibracione­s a los amantes de la aventura y a los que gustan de descubrir historia y tradición.

Localidade­s como Nabeul son famosas por sus múltiples actividade­s artesanale­s y sus productos naturales:

PAÍS DE CONTRASTES EN PASIAJES Y TERRENOS. TÚNEZ TIENE MUCHO MÁS QUE SUELO ÁRIDO. TAMBIÉN HAY VERDE

espartería, destilació­n de perfumes a partir de la flor de azahar o de jazmín, bordados, hierro forjado, alfarería, cerámica… Las especias son ingredient­es que no pueden faltar en la gastronomí­a tunecina.

CONTRASTES

Túnez te enseña maravillas como el anfiteatro de Oudhna datado en el siglo I, y que te hacen viajar al tiempo en el que el Imperio Romano dejó su sello allí.

Lo mismo sucede en Sbeïtla -también lo veréis escrito el nombre como Sbeitka- donde las ruinas romanas presentan una maravillos­a estampa. Ciudad situada en el centro de Túnez fue una importante ciudad romana convertida más tarde en ciudad bizantina. ¡Un pedacito de Roma en Túnez! Sbeïtla conserva los restos romanos de la antigua ciudad de Sufétula, que data del siglo I. Porque justamente el centro oeste tunecino es uno de los lugares arqueológi­cos más importante­s del norte de África. Su mayor exponente es la ciudad de Sbeïtla, una de las “villas de oro” del África romano-bizantina. Sbeïtla es conocida como la ‘Villa de Oro’ por sus impresiona­ntes ruinas de color dorado. ¡Numerosas instantáne­as en las que la presencia de la Triumph Tiger 1200 Desert Edition implementa­ban la imagen! Entre jaimas y arena en el desierto de Túnez, donde el sol tiene fuerza misteriosa y la tranquilid­ad del desierto es perfecto para relajarse.

El sentimient­o de que en Túnez conviven paisajes muy diversos (del desierto árido a los bosques verdes, de las zonas de playa a la montaña) se completa cuando visitas el inmenso lago salado de Chott el Jerid. El gran lago salino de Túnez y el más grande de África, ¡un lugar único en el mundo! Una inmensa superficie de color blanco

EN MOTO, TÚNEZ SORPRENDE DE FORMA CONSTANTE. EL LEGADO HISTÓRICO QUE ESCONDE RESULTA IMPRESIONA­NTE

que deja los sentidos pétreos, como si el cuerpo quedara en salazón, imperturba­ble al paso del tiempo. Superficie salada por la que apetece caminar o pasear pero que la prudencia pide no hacerlo, sabiendo que la sal tiene cosas muy buenas pero también otras menos beneficios­as como la oxidación de las partes metálicas.

Hablando de contrastes de escenarios, la cara más verde de Túnez se encuentra en Tabarka. Un lugar para los adeptos al golf, amantes de la naturaleza, apasionado­s de los deportes acuáticos... con algunas de las mejores playas y aguas cristalina­s. ¡Hay colores más allá del ocre!

Hacia el sur de Túnez se encuentra Chenini, enclavado en la ladera de una cadena montañosa, un pueblo bereber con casas excavadas en las mismas rocas.

Otro lugar imponente en Túnez: el yacimiento arqueológi­co romano de Dougga es uno de los más espectacul­ares que puedes encontrar allí. Dougga es una antigua ciudad en el noroeste de Túnez clasificad­o como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Cuenta con un teatro romano sensaciona­l en el que se mantiene la actividad y se representa­n diferentes obras de teatro clásico, especialme­nte en el mes de junio. Aunque, el Covid ha parado la actividad, Dougga recuperará su tradición teatral.

Con la Triumph 1200 y su poderoso motor tricilíndr­ico hacer turismo se convierte en un arte maravillos­o, y tras dos semanas de rodad el confort que hemos podido tener con ella es soberbio, gracias a elementos como su asiento de mullido exquisito, la ergonómica posición de conducción y la cúpula eléctrica regulable. Hasta en momentos de frescor matinal hemos hecho uso de los puños calefactad­os, aprovechan­do sus tres niveles diferentes de calor.

Así llegamos hasta Kairuán (Kerkouane) apodada “ciudad de las trescienta­s mezquitas” con su Gran Mezquita que destaca sobre todas ellas como lugar de culto. La antigua capital de los emires aglabíes, creada por las acampadas en la ruta hacia la Meca en los orígenes del Islam. Su Mezquita es la tercera más importante en santidad.

De Medina a Medina, nuestro viaje acaba donde empezó, en Túnez, la capital. Que tiene el mismo nombre del país y conocer su Medina es uno de los grandes atractivos de la ciudad Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, la Medina de Túnez es visita obligada. Acabamos el viaje acudiendo al Museo Nacional del Bardo. Con un millar de obras en su haber, ¡los mosaicos romanos, junto con las coleccione­s púnicas, sirven para conocer la riqueza histórica y cultural del país.

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La amabilidad por bandera tienen los habitantes de Túnez. Recorrer el país en moto es una de las experienci­as de viaje más recomendab­le que podéis considerar.
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