Conclusión
Para algunos una Ducati tiene estar ceñida a ciertos axiomas, y está claro que las nuevas generaciones de la marca han logrado desprenderse de esos corsés. La Multistrada V4 es una moto ejemplar en su concepto, sin duda una moto algo diferente a lo que podríamos considerar sus rivales más directas, que no son otras que las grandes trail. Frente a ellas es una moto más deportiva, con un motor muy potente que la permite trabajar mejor a altas velocidades. El espíritu de la Multistrada ha sido desde su nacimiento ser una moto capaz de combinar cualquier tipo de ruta, y cada vez lo ha interpretado mejor, ahora quizás con unas aspiraciones de vuelos todavía más altos y lejanos. El cambio de su sistema de distribución para prolongar el mantenimiento es una llamada a buscar lugares más lejanos e inaccesibles, la mayor implementación electrónica y el confort a desahogar la conducción para prolongar las etapas. Sin embargo, sigue siendo una Ducati, y eso solo se puede interpretar como una llamada a la diversión, a la conducción deportiva, porque es algo innato, grabado en sus genes. Hablamos de una moto que lo quiere todo, ser eficaz y emotiva en las curvas, ir confortablemente a toda velocidad y completamente cargada por la autopista, transitar como una trail asfaltos rotos y bacheados siguiendo las rutas más sinuosas, y además salir de la carretera para aventurarse por el campo más allá de lo que parecería imaginable. ¿Es todo esto posible? La Ducati Multistrada lo anuncia desde su nacimiento, y cada vez está más cerca de lograrlo; esta V4S es un paso más en esa carrera interminable por alcanzar lo que parece imposible.