KAWASAKI VERSYS 650
Parece que fue ayer… pero lejos, muy lejos quedan estas mismas palabras con las que comenzaba el Objetivo 100.000 km de la Domi. Los tiempos cambiaron, las carreteras también... y nació mi Versysnator. Realmente los tiempos han cambiado. El mundo, la sociedad y las motos, también. En esa época, las trail estaban algo olvidadas, pero al ver la Versys sentí algo parecido a la primera vez que vi la Domi.
Vaya... Me gusta mucho –sí, ya sé que ojo de ciclope no es lo más acertado, pero hoy todo se opera–, y desde la Domi no había vuelto a sentir esa sensación porque yo vi una base para continuar, y es que ahora la Domi quiere paseos por pistas, solo conmigo, con mochila y verdadero espíritu Dakar de los ‘80. Ha visto de todo y ha elegido. Entonces, con nuevas carreteras, caminos asfaltados, pistas desaparecidas y prácticamente ningún pueblo al que no se pueda llegar en una furgoneta. La Versys era la base perfecta para el trail aventura del siglo XXI, y digo base porque antes de tener su manillar en mis manos sabía que habría que sacar sus genes Nator de la Domi.
No iba engañado. Las llantas de aleacción, neumáticos de 17”, era lo más acorde con el “voy-donde-sea” de estos tiempos. Ya no quedan pistas sin prohibiciones, multitud de caminos rurales se asfaltaron, y mi propio físico ya no es el mismo. Desde luego, no la quería para hacer enduro, un rally o partirla en un pedregal, pero sí tenía un montón de ideas para mejorarla y que fuera lo más parecido a la Domi. Saber que a sus mandos llegaría donde me lo propusiera. En total han sido unos veinte toques personales. Suena fuerte, pero el coste no llega ni de lejos a los mil euros, y para mí tengo la moto total.
La Versysnator que ideé con lo que conocía de la Domi. Detalles que saltan a la vista y que la mayoría de sus usuarios habrán cambiado también. Otras no.
Empecemos por la cúpula, más grande y con el diseño que yo quería. Rejilla de radiador, cerramiento de cárter con rejilla delantera para refrigerar el bloque motor, elevé el manillar, puse paramanos con ampliaciones, retrovisor izquierdo del siguiente modelo, más ancho y con más visivilidad, extensiones de los guardabarros
(en las fotos de las pruebas veía la fea línea de salpicadura sobre el radiador). El cíclope se trasformó en una doble óptica que a mí me encanta, barra central en el manillar con esponjín, el colín trasero que me parce que cambia su estética de una forma notable y puedo llevar baúl, estriberas anchas de campo, y lo único, junto a los paramanos ,que ha sido comprado de primera mano: las defensas laterales y el muelle progresivo del amortiguador. Esto costó todo 450 euros. El resto, ferretería, punto limpio, segunda mano, Rotaflex y horas de McGuiver. ¿Os parece poco rematare con la rueda delantera de 19?
El resultado... Encantado. La Versys tiene motor para viajar donde quieras. El que quiera cruceros de 160 por autovías que coja el AVE. Con estas modificaciones la comodidad es total y la ganancia en conducción por pistas y caminos con la rueda de 19 se nota y mucho. Las estriberas anchas para hacer km x campo de pie también. El muelle progresivo ha hecho milagros con el tosco (para mi peso y acompañante) amortiguador, sencillamente antes parecía que no tenía. Ah, efectivamente, se me olvidan las maletas laterales, pero eso es opcional para cualquier otra marca o modelo.
Sé que será solo mi impresión, pero es la que importa.. Si la aparco al lado de una docena de maxitrail de última hornada, no veo diferencia. Aunque me den a elegir cualquiera de ellas... me subiré en mi Versysnator. No necesito control de tracción, electrónica de la NASA, 140 CV, display con 100 datos que no me da tiempo a leer, ni nada premium. Sé que me subo en ella y llego donde quiera. Y hay que mencionar sus partes débiles. Las tiene. El amortiguaor trasero me parece del jurásico por lo inesixtente de su efectividad (corregido con muelle solamente), cúpula pequeña y falta de transportín... y se acabó. Para mí no hay más.
En estos más de 100.000 km ha habido averías que parecen ser comunes en este modelo. El bobinado del estator del encendido acaba quemándose. También el trip dejó de cambiar en mode. ¿Qué queréis que os diga? No necesito más. Han sido 100.000 km de auténtico disfrute. Hemos pasado ventiscas, nieblas del demonio, lluvias torrenciales, nevadas sin fin, fríos bajo cero. Miles de km nocturnos. Hemos paseado por desierto, bosque, arena, tierra. Con sentido común y sabiendo tus limitaciones sabrás hasta dónde llegan las suyas, y si se las encuentras es porque te equivocaste de moto. Solo puedo agradecerla haber continuado con la labor de la Domi, encargándose ahora ella de la carga de equipaje, acompañante y las tiradas kilométricas. Pero en momentos inolvidables, experiencias irrepetibles, en sentir esa sensación única que solo se puede sentir viviendo el viaje.