Conclusión
Si hay algo que define la diferencia entre las motos del pasado y de la actualidad, incluso entre generaciones bastante cercanas en el tiempo, es la implantación electrónica que van sufriendo de manera continuada. De la gestión del motor pasamos a las ayudas electrónicas para aumentar la seguridad en la frenada y en las aceleraciones. Ahora este método de funcionamiento se ha extendido a la regulación automática de las suspensiones y a los sistemas de asistencia auxiliar. Disponer de un chasis que se ajusta no solo a las necesidades estáticas de la moto, sino a las dinámicas de manera automática e instantánea nos puede hacer la vida mucho más fácil, especialmente si usamos la moto en una variedad de terrenos y con formas de conducción distinta. Estas cuatro motos apuestan por esta vía, pero no hay que olvidar que se trata de modelos de índole claramente deportiva, y que en la mayoría de los casos el ajuste se restringe al funcionamiento hidráulico, en unos con unas posibilidades estrechas de elección y en otros muy amplia. Lo importante al final es encontrar el ajuste adecuado para cada situación, y aunque en algunos casos pueda resultar acabando más adecuado hacerlo manualmente, eso sirve únicamente si tienes los conocimientos y la sensibilidad necesaria para encontrarlos, además de obligarte a actuar de forma constante. La electrónica trabaja para la generalidad de usuarios, pero para la inmensa mayoría no solo es la mejor, sino la única forma de conducir una moto que se adapta siempre al terreno en el que nos movemos, independientemente del carácter particular de cada una.