ROYAL ENFIELD SHOTGUN 650
ROYAL ENFIELD HA INICIADO UNA POLÍTICA EXPANSIVA QUE LA HA LLEVADO A MULTIPLICAR NO SÓLO SUS MODELOS, SINO TAMBIÉN ABRIR NUEVOS SEGMENTOS DENTRO DE SU GAMA, Y ESTA NUEVA SHOTGUN 650, QUE APROVECHA UNA BASE MECÁNICA CONOCIDA LO HACE PARA INAUGURAR LO QUE PODRÍAMOS DENOMINAR COMO SERIE DE CLÁSICAS DE DISEÑO.
Royal Enfield fue durante muchos años una marca concentrada totalmente en su mercado interior. No es de extrañar, porque las diferentes versiones de sus Bullet 350 y 500 se vendían en India por cientos de miles. En un país que casi es un continente, y que acoge a más de mil millones de habitantes, que se dice pronto, el resto del mundo son migajas. Sin embargo, la situación ha cambiado, y la expansión de esta firma se ha acelerado con la creación de un departamento de diseño en Gran Bretaña, al fin y al cabo, el lugar de origen de la marca, y tras ello con la multiplicación y renovación total de sus motos. Las nuevas normas de emisiones europeas, que son también válidas en India hicieron inviable mantener sus clásicos motores, y se ha creado toda una nueva generación, primero basada en los monocilíndricos refrigerados por aire de 350 cc y 414 cc y de los bicilíndricos de 650 cc, y a partir de este año también con los nuevos propulsores refrigerados por agua de un cilindro que estrena la Himalayan 450.
CENTRO DE ATENCIÓN
Otro detalle que Royal Enfield ha cuidado en los últimos tiempos es la preparación de sus motos a cargo de diferentes especialistas y de su propio Centro de Diseño. Sus modelos bicilíndricos se han mostrado perfectos para ello, y tenemos decenas de espectaculares motos de todo tipo que se han expuesto en diferentes salones y eventos. El espíritu de las “Factory Custom” de la marca y los diseños de sus clientes ahora se han visto materializado en esta Shotgun 650, que deriva de uno de estos prototipos, la SG650 que se presentó en el Salón de Milán de 2021. Royal Enfield ha logrado plasmar en una moto de serie el concepto de una moto customizada de manera particular, y además aprovechar gran parte de la estructura de una moto de la que ya disponía como es la Super Meteor 650, para lograr las metas que se había impuesto, no sólo en lo que respecta a la estética, sino también a la posición de conducción o el funcionamiento dinámico.
La base de partida es por lo tanto la cruiser de Royal Enfield, de la que se ha aprovechado el motor y el chasis con las modificaciones pertinentes. El propulsor es por tanto el bicilíndrico en línea refrigerado por aire que se estrenó en la Interceptor allá por 2018. Se trata de un motor con tecnología del siglo XXI, incluyendo el ya más que habitual calado del cigüeñal a 270 º y un sistema de equilibrado con un eje contrarrotante para reducir al mínimo las vibraciones. En cualquier caso, el motor sigue presentando un aspecto clásico, no sólo en su imagen exterior con las tapas redondeadas y la admisión tras las culatas, sino también en aspectos como la refrigeración por aire que simplifica el funcionamiento o unas cotas internas de los cilindros convenientemente aleteados que plantean una carrera bastante larga para lograr respuesta en medios. Con una cilindrada de 648 cc, los 35 kW declarados y confirmados en nuestro banco de potencia son relativamente fáciles de obtener y de paso se consigue una curva de par sin prácticamente variaciones desde 2.500 rpm hasta el corte de encendido más allá de las 7.500 rpm. En esta moto se ha cuidado la estética pintándolo de negro junto a sus escapes de estilo “pea shooter” ligeramente elevados
Lo cierto es que el funcionamiento del motor es ejemplar para el fin que se busca con este modelo. No hay vibraciones, tiene un suave funcionamiento de la transmisión, con un embrague progresivo y blando y una caja de cambios que no es especialmente rápida, pero que trabaja con precisión, y una respuesta totalmente lineal. Desde prácticamente superar el régimen de ralentí ya funciona redondo, sin
dudas y tiene una generación de potencia constante hasta llegar al corte, la potencia nunca decae. No tienes un tacómetro para ver el régimen, ni un aumento significativo de las vibraciones, ni siquiera un aviso que la respiración del motor llega a su fi n, pero tampoco tienes que llevarlo arriba del todo precisamente por su energía en medios. No ganas mucho estirándolo a tope.
UNO PARA DOS
Aprovechar el chasis de una cruiser como la Super Meteor 650 podrían plantear dudas en lo que se refiere a la agilidad de una moto que se plantea más como una Café Racer, pero con pocos cambios el resultado es el adecuado, sobre todo teniendo en cuenta que nadie va a plantear la Shotgun 650 como una deportiva al uso. El bastidor es básicamente igual, lo que permite aprovechar la baja parte trasera, pero con una geometría de dirección más cerrada y una zaga algo más alta. Se ha cuidado especialmente la posición de conducción para que sea relajada, pero al tiempo con el suficiente dinamismo. También se ha logrado compaginar una estética que está dominada por ese asiento en voladizo con
un buen confort de marcha. La suspensión trasera tiene un recorrido algo reducido, 90 mm, lo que en baches pronunciados acaba pasando factura, pero en general tiene un tarado adecuado tanto para ser cómodo como para que la moto no se mueva.
Con una llanta delantera de 18”, pero un neumático estrecho de 110 mm, la Shotgun 65º se mueve bien sin necesidad de mucho esfuerzo, es una moto tranquila y pausada de reacciones, pero estable y precisa. Y sus neumáticos CEAT originales pasan el trámite tanto en seco como en mojado, hasta cambiarlos por otros más deportivos si quieres. En cualquier caso, como es de esperar la velocidad en las curvas queda limitada por la altura libre al suelo. Se trata de una moto verdaderamente accesible para cualquiera, con una altura del sillín de sólo 795 mm, al nivel de una custom, y lograr que las piernas no estén muy flexionadas obliga a situar los estribos bajos. Los frenos trabajan como el resto de la moto conforme a lo que se espera, sin brusquedad, pero con eficacia.
Un aspecto destacable es que esta Royal Enfield no miente en ningún aspecto. La potencia que hemos obtenido es la anunciada, el peso un poco menor, pero porque la unidad que hemos probado no tenía la parrilla trasera y el asiento del pasajero, y ha marcado cuatro kilos menos. Y lo mismo se puede aplicar al cuadro, que no miente nada de nada. La velocidad máxima roza los 160 km/h, que es donde se mantiene estable la aguja del reloj redondo que combina información analógica para la velocidad y digital en el centro. Junto al reloj principal se encuentra otro más pequeño en el que se muestra el navegador habitual de la marca que se conecta a través del teléfono En general podríamos decir que dinámicamente esta Shotgun
650 es una moto parecida a sus hermanas, pero con la diferencia de un estilo propio, y ahora adaptada a las nuevas normativas Euro 5+.
Como es habitual hay varias opciones cromáticas con precios algo diferentes, desde los 7.387 € de la gris más básica a los 200 € más de esta blanca, pasando por las versiones azul y verde intermedias. Royal Enfield puso a venta también 25 unidades de una versión especial denominada Motoverse que ya volaron.