MOTOCICLISMO

ROYAL ENFIELD SHOTGUN 650

- TEXTO: PEPE BURGALETA. FOTOS: JAIME OLIVARES.

ROYAL ENFIELD HA INICIADO UNA POLÍTICA EXPANSIVA QUE LA HA LLEVADO A MULTIPLICA­R NO SÓLO SUS MODELOS, SINO TAMBIÉN ABRIR NUEVOS SEGMENTOS DENTRO DE SU GAMA, Y ESTA NUEVA SHOTGUN 650, QUE APROVECHA UNA BASE MECÁNICA CONOCIDA LO HACE PARA INAUGURAR LO QUE PODRÍAMOS DENOMINAR COMO SERIE DE CLÁSICAS DE DISEÑO.

Royal Enfield fue durante muchos años una marca concentrad­a totalmente en su mercado interior. No es de extrañar, porque las diferentes versiones de sus Bullet 350 y 500 se vendían en India por cientos de miles. En un país que casi es un continente, y que acoge a más de mil millones de habitantes, que se dice pronto, el resto del mundo son migajas. Sin embargo, la situación ha cambiado, y la expansión de esta firma se ha acelerado con la creación de un departamen­to de diseño en Gran Bretaña, al fin y al cabo, el lugar de origen de la marca, y tras ello con la multiplica­ción y renovación total de sus motos. Las nuevas normas de emisiones europeas, que son también válidas en India hicieron inviable mantener sus clásicos motores, y se ha creado toda una nueva generación, primero basada en los monocilínd­ricos refrigerad­os por aire de 350 cc y 414 cc y de los bicilíndri­cos de 650 cc, y a partir de este año también con los nuevos propulsore­s refrigerad­os por agua de un cilindro que estrena la Himalayan 450.

CENTRO DE ATENCIÓN

Otro detalle que Royal Enfield ha cuidado en los últimos tiempos es la preparació­n de sus motos a cargo de diferentes especialis­tas y de su propio Centro de Diseño. Sus modelos bicilíndri­cos se han mostrado perfectos para ello, y tenemos decenas de espectacul­ares motos de todo tipo que se han expuesto en diferentes salones y eventos. El espíritu de las “Factory Custom” de la marca y los diseños de sus clientes ahora se han visto materializ­ado en esta Shotgun 650, que deriva de uno de estos prototipos, la SG650 que se presentó en el Salón de Milán de 2021. Royal Enfield ha logrado plasmar en una moto de serie el concepto de una moto customizad­a de manera particular, y además aprovechar gran parte de la estructura de una moto de la que ya disponía como es la Super Meteor 650, para lograr las metas que se había impuesto, no sólo en lo que respecta a la estética, sino también a la posición de conducción o el funcionami­ento dinámico.

La base de partida es por lo tanto la cruiser de Royal Enfield, de la que se ha aprovechad­o el motor y el chasis con las modificaci­ones pertinente­s. El propulsor es por tanto el bicilíndri­co en línea refrigerad­o por aire que se estrenó en la Intercepto­r allá por 2018. Se trata de un motor con tecnología del siglo XXI, incluyendo el ya más que habitual calado del cigüeñal a 270 º y un sistema de equilibrad­o con un eje contrarrot­ante para reducir al mínimo las vibracione­s. En cualquier caso, el motor sigue presentand­o un aspecto clásico, no sólo en su imagen exterior con las tapas redondeada­s y la admisión tras las culatas, sino también en aspectos como la refrigerac­ión por aire que simplifica el funcionami­ento o unas cotas internas de los cilindros convenient­emente aleteados que plantean una carrera bastante larga para lograr respuesta en medios. Con una cilindrada de 648 cc, los 35 kW declarados y confirmado­s en nuestro banco de potencia son relativame­nte fáciles de obtener y de paso se consigue una curva de par sin prácticame­nte variacione­s desde 2.500 rpm hasta el corte de encendido más allá de las 7.500 rpm. En esta moto se ha cuidado la estética pintándolo de negro junto a sus escapes de estilo “pea shooter” ligerament­e elevados

Lo cierto es que el funcionami­ento del motor es ejemplar para el fin que se busca con este modelo. No hay vibracione­s, tiene un suave funcionami­ento de la transmisió­n, con un embrague progresivo y blando y una caja de cambios que no es especialme­nte rápida, pero que trabaja con precisión, y una respuesta totalmente lineal. Desde prácticame­nte superar el régimen de ralentí ya funciona redondo, sin

dudas y tiene una generación de potencia constante hasta llegar al corte, la potencia nunca decae. No tienes un tacómetro para ver el régimen, ni un aumento significat­ivo de las vibracione­s, ni siquiera un aviso que la respiració­n del motor llega a su fi n, pero tampoco tienes que llevarlo arriba del todo precisamen­te por su energía en medios. No ganas mucho estirándol­o a tope.

UNO PARA DOS

Aprovechar el chasis de una cruiser como la Super Meteor 650 podrían plantear dudas en lo que se refiere a la agilidad de una moto que se plantea más como una Café Racer, pero con pocos cambios el resultado es el adecuado, sobre todo teniendo en cuenta que nadie va a plantear la Shotgun 650 como una deportiva al uso. El bastidor es básicament­e igual, lo que permite aprovechar la baja parte trasera, pero con una geometría de dirección más cerrada y una zaga algo más alta. Se ha cuidado especialme­nte la posición de conducción para que sea relajada, pero al tiempo con el suficiente dinamismo. También se ha logrado compaginar una estética que está dominada por ese asiento en voladizo con

un buen confort de marcha. La suspensión trasera tiene un recorrido algo reducido, 90 mm, lo que en baches pronunciad­os acaba pasando factura, pero en general tiene un tarado adecuado tanto para ser cómodo como para que la moto no se mueva.

Con una llanta delantera de 18”, pero un neumático estrecho de 110 mm, la Shotgun 65º se mueve bien sin necesidad de mucho esfuerzo, es una moto tranquila y pausada de reacciones, pero estable y precisa. Y sus neumáticos CEAT originales pasan el trámite tanto en seco como en mojado, hasta cambiarlos por otros más deportivos si quieres. En cualquier caso, como es de esperar la velocidad en las curvas queda limitada por la altura libre al suelo. Se trata de una moto verdaderam­ente accesible para cualquiera, con una altura del sillín de sólo 795 mm, al nivel de una custom, y lograr que las piernas no estén muy flexionada­s obliga a situar los estribos bajos. Los frenos trabajan como el resto de la moto conforme a lo que se espera, sin brusquedad, pero con eficacia.

Un aspecto destacable es que esta Royal Enfield no miente en ningún aspecto. La potencia que hemos obtenido es la anunciada, el peso un poco menor, pero porque la unidad que hemos probado no tenía la parrilla trasera y el asiento del pasajero, y ha marcado cuatro kilos menos. Y lo mismo se puede aplicar al cuadro, que no miente nada de nada. La velocidad máxima roza los 160 km/h, que es donde se mantiene estable la aguja del reloj redondo que combina informació­n analógica para la velocidad y digital en el centro. Junto al reloj principal se encuentra otro más pequeño en el que se muestra el navegador habitual de la marca que se conecta a través del teléfono En general podríamos decir que dinámicame­nte esta Shotgun

650 es una moto parecida a sus hermanas, pero con la diferencia de un estilo propio, y ahora adaptada a las nuevas normativas Euro 5+.

Como es habitual hay varias opciones cromáticas con precios algo diferentes, desde los 7.387 € de la gris más básica a los 200 € más de esta blanca, pasando por las versiones azul y verde intermedia­s. Royal Enfield puso a venta también 25 unidades de una versión especial denominada Motoverse que ya volaron.

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 ?? ?? La Shotgun 650 es un concepto de difícil catalogaci­ón, pero reúne un conjunto de elementos atractivos, como la combinació­n de instrument­ación analógica y digital, la calidad de los acabados.
La Shotgun 650 es un concepto de difícil catalogaci­ón, pero reúne un conjunto de elementos atractivos, como la combinació­n de instrument­ación analógica y digital, la calidad de los acabados.
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