La punta del iceberg
José Antonio Lombardía fue el hombre de Movistar que decidió dar todo su apoyo a esta nueva propuesta de Dorna. “Hay un antecedente a esta situación –avanza Lombardía-, y fue el grave accidente de Carlos Checa en Donington Park, que nos hizo echar un ojo hacia atrás y pensar quién puede venir por detrás, y vimos que no había pilotos españoles que pudieran tomar el relevo. A raíz de esa célebre conversación de Carmelo y Alberto nos plantearon la posibilidad de montar ese campeonato, que coincidió con el momento en el que yo tengo que plantear futuras temporadas y seguir creciendo nuestra estructura, con lo que se juntó una necesidad de la marca de buscar nuevos pilotos para nuevos proyectos, con la oportunidad de montarlo de la mano de Alberto, que para mí era una garantía, y con el respaldo de Dorna y de Carmelo”. Viéndolo con la perspectiva del paso del tiempo, Lombardía contempla aquella experiencia como el inicio de un ciclo que se ha culminado en paralelo con la vida profesional de algunos de aquellos aspirantes: “Es bonito ver que, además de pilotos, tanto Olivé como Pedrosa y Jara, una vez que han terminado su carrera como pilotos se han involucrado en equipos, llevando su experiencia a diferentes equipos y con diferentes resultados”.
Para Lombardía fue una iniciativa necesaria, porque “el motociclismo se ha vuelto tan caro que si no tienes un apadrinamiento es muy difícil que gente sin recursos pueda acceder a él, y entonces se convierte en un mundo en el que mandan los patrocinadores o manda el que tiene dinero en el bolsillo, frente al talento de un piloto. Yo creo que lo bonito es eso, impulsar ese talento, ese deporte de base”.
Otro detalle que destaca Lombardía es la parte técnica del proyecto: “Lo hicimos de la mano de Monlau, y el proyecto se hizo mucho más sólido, como un iceberg, que tiene cosas que están bajo el agua que no se ven. La estructura que tienes que montar para dar soporte a 25 pilotos es muy grande, y con Monlau lo logramos".
"La Movistar hizo realidad los sueños, esa era la clave. Los quinientos chavales que hicieron las pruebas tuvieron un sueño, luego lo materializaron cuatro, pero de eso se trataba, y hubo cuatro que por sus propios méritos lograron el sueño de quinientos".