Retromóvil Madrid
Volver a empezar
Retromóvil es el nombre de la principal feria de clásicos que se celebró en Madrid entre 1996 y 2009. Recordemos que en su historia, el salón nació en el pabellón 6 de Ifema, cambió su ubicación al Palacio de Cristal de la Casa de Campo durante años y en su última edición, en 2009, regresó al recinto de origen. Ahora, en manos de Eventos del Motor, ha arrancado su segunda etapa en el pabellón 12 del Ifema, disfrutando de amplitud suficiente para organizar cómodamente los stands y diferenciar claramente los espacios comerciales, lo que producía una agradable sensación al pasear. Cierto es que algunos visitantes tenían la primera impresión de que el evento se quedaba corto, como revela la afirmación «hay lo que se ve, ¡de pared a pared!», que pudimos oír. Pero Lejos de ser una juiciosa conclusión, esa opinión sí refleja el hecho de que el regreso de Retromóvil Madrid ha sido prudente, alejado de objetivos irrealistas y tamaño desmedido, y además con el criterio y mesura necesarios para relanzar la cita y valorar expectativas futuras.
Los 15.000 m2 de exposición con unos 150 expositores daban lugar a disfrutar de una larga tarde de paseo sin aburrirse ni un segundo, por muy variadas que fuesen las inclinaciones de cada uno. Plantada frente a un Nash Metropolitan, una señora se extasiaba ante un coche tan cuco, mientras una joven le repetía a su chico, admirativo ante un Countach: «It's ugly» (horroroso). Gustos aparte, Retromóvil presentaba muchas cosas interesantes, prácticamente nada que descartar. Entre lo más relevante estaba el homenaje al recientemente carrocero fallecido Pedro Serra, una muestra ecléctica y divertida con nueve coches presentes. Contraste absoluto entre el diminuto Seat 600 Corver Spider, el mastodóntico Rolls-Royce Silver Wraith y el sorprendente Morgan Plus 4¼ Aparte, tres variaciones sobre la base del Seat 1400 Spider, de las cuatro existentes.
PEGASO, HISPANO-SUIZA, SEAT, PEDRO SERRA, POP CROSS, REPSOL... TINTE MUY ESPAÑOL
El stand más espectacular, sin duda, fue el del Club Nacional Seat 124 y 1430, homenajeando al 50 aniversario que cumplirá en 2018 su modelo estandarte. Estupendamente ambientado como un concesionario y servicio oficial de los 70, con herramientas y maquinaria de época, las cuatro unidades de primera generación parecían recién salidas de fábrica y contrastaban con las dos interesantes piezas vehículos de competición de la generación «FL» o «Pamplona»: el 124/2000 Grupo 2 oficial de circuitos, pilotado a finales de los 70 por Cañellas, Cantero y Barrio, y el 124 2100 16 válvulas Proto Grupo 5 ex Zanini que corrió en rallyes en 1977.
La verdad es que sin llegar a ser tan espectaculares, muchos otros expositores llevaron a la feria piezas de gran calidad, tanto histórica como en su presentación. El espacio del Seiscientos, a cargo de dos clubes madrileños, ofrecía todos los modelos comercializados en su historia. Por su parte, el Repsol Classic Team presentaba siete coches, entre ellos la última incorporación al equipo, un espectacular Bizarrini ya con los colores oficiales y un De Tomaso Pantera a medio hacer, en estado de cascarón vacío solo equipado de su mecánica.
El homenaje a Ferrari por su 70 aniversario no podía faltar y reunió ocho vehículos que daban testimonio que la
evolución de las líneas de estos deportivos no hace más que engrandecer los diseños de hace décadas. Destacamos la presencia de un raro F40 LM, desarrollado y puesto a punto por Michelotto (720 CV) y destinado a la competición. El club Porsche celebraba también los 70 años del 356 con tres variantes, una de ellas un Speedster. Mientras el stand dedicado a Volvo resultaba pletórico con ocho modelos de distintas generaciones expuestos. Por supuesto, cada club presente enseñaba algún coche entrañable que admirar: desde un R16 espléndido, un originalísimo Dodge Dart Station Wagon o un precioso Alpine-Renault A110 de serie conservado como coche de calle, hasta un poco conocido todo terreno Alfa Romeo AR51 Matta.
En cuanto a los vehículos a la venta entre los profesionales del sector, comprobamos que había variedad y calidad y que para el aficionado era todo un placer poder admirarlos. Me quedo con la reunión de un cuarteto singular y llamativo, un Isetta colocado entre un tractor Porsche Diesel 111 y sendos Lamborghini Countach LP 400 y Ferrari 512 BB que daban mucho por comentar según se iba aglutinando el público a su alrededor. En el espacio Cover Garage donde los particulares exponían su vehículos en venta también había piezas interesantes que ver y comentar, aunque solo citaría el coche que me hubiese llevado por 5.900 €, un encantador 2CV azul descapotable de 1979, en excelente estado aparente, uno de los más tentadores de todos los presentes.
Para quien tuviese preferencia por las motos, tampoco salió decepcionado después de ver máquinas muy interesantes tanto en exposición como a la venta. Harley Davidson, Indian, Motosacoche, Henderson para las más antiguas que admirar, mientras en busca de nuevos dueños vimos varias Benelli 900 «Sei», Kawasaki Z1300 6 cilindros, Indian Chief 1200 Black Hawk entre muchas y por supuesto no faltaron Bultaco, Montesa y Ossa restauradas con aspecto irreprochable.
La zona comercial ocupaba 7.000 m2 con una gran variedad de oferta, todo bien ordenado. A los libros, ropa, seguros, miniaturas y objetos de decoración se sumaban los tradicio-
DICEN QUE «CADA UNO CUENTA LA FERÍA SEGÚN LE VA» , PERO OBJETIVAMENTE AQUÍ HUBO DE TODO UN POCO
nales recambios usados y nuevos Ð para las dos y las cuatro ruedasÐ así como una cantidad y variedad de herramientas realmente interesante y con precios de lo más competitivos.
En definitiva, Retromóvil se ha quedado en un formato contenido en el que no parecía que sobrase nada. Tanto la calidad de los vehículos como su variedad componían un panorama completo, convincente. Los aficionados que acudían con su clásico tenían un parking gratuito a proximidad del pabellón mientras otro aparcamiento se reservaba como punto de reunión para las cinco concentraciones de clubes previstas, Seat 600 y 124, Porsche, Triumph TR y Renault 4/4. Por supuesto el salón también fue el lugar idóneo para presentar varios libros recién publicados.
El paseo por la feria descubriendo los coches presentes, la búsqueda de un objeto o recambio anhelados, bien daban para disfrutar una mañana o tarde largas. Aunque el viernes no fue un día de gran afluencia, el público sí respondió el sábado por la mañana y el domingo. La taquilla será un punto a valorar por parte del organizador, pero lo que de verdad sentencia el éxito o el fracaso de estos eventos es el resultado comercial de los profesionales del sector. Para valorarlo debidamente solo podemos esperar al año que viene, comprobar que se celebra una nueva edición y ver si hay crecimiento. Veremos¼ mc