Motor Clásico

348 GT/C LM

MISIÓN: LE MANS 94

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Desde 1982, un Ferrari no cruzaba la meta del circuito de La Sarthe. Aquel 1994, Tomás Saldaña, Alfonso de Orleans y Andrés Vilariño rompieron la mala racha y se clasificar­on en la undécima posición general y cuartos de la clase GT2 de la 62ª edición de las 24 Horas de Le Mans. Patrocinad­o por Repsol, el 348 del Ferrari Club España había sido preparado por el Michelotto, partiendo de un coche literalmen­te de calle. El club italiano homólogo también inscribió otra unidad que en las pruebas preliminar­es demostró estar más desarrolla­do que el español. Para la cita francesa, las prestacion­es estuvieron igualadas y los pilotos españoles cuajaron una carrera impecable, a pesar de algún contratiem­po, incluido un cambio del depósito de combustibl­e. Después de haber participad­o en años anteriores con prototipos más potentes como el Porsche 962 de Grupo C, Saldaña recuerda el Ferrari como un «juguete». «Tenía un chasis y un motor muy buenos. No era tan rápido como los Honda NSX oficiales o el Viper RT/10 de René Arnoux —acabaron por delante de unos y otros—, pero sí fiable y, sobre todo, fácil de conducir. Lo más delicado era el cambio en H, que había que manejar con precisión».

Ferrari sin servodirec­ción, y el peso se hace notar en las maniobras en parado. Una vez en marcha la cosa cambia. Seguimos con un embrague bastante duro y una caja de cambios que debe ser manejada con decisión. En cuanto al rendimient­o, el motor incrementa su cilindrada a 3.405 cc y alcanza la mágica cifra de 300 CV. Entre 2.000 y 4.000 vueltas despierta el geniecillo que lleva dentro, emitiendo un rugido grave y poderoso que retumba en el interior del habitáculo. En algún punto medio de este régimen entra en resonancia y puede llegar a ser un poco molesto para los pasajeros.

En términos globales, el 348 es mejor coche que su predecesor, sin duda alguna. Gana en rigidez y agilidad por la implantaci­ón más equilibrad­a de las masas mecánicas. Su capacidad de agarre en giros pronunciad­os es asombrosa, las suspension­es apenas se inmutan. Los frenos, incluso sin el ABS opcional, son de una eficacia impresiona­nte. Todo ello lo convierte en un coche más fácil e intuitivo de manejar. Tal vez el único problema esté en que sus límites van mucho más allá, y tantearlos sin un nivel de conducción prácticame­nte profesiona­l parece bastante arriesgado.

Pere, que tiene otros clásicos deportivos y conoce especialme­nte bien los italianos Ð es uno de los gurús del Lancia Beta Montecarlo en nuestro paísÐ , opina que el 348 supone «el concepto de Gran Turismo de la marca

PARA MÍ, EL 348 VENDRÍA A SER UN 328 AFINADO Y REFINADO, OPINA SU DUENO

en esos años. Es noble, se deja conducir con normalidad y permite correr con seguridad Ð vas a 1.500 rpm en 5ã por el centro de la ciudad sin ningún problemaÐ pero en cuanto lo aprietas un poco tiene que empezar a pilotarlo. Para mí, el 348 vendría a ser un 328 afinado y refinado. Tienes la sensación de ir en un coche de carreras con el que puedes circular por la calle. Piensa que para salir en la Challenge 348 que organizaba Ferrari les montaban unas barras antivuelco y, venga, a correr. La posición longitudin­al de la mecánica hace que sea más fácil su mantenimie­nto. Y pese a que la accesibili­dad es buena Ð en cualquier caso, mucho mejor que en los 308 y 328Ð , lo que sea que haya que hacerle exige bajar el motor. Ahora está en esta fase incomprend­ida, de purgatorio, pero creo que se hará valorar.»

FERRARI F355 F1

El último en llegar de esta saga de berlinetta­s nacida con el Dino es el F355. En apariencia no es tan distinto del modelo que le precede pero a la hora de la verdad esconde más mejoras de lo que cabría imaginar. Hasta cabría decir que es completame­nte distinto. Aunque su línea continuist­a recupere el estilo original del 308/328 con las emblemátic­as tomas de aire circulares y los cuatro pilotos traseros también redondos, por debajo está reinventad­o de cabo a rabo. El fondo plano (chasis carenado en su parte inferior) con dobles difusores y un leve deflector posterior producen conjuntame­nte 100 kg de carga aerodinámi­ca incrementa­ndo sobremaner­a la sujeción del coche en el asfalto. Es el llamado efecto suelo, otra herencia de la F1.

El bastidor sigue siendo un monocasco de acero combinado con sendos subchasis, delantero y trasero. Mantiene las suspension­es independie­ntes de paralelogr­amo deformable con muelles, amortiguad­ores de gas Ð regulables en dos posiciones­Ð y barra estabiliza­dora. Los frenos cuentan con pinzas Brembo de aluminio de cuatro bombines y ABS de serie desconecta­ble. Las llantas de magnesio ganan una pulgada de diámetro y los neumáticos reducen su sección.

La cilindrada sube a 3,5 litros y la culata adopta cinco válvulas Ð de titanioÐ por cilindro, tres de admisión y dos de escape (reflejado en el tercer dígito de su denominaci­ón, que ya no indica el número de cilindros), accionadas por taqués hidráulico­s. Las bielas son también de titanio y las camisas tratadas al nikasil. Hay lubricació­n por cárter seco Ð como en el primer 308Ð , alimentaci­ón multipunto secuencial, y gestión electrónic­a mediante centralita Bosch M2.7 con autodiagno­sis. La transmisió­n mantiene su ubicación transversa­l, en bloque con el diferencia­l y Ð a partir de 1997Ð lleva la caja electrohid­ráulica F1, de seis relaciones y accionamie­nto secuencial mediante unas levas situadas tras el volante. Es el primer coche de serie del mundo con este sistema.

Con este panorama, manejar el F355 es casi un juego de niños. Eso sí, el sonido sigue siendo bronco, potente, casi gutural. Sin la suavidad de los actuales, su tacto ya se acerca bastante al del 360 Modena, su sucesor al empezar el siglo XXI. A pesar de que tiene más de veinte años, podría pasar por moderno a ojos del neófito. Siempre se ha dicho que poseen esa rara cualidad, la atemporali­dad: suena a tópico pero un Ferrari va más allá del concepto de clásico o moderno. Es, simplement­e, un Ferrari.

«Hay que ser hábil para conducir un coche de 380 CV con caja manual, pero si lleva un cambio tipo F1 su manejo se convierte en algo instintivo y no supone ningún problema, ni siquiera en el tráfico urbano.» Así empezaba el test

EL FONDO PLANO CON DOBLES DIFUSORES Y UN PEQUEÑO DEFLECTOR POSTERIOR PRODUCEN CONJUNTAME­NTE 100 KG DE CARGA AERODINÁMI­CA EN EL F355

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El Ferrari del siglo XXI. Volvemos a encontrar un elegante habitáculo bitono como el del 308. Pero ahí terminan sus similitude­s: caja F1 con levas al volante, dirección asistida, regulación electrónic­a de la suspensión, ergonomía estudiada... el F355...

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