LA TÉCNICA
CORAZÓN EN V
Como sabemos, el origen de este V8 se encuentra en el 308 GT4 de 1973, derivado a su vez del que animaba los Ferrari de Gran Premio en la década anterior. La base mecánica del 308/328 es la misma, con idéntico rendimiento e iguales soluciones técnicas: cuatro árboles de levas en cabeza accionados por correa dentada, con cuatro carburadores dobles —luego sustituidos por la inyección electrónica— y dos válvulas por cilindro, que en 1981 pasarán a ser cuatro dando pie a la denominación Quattrovalvole. Con un ángulo de 90º entre bancadas se configura como dos 4 en línea acoplados por la base, es decir, con el cigüeñal plano (las muñequillas caladas a 180º) como el célebre V8 Cosworth de Fórmula 1.
La disposición central-transversal equilibra las masas a cambio de una accesibilidad bastante comprometida en el lado interior del motor. La lubricación por cárter seco permite cierta compacidad de la mecánica al rebajar su altura y compensar un poco su ubicación sobre la caja de cambios, mientras que la distribución por correa dentada contribuye a rebajar no sólo el nivel sonoro sino también el peso del conjunto. Se trata, en suma, de un propulsor muy bien construido y bastante más fiable de lo que cualquier neófito en el asunto pueda pensar. A cambio de seguir al pie de la letra las revisiones periódicas, con atención cada 5.000 km (a fondo cada 50.000 km) y no descuidar su mantenimiento (básico el del circuito de refrigeración, de vital importancia en este motor), alcanza largos kilometrajes sin dar problemas.